jueves, 14 de diciembre de 2017

HAY DÍAS... Y DÍAS

Entrada donde hablo de tristezas... y alegrías.

   Hay días que saben a sal. A la sal de las lágrimas. Lágrimas que resbalan mejilla abajo y dejan un sabor amargo en los labios. Unos labios que intentan sonreír y no saben cómo.

   Hay días en los que no te levantarías de la cama. Una cama que vela por tus sueños. Unos sueños que esos días se ven lejanos por culpa de las lágrimas.

   Hay días en los que la tristeza, la rabia y la frustración se unen y causan dolor. Un dolor profundo contra el que intentas luchar. Una lucha perdida porque las fuerzas no te acompañan. Unas fuerzas debilitadas por las lágrimas.

   También hay días en los que la alegría llama a tu puerta. Una puerta que abres despacio, como con miedo. Miedo porque ayer la tristeza estaba ahí, al otro lado.

   También hay días en los que la vida aparece ante nuestros ojos llena de colores. Colores como el rojo, el azul o el  verde aparecen ante nuestros ojos. Unos ojos que también sonríen. Y sonríen porque han visto a la alegría al otro lado de la puerta.

   Hay días en los que todo sale bien, en los que nos alegramos de tener vida. Una vida que es un camino. Un camino llevo de sensaciones. Sensaciones tristes que necesitamos para valorar las sensaciones alegres.

domingo, 10 de diciembre de 2017

EL 2017 SE VA

Entrada en la que hago un resumen de este año.

   Pasito a pasito, suave suavecito... así ha llegado diciembre. Cuando mi hijo mayor lea esto se llevará la mano a la cara. No aguanta esa canción. Bueno, que me voy del tema. Ahora, con el silencio como único ruido me pongo a escribir una nueva entrada. Facebook me ha enseñado un resumen de mi año y estoy un poco nostálgica.

   Del primer trimestre del año, me quedo con el cuatro de marzo. El día de la "cuatromarzada". Mis compañeros de las letras saben de lo que hablo. Ese fue un día en el que no sólo salí de mi zona de confort, sino que la mandé lejos. Madrid, personas que no conocía y la primera presentación de un libro. De ese maravilloso día destaco la sensación que no tengo palabras para definir de ponerle voz y cuerpo a personas reales. Podría estar horas describiendo con detalle cada minuto que pasé y no me cansaría. Porque hay días que se te quedan grabados a fuego y el día 4 de marzo es uno de ellos. Ya sabéis quiénes sois y por si tu mirada se pasea por aquí, gracias. Espero volver a verte muy pronto. Y me da igual si tú eres la fotógrafa o un escritor o una escritora. Todos, sin excepción, hicisteis que ese día fuera muy especial.

   Otro recuerdo que me viene a la mente es cuando, unos meses después, me enamoré de la luna. Tuvimos una conversación que sólo la escuchamos ella y yo a pesar de estar rodeada de gente. Me dijo muchas cosas que yo no quise oír en ese momento pero que más tarde le di las gracias por habérmelas dicho.

   Otro bonito recuerdo son las excursiones. Recuerdo una en especial, el Borón. Como diría mi deliciosa favorita, Borón don don, borondon borondondero deró. Excursión intensa. Muy intensa. A nivel físico muy dura pero a nivel psicológico aún más. Aquél día aprendí que si quiero, puedo. Y da igual lo que diga mi cuerpo. Nunca la olvidaré porque no sólo aprendí esa valiosa lección sino alguna que otra más. Como que da igual lo difícil que sea el camino. Siempre habrá una persona ahí, a tu lado.

   Destaco también la alegría y la felicidad de mis dos amores cuando se enteraron que nos íbamos a quedar un día más en la playa. Me encanta darles sorpresas. Eso fue en verano. Y en invierno nos fuimos de barbacoa los tres. También nos hemos ido al cine juntos pero separados. Me quedo sin palabras porque no hay ninguna que exprese el amor y agradecimiento incondicional que siento por ellos.

   Ana. El recuerdo de mi estrella también ha marcado este año. Es lo peor que me ha pasado. Perder a una amiga. Perder a una persona que aunque se fue cuando le tocaba, le tocó demasiado pronto. Mi corazón aún llora y lo hará siempre. Porque es difícil olvidar a alguien cuando tienes tantas cosas que decirle y lo único que puedes hacer es callarlas.

   Hablando de amistad sigo sumando recuerdos con mis amigas. Recuerdos que saben a lágrimas y a sonrisas. Momentos que nos unen cada día más. Y con mis amigos igual ¿eh? Que tengo una boda por ahí a la que quiero asistir.

   No me quiero olvidar de la familia. Que aunque no les haga el caso que debería, les llevo siempre conmigo. Y me alegro un montón que aquélla operación saliera bien.

   ¿Cómo acabaré el año? Con mis dos amores. Nos tomaremos las uvas juntos y brindaremos con champin para no perder la tradición de los años impares. Pero antes de eso, veré uno de mis sueños realizarse. Y no voy a contar nada más hasta que lo tenga en mis manos.

   Y ahora te hablo a ti, querido lector. Si hace poco que me sigues, bienvenido y ponte cómodo. Y si lo haces desde hace tiempo, gracias y espero que lo sigas haciendo. Sea como fuere, gracias por estar ahí. Y tu año... ¿Qué tal ha ido?

 

jueves, 30 de noviembre de 2017

EL AMOR


Texto en el que hablo sobre lo que sientes cuando te enamoras.


   Y entonces, un buen día, notas que tu corazón late más deprisa. Y tú piensas "noooo" y él grita "siiiii". Y justo en ese momento sabes que no hay marcha atrás, ni escapatoria ni camino que te lleve al punto de partida. Miras hacia atrás y sólo ves un camino que te lleva hacia adelante. Y aunque no quieras admitirlo y te resistas a ello... te has enamorado. Eso te lo diría cualquier cardiólogo que se tercie.

   Y empieza el proceso otra vez. Hablas con la persona con la que se ha ido tu corazón. Y sonríes con "esa" sonrisa que sólo acude en ocasiones especiales. Conforme vas conociendo más y más cosas de esa persona, más y más te gusta. No tiene fallos. Y si por casualidad llegas a ver alguno, le restas importancia. Escuchas su nombre por la calle y sonríes. Aunque estés hablando con tu madre por whatsapp y te cuente que su amiga tiene que ir de funeral. Y te llega un mensaje suyo. Vuelve la sonrisa.

   Cuando estás a su lado todo te parece que tiene otro color. Las horas se pasan volando y deseas con todas tus fuerzas que no amanezca nunca. Cada beso que te da consigue hacer que multitud de mariposas revoloteen en tu interior.

   Hablando de besos. ¿Qué me dices de ese primer beso? Ese instante único e irrepetible. Ese momento en el que la gente, los coches, la Tierra se detiene y sólo estáis tú y él. Él y tu. Dos personas que hablan con la mirada, con las caricias, con cada sonrisa. Esas sonrisas que te hacen tener agujetas en los mofletes.

   Y flotas. Simplemente flotas. La vida se vuelve maravillosa de repente y los problemas adquieren el tamaño de un ácaro. Y te das cuenta de lo bonito que está el cielo lleno de estrellas y lo hermosa que es la luna. A tiempo que un suspiro se te escapa entre los labios cuando la distancia os separa.

   Es tan bonito esto del amor. Sentirlo es experimentar un cúmulo de sensaciones y sentimientos únicos. Porque aunque te vuelvas a enamorar, lo que sientes por cada persona no lo vuelves a sentir.

   No, no estoy enamorada. Sí, ya sé que llegará. No, prisa ninguna. Simplemente me apetecía escribir sobre el amor.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

SÓLO HOY

Entrada en la que hablo de un sueño.

   Sólo hoy, cuando cierre los ojos y Morfeo venga a buscarme, soñaré contigo.

   Sólo hoy crearé para ti y para mi un mundo de fantasía e ilusión.

   Sólo hoy caminaremos de la mano sobre las nubes y acariciaremos la luna.

   Sólo hoy las estrellas serán testigos de nuestro amor.

   Sólo hoy tu sonrisa hará de la noche más oscura el día más claro.

   Sólo hoy mi corazón saldrá de su sitio para meterse en una caja y yo te lo daré con mi mejor sonrisa, porque ya no será mío.

   Sólo hoy sentiré en mi pecho los latidos de tu corazón.

   Sólo hoy hablaremos de todo y de nada, las palabras bonitas darán paso a silencios igual de hermosos.

   Sólo hoy nuestras miradas le harán sonreír al alado Cupido, que sentirá que somos su mejor encargo.

   Sólo hoy las estrellas formarán un gran corazón, a través del cual tú y yo pasaremos de la mano.

   Sólo hoy el sol nos saludará y nos pedirá que nos demos un beso de despedida, porque las obligaciones diarias vienen galopando a toda velocidad.

   Sólo hoy te besaré como no he besado nunca a nadie, sólo hoy sentirás mis labios como si fueran tuyos.

   Sólo hoy te diré adiós con la mano, pero no habrá lágrimas, porque sabré que cuando Morfeo deje de acunarme te veré.

   Te veré en el autobús que cojo cada mañana, en el bar donde tomo café con las compañeras, en la panadería donde trabajas... o en cualquier sitio donde estés. Y sé que cuando te vea, me mirarás y nos reconoceremos. Será cuando busquemos mil excusas para hablar y hacer realidad el sueño más bonito que existe.

   Un sueño que tendré... sólo hoy.

 

domingo, 26 de noviembre de 2017

PERDER PARA GANAR




Entrada en la que le veo el lado positvo a cosas negativas.

   La vida es lo que tiene, cada vez que perdemos algo, ganamos otra cosa. Y no me refiero a nada material, sino emocional. Lecciones que aprendemos, valorar de la forma que se merece lo que tenemos e incluso sentimos alivio porque podría haber sido peor.

   Se me ocurren varios ejemplos para las situaciones que en un principio eran sólo negativas y que con el tiempo aprendemos a ver su lado positivo. Cuando alguien se va para siempre. Cuando la muerte visita a un ser querido y lo arranca de nuestro lado el mundo se nos viene encima. Para mí, es una de las peores cosas que hay, pero se le puede sacar el lado positivo. Una de esas cosas es mirar a la realidad a los ojos, esa realidad que no siempre quiero ver. Y es que después de la vida, viene la muerte. Aunque sea la sorpresa más macabra que tiene la vida, forma parte de nuestra existencia. Eso me ayuda a recordar que no debo perder el tiempo estando enfadada por tontadas y que ya va siendo hora de disfrutar al máximo del resto de sorpresas que me da la vida.

   Un desengaño. No sólo de amor, sino de amistad. No sabría decir cuál de los dos duele más. Porque ambos duelen y mucho. ¿Y las lecciones tan valiosas que aprendemos? Y no me refiero a no confiar nunca jamás en otra persona sino todo lo contrario. Por un lado, ves otra de las caras que tiene la persona a la que quisiste. Es la que menos te gusta porque se ha alejado de ti, pero así te das cuenta de cómo reacciona ante diferentes situaciones. Te sirve para valorar a las personas que se asoman al pozo cuando estás sumergida en él. Es una frase hecha que para irse de fiesta todo el mundo vale, pero sólo los verdaderos amigos están ahí cuando más lo necesitamos. Y otra gran lección que aprendemos es lo fuertes que somos. Porque cuanto más hondo es el pozo, más esfuerzo nos cuesta salir y más orgullosos estamos cuando lo hemos conseguido.

   De un día de lluvia en el que no puedes salir de casa, la parte positiva es que la naturaleza necesita ese agua porque es vida. La belleza de la naturaleza con una capa de agua, el arcoiris, incluso una caracolada para los aficionados de este baboso animal. Estrenar las botas o paraguas nuevo mientras llueve, disfrutar del olor a tierra mojada o incluso cerrar los ojos mientras las gotas nos mojan son otras partes positivas. Por no hablar de un romántico beso rodeando una farola, como en la famosa película Singin' in the Rain (Cantando bajo la lluvia ).

   De un accidente que puedes contar la parte positiva es que puedes contarlo y que afortunadamente no ha sido peor.

   Todo tiene su lado positivo. Aunque al principio no podamos verlo porque las lágrimas nos lo impiden y después no queramos darnos cuenta porque es más fácil estar triste.

   Espero que hayas disfrutado leyendo esto tanto como yo escribiendo y si te animas, no lo dudes y comenta.

viernes, 24 de noviembre de 2017

ME DUELES



Entrada dedicada a una persona que no la leerá.

   Tu recuerdo me duele.

   Pensar en ti, me duele.

   Me duele ver fotos en las que sales con una sonrisa.

    Me duele recordar cada paso que di a tu lado cuando una ampolla me hacía daño en el pie. Y no me duele esa burbujita sino cada palabra de ánimo.

   Me duele subir a tu pueblo y saber que no estás.

   Me queman en la garganta todas las palabras que no te dije.

   Me duele el no haberme podido despedir de ti porque mi lugar estaba en la playa con los pequeños.

   Me duele hablar de ti.

   Me duele no hablar de aquellos días que compartimos una animada charla.

   Siento rabia, dolor, tristeza porque ya no eres tú sino tan sólo un recuerdo.

   Todo lo que queda de ti es una lápida que aún no he ido a visitar.

   Te echo de menos ¿Sabes? Y sé que la gente que te quiere, también. Lo sé porque lo veo en sus miradas.

   Desde que te fuiste las cosas no son Iguales y el Pilar no será nunca más el Pilar, sino que será siempre tu Pilar.

   ¿Por qué? Una pregunta que lanzo al aire y a la que nadie responde porque no tiene respuesta. Bueno sí, una. Porque después de la vida viene la muerte.

   Querida amiga, es duro. Muy duro. Ver la fachada de un piso vacío.

   Es grande el hueco que dejas, amargas las lágrimas que resbalan por mi garganta y profunda la huella que dejaste en mi corazón.

   Pocas fueron las veces que nos vimos, pero fueron suficientes para girarme cada vez que veo una mujer de pelo cano.

   Me gustaría dejar esto aquí, ponerle la palabra "fin" a unas letras que me acercan un poco más a ti a pesar de que yo estoy en la tierra y tú estás en el cielo. Pero no quiero hacerlo. No quiero dejar de decirte una y otra vez, que te echo de menos y que fuiste, eres y serás una de esas personas que siempre vivirá en mi corazón.

 

 

domingo, 19 de noviembre de 2017

HOY

Entrada que habla de la difícil tarea de olvidar a quien no quieres olvidar.

  Esta mañana me levanté dispuesta a olvidarme de ti. Quería autoconvencerme que era lo mejor, que debía hacer todo lo posible por matar esas mariposas que revoloteaban cuando escuchaba tu nombre.

   Esta mañana le dije al espejo todos y cada uno de tus defectos y él me los repitió uno a uno a la vez que yo los enumeraba.

   Esta mañana las galletas me sabían a los mil motivos reales e imaginarios que me di para asegurarme que la decisión era la correcta.

   Esta mañana por el desagüe se fueron las alas de las mariposas junto con los restos del café. Los animales se desprendieron de mi estómago igual que los posos del fondo de la taza.

   Esta mañana tu mensaje de "Buenos días guapa" hizo que soltara el móvil corriendo como si pudieras ver la sonrisa que me acompañó durante el resto del día.

   Esta tarde nuestra conversación sobre la dura vida de los pingüinos en el polo norte me hizo recordar por qué nunca me cansaba de hablar contigo.

   Esta tarde tus palabras de consuelo hicieron que los problemas fueran mucho más pequeños de lo que parecían en un principio.

   Esta tarde las risas frente al café de media hora consiguieron que me diera cuenta de lo mucho que te apreciaba por detalles como ese. Porque sólo una persona con tu grandeza es capaz de sacar tiempo de donde no lo hay sólo para darme un abrazo.

   Esta noche tus preguntas de "¿Seguro que estás bien?" y la rotundidad de tus palabras al decir "Si mañana vuelves a estar triste nos vemos y te saco una sonrisa aunque sea con cosquillas" consiguieron derrumbar lo poco que quedaba del muro.

   Esta noche lo que quedaba del muro que construí por la mañana cayó sin hacer ruido.

    Esta noche, el agua de la bañera me recordó lo importante que eres en mi vida.

   Esta noche las estrellas me gritaban desde el cielo que era inútil que siguiera cerrando los ojos, porque la verdad seguía estando ahí y la podía ver aunque la oscuridad fuera la única luz.

   Esta noche, en voz alta y frente al mismo espejo de la mañana, dije todas y cada una de las cosas que sólo veía en ti y en nadie más.

   Esta noche las sábanas me arropaban  y borraban la firme decisión de la mañana de olvidarte.

   Esta noche, justo antes de cerrar los ojos, reconocí que te quería aunque no de la misma manera que tú a mí.

viernes, 27 de octubre de 2017

REFLEXIÓN

En esta ocasión, la entrada es sólo una reflexión. 

   Hay veces que siento que  voy a contra corriente. Que me empeño en luchar por cosas que la mayoría de la gente no quiere o no cree en ellas, como el amor para toda la vida. La sociedad nos empuja al sexo fácil, cero compromiso. Alimentar el cuerpo de sensaciones y dejar el corazón a un lado, apartado, en un rincón y si puede ser bajo 20 llaves para que no sufra y nadie tenga acceso a él. Yo no quiero una cena, quiero el banco de un parque con un paquete de pipas. No quiero una noche de pasión desenfrenada, quiero una mañana de desayunar juntos al tiempo que las legañas luchan por quedarse a vivir en mis ojos. "Esa mirada" me llena más y me satisface más que el mejor orgasmo de mi vida. Pero todo eso ya no se lleva. Todos estamos de vuelta y escondemos el corazón con la falsa creencia de que así estará a salvo. A la gente no le gusta sufrir, no quiere hacerlo porque duele y se pasa mal. Y yo lo entiendo, de verdad que sí. Pero soy un bicho raro que no tiene miedo a pasarlo mal. Porque sé que soy fuerte y estoy convencida que algún día encontraré a alguien que no sólo piense como yo, sino que quiera estar conmigo. Sólo espero no tirar la toalla antes y dejarme llevar por lo que se lleva ahora. El sexo sin amor, el amor de una noche, priorizar el tamaño y la habilidad de un pene, al tamaño y la grandeza de un corazón.

domingo, 15 de octubre de 2017

FIN

Una entrada muy personal en la que hablo del fin, del principio y de continuar.


   Y con tres letras, se dibuja un nuevo principio. Una nueva puerta que se abre que lleva a lo desconocido, bueno, tal vez no tan desconocido porque ya he estado aquí antes.

   Las letras me piden paso, se pisan por ser las primeras. Textos, relatos, proyectos... Hay una fiesta de palabras montada en mi cabeza. Comparten espacio con los sentimientos. Dolor, rabia, esperanza. Y una amarga sensación de "ya lo sabía yo. Si es que..." Ese sabor se une al de las palabras "de nuevo, el mismo error".

   Pero no es hora de vivir en el pasado ni de prometerme no volver a hacer lo que en el fondo sé que repetiré. Ahora toca mirar al presente con la cabeza bien alta y con la sonrisa más amplia posible. Y cuando los recuerdos se empeñen en dar mal, agradecerles su presencia e invitarles a abandonar la habitación por donde quiera que entraron.

   Emocional y luchadora. Son las palabras que mejor me definen. Y aunque mucha gente piense que son contradictorias, no es así. Porque la emoción me da la vida y la lucha me mantiene con ella. Y ganas de vivir, tengo. Muchas. Aunque haya momentos en los que la tristeza me haga preguntarme "¿Hasta cuándo?".

   Tal vez esta sea una de las entradas más raras que he escrito, pero necesitaba hacerlo. Darle voz a los sentimientos aunque el lector no sepa a qué me refiero. En esta ocasión, como en alguna otra, escribo para mí.

   De nuevo, gracias por leerme y por si te asalta la duda... sí, estoy bien. Y aunque hoy mi sonrisa sea un poco forzada, mañana será la de siempre. Amplia y sincera.

sábado, 14 de octubre de 2017

HOY SOÑARÉ DESPIERTA... SÓLO HOY

Entrada en la que expreso un sueño. Dedicada a la persona que me vio nacer.

   Si estuvieras, el día de nuestro santo sería sagrado. Nos iríamos a comer por ahí. Cada año a un sitio distinto.

   Si estuvieras, hablaríamos durante horas sobre la vida, el amor y la educación de los pequeños.

   Si estuvieras lloraría en tu regazo y reiríamos juntas.

   Si estuvieras te dejaría a los chicos y me enfadaría contigo cuando le hicieras una comida diferente al pequeño.

   Si estuvieras, para ellos no serías un recuerdo en forma de foto en blanco y negro, sino una persona con la que sumar día tras día recuerdos.

   Si estuvieras no te echaría de menos porque en el momento que lo hiciera te llamaría.

   Si estuvieras, juntas seríamos invencibles.

   Si estuvieras te daría las gracias en persona por darme la vida y no mirando al cielo.

   Si estuvieras te querría. Mucho. Más incluso de lo que te quiero ahora.

   Si estuvieras te cuidaría. Igual que lo hiciste tú conmigo.

   Si estuvieras viviríamos juntas. O igual no. ¡Qué más da! Si estuvieras estarías y eso es lo más importante.

   Si estuvieras disfrutaría contigo de cada día como si fuera el último, aún sabiendo que no lo sería. Porque, entre tú y yo, las madres son inmortales aunque ya no vivan en la tierra.

   Si estuvieras... pero no estás. Por eso te escribo estas líneas.

   ¿A quién intento engañar? Si estuvieras tal vez no haría ninguna de esas cosas... o puede que las hiciera todas. Sea como fuere, es un sueño. Tan sólo un sueño en forma de palabras que algún día te diré, cuando nuestras almas viajen juntas.

miércoles, 4 de octubre de 2017

A VECES...

Entrada que va sobre el proceso que sigue un gran sueño hasta que se consigue.

 
 A veces la vida nos pone a prueba. Nos presenta a nuestro sueño y nos sitúa en el otro extremo de la cuerda.

   A veces nos encontramos corriendo en dirección opuesta a él, porque hemos encontrado otro sueño aún mejor que el primero.

   A veces frenamos en seco y nos damos cuenta que estamos en medio de dos sueños. Por un lado el que creíamos tener y por el otro el que perseguíamos en un principio.

   A veces ese sueño que creíamos tener nos demuestra que no es tan grande como nos pareció en un un principio. Y poco a poco le quitamos la etiqueta de "sueño".

   A veces nos rendimos. Nos sentamos en el suelo y bajamos la cabeza con los ojos cerrados. Hemos abierto los ojos se par en par y el dolor nos obliga a cerrarlos una y otra vez. Pero llega el momento en el que vemos la realidad a pesar de la oscuridad.

   A veces nos levantamos con los ojos aún cerrados. Sin ganas, sin fuerzas, sin ánimo. Sólo porque nuestra naturaleza de personas luchadoras nos empuja hacia arriba.

   A veces abrimos los ojos y vemos a nuestros pies un abismo. Un gran abismo. No sabemos dónde nos lleva. Tal vez a nuestro sueño, tal vez muy lejos de él, tal vez... No lo sabemos. Sólo sentimos ganas de saltar al vacío y descubrir qué hay al final del mismo.

   A veces miramos a nuestro alrededor y vemos las caras de amigos y familiares. Cada uno tiene su opinión, nos ofrece un apoyo incondicional. Pero están lejos, muy lejos. Porque nuestro dolor y alegría no pueden sentirlo. La decisión es nuestra. No podemos quedarnos donde estamos porque ya hemos visto el abismo, la solución a nuestros problemas. La decisión está tomada, incluso antes de saber que lo hemos hecho.

   Y saltamos. Y caemos por un agujero donde nos acompañan las palabras "y si", "me estoy equivocando", "ojalá salga bien". Amerizamos en un mar de lágrimas. Recordamos nuestro sueño, ese que conseguimos alcanzar pero que no era tan brillante como pensábamos, ese al que le quitamos la etiqueta de "sueño". Y seguimos nadando desesperadamente buscando el camino que nos lleve a nuestro primer sueño. Ese gran sueño que todos tenemos. Un sueño que estaba en el otro extremo de la cuerda. Y tal vez, sólo tal vez, de esa manera lleguemos a conseguirlo, porque los sueños grandes requieren grandes luchas.

   Y tu gran sueño... ¿Cuál es?
 

jueves, 7 de septiembre de 2017

CORTANDO ALAS


Entrada que va sobre un propósito que me he hecho.

   Llevo varios días pensando en una cosa. Me voy a dedicar a cortar alas. Dicho así suena un poco raro. Pero estoy segura que os gustará mi idea. Voy a cortar las alas a los sentimientos. Tristeza, dolor, rabia... y también a aquéllas situaciones que sé que no me llevan a ningún sitio. Si, ya sé que suena raro. Voy a poner ejemplos.

   Hay días en los que las lágrimas mojan mis ojos. Normalmente lloro por un motivo. Y si le doy alas a ese sentimiento, lo motivos para derramar lágrimas salen sólos. Y justo ahí es donde quiero meter la tijera. Quiero limitarme a llorar por lo que me sucede en ese momento, no por todos los motivos que he tenido para hacerlo. De alguna manera lo que intento es desahogarme pero no hurgar en la herida.

   También quiero contarle las alas a esas situaciones que no me llevan a ningún sitio. Hay veces en las que vivo en mi mundo de luz y color. Conozco la realidad pero no quiero verla. Está genial la fantasía y la imaginación, pero es mejor limitar su uso a la hora de escribir relatos. Dejar que las musas me susurren al oído las palabras. En la vida real es mejor vivir la realidad. Y si algo no tiene continuidad, no dársela. Porque al hacerlo, me hago daño ya que sé que no es real. Y eso duele, porque yo quiero que lo sea.

   Bueno, por hoy ya he acabado. He expresado un propósito que pienso cumplir. El objetivo no es otro que ser un poquito más feliz cada día. Limitar mi consumo de horas tristes o infructuosas. De esta manera las podré dedicar a sonreír. De nuevo, gracias por estar ahí.

jueves, 31 de agosto de 2017

¿SI O NO?

Entrada que va sobre los pensamientos que nos invaden al tomar una decisión.

   En la vida hay muchas decisiones que tomar. Debemos elegir un camino y descartar otro. Y no siempre es fácil. Son muchos los factores que nos ayudan o nos dificultan la tarea de decidir. Uno de ellos es el horóscopo. Sí, ya sé que es una tontada. Pero yo soy Aries y no tengo problemas para decidir (generalmente) y mi querida amiga Bea es libra y es la indecisión en persona.

   En alguna ocasión me han preguntado algo y mi respuesta ha sido "sí, no ". La reacción de la persona que pregunta es echarse a reír. En esas situaciones lo paso mal. El no saber qué quiero me frusta. Aunque en el fondo no es que no sepa lo que quiero. Claro que lo sé, lo quiero todo. Las ventajas de ambas cosas. Y no quiero ninguno de sus inconvenientes. Pero en la vida no son tan fáciles las cosas y para tener A, debes renunciar a B.

   Otra de las cosas que nos dificulta el tomar decisiones es precisamente lo que acabo de comentar. El no querer renunciar a nada. Lo queremos todo. Lo mejor de cada cosa, sus ventajas y sus pros pero ninguna desventaja y ningún contra. Decir que sí implica decir que no. Empezar a caminar por un camino que nos aleja de otro.

   ¿Y si hubiera elegido lo contrario? "Y si..." Otra de esas cosas que entran en juego cuando tenemos que decidir. Porque, seamos realistas, nunca pensamos "y si estamos acertando" sino justo contrario. Nos da miedo tomar una decisión equivocada, porque al hacerlo tenemos que asumir las consecuencias. Y "Doña Consecuencia" no suele venir con besos y abrazos, sino con reproches y malas caras. Lo hace con su mejor intención, para que aprendamos una lección. Pero su compañía no es agradable.

   Por regla general cuando no es sí es no y viceversa. "Sí, pero..." "No, aunque...". Aún recuerdo a mi profesor de contabilidad explicándome una cosa que no entendía.

   —¿Lo has entendido ahora?

   —Sí. Pero ¿no sería justo al revés que como me lo has explicado?

   —No lo has entendido.

   Qué paciencia tuvo el hombre conmigo. Hay muchas situaciones en las que no es tan sencillo y un sí con algo detrás sigue siendo un sí.

   ¿Cómo tomar las decisiones? Cada uno tiene su método. Desde lanzar una moneda al aire hasta hacer una lista de pros y contras pasando por no tomar la decisión hasta que la vida nos obligue a caminar por un camino u otro. Pero esto ya... es otro tema.

   Yo tengo que tomar la difícil decisión de poner fin a esta entrada y agradecerte, una vez mas, los minutos de tu tiempo que me dedicas. Te animo a comentar o escribirme, te garantizo que no te arrepentirás de haber tomado esa decisión.

martes, 29 de agosto de 2017

FLECHAZO

Entrada en la que cuento tres flechazos y reflexiono sobre el concepto.

   ¿Los flechazos existen? Sí, ya sé lo que piensas. "Ya está la romántica de Isabel escribiendo sobre amor". Pues no. En esta ocasión no quiero hablar de amor, al menos no del romántico. En esta entrada voy a comentar un par de flechazos. Para ello utilizaré la experiencia propia, que es en la que me baso para afirmar que sí, que los flechazos existen.

   El primer flechazo del que quiero hablar es el que siente una madre al ver a su hijo. Yo de esos he tenido dos. El primero fue hace casi 14 años y lo recuerdo como si fuera ayer. Era una cosita pequeña cubierta de sangre que asomaba su carita entre las sábanas del hospital. En ese momento me enamoré. Y sigo tan enamorada como el primer día. El segundo fue con el nacimiento de mi hijo pequeño, hace algo más de 11 años. En esta ocasión estaba más limpio que su hermano. Viví los segundos más largos de mi vida desde que salió de mi interior hasta que le oí llorar. Le quería incluso antes de verle la cara. Y aquí estoy, enamorada profundamente de dos personitas que me han dado mucho más de lo que voy a poder recibir de cualquier otra persona. Y fue un amor instantáneo, un flechazo.

   Otro de los flechazos que he tenido la suerte de vivir fue cuando conocí a Ana. Una mujer que hace algo más de una semana nos abandonó. Me cayó bien desde el primer momento en el que la vi. Sin decir nada, fue capaz de transmitir todo su cariño y simpatía. Sin conocernos de nada, estuvimos hablando mucho rato. Las veces que nos vimos después fueron igualmente bonitas. Seguramente esto mismo me haya pasado con alguna otra amiga. Pero no lo recuerdo.

   Y digo yo... ¿Y si en lugar de llamarse Ana se llama Manolo y yo en vez de estar soltera estoy emparejada? ¿Eso habría supuesto algún problema? Para mí no. Yo creo en la amistad entre un hombre y una mujer. Tengo varios amigos. No tengo ningún problema con que sean chicos. Para mí ellos, al igual que los novios/maridos de mis amigas son "una más". Pero sé que no todo el mundo lo entiende así. Por un lado, porque mucha gente piensa que un hombre y una mujer no pueden ser sólo amigos y por el otro, por celos.

   Respeto todas y cada una de las opiniones. Y volviendo al tema de los flechazos... me encantan. Es muy bonito sentirse deslumbrado por una persona, pensar que tienes mil cosas en común con ese ser que te mira atentamente cuando hablas. Volver a casa con la sensación de "qué bien me lo he pasado gracias a él o ella". Y sentir cómo día a día ese cariño, amor... o lo que sea, crece más y más. Porque hay amores que nos acompañan a la tumba. Y esos amores, sean por un flechazo o no, son amores de verdad. Y cuando esas personas se van, el cariño no muere porque vive en el corazón de aquéllos en los que han dejado huella.

viernes, 25 de agosto de 2017

MURO

Entrada donde hablo de un muro imaginario...

   Vamos a construir un muro. Es un muro muy fuerte y resistente. Un gran muro que sabemos que no va a servir para nada, pero que nos tendrá durante un rato entretenidos. Por supuesto, es un muro imaginario. El sentimiento del que nos vamos a proteger es intangible pero real. ¡Eso es! El amor.

   Ya tenemos nuestro traje de obra. Es decir, no llevamos ropa. Porque ante el amor todos estamos desnudos. Pondremos una piedra con forma de "no me conviene". Porque, ciertamente, no nos convenimos ni tú ni yo. Tenemos vidas muy distintas, mira esa es otra piedra. Continuaremos con nuestro muro con la piedra "aficiones incompatibles". No me lo puedes negar. Ni yo voy a ir a ver un partido de fútbol, ni tú te vas a pasar toda una tarde cocinando tartas. Tráeme esa piedra. ¿Ves lo que pone? "Los amigos" No encajamos. Ni tú en mi grupo de heavis ni yo en el tuyo de roqueros. "No va a funcionar", "miedo a que salga mal", "miedo a que salga bien".... Y así vamos haciendo nuestro muro mas y mas grande.

   Buscando piedras para construirlo he encontrado alguna donde pone "qué majico", "es un encanto", " me escucha y comprende como nadie" y varias donde pone "ains". Esas las he apartado todas después de estar varias horas contemplándolas.

   Bueno, ya está el muro hecho y cada uno permanece a su lado. Como ya te he dicho antes, no va a servir para nada. ¿Lo ves? ¿Te das cuenta? El amor se cuela por cada agujero que nos hemos empeñado en tapar. Hay cosas que no admiten muros y el amor es una de ellas. Aunque en este caso no es una cosa, sino un sentimiento. Y tal vez por ello es tan rebelde y resistente.

   Voy a seguir con mis cosas. Sigue tú con las tuyas. Y si en algún momento estás dispuesto a reconocer que construir el muro ha sido una pérdida de tiempo, me lo dices. Hasta que llegue ese día, si es que llega, seguiremos hablando como hasta ahora. Compartiendo horas de amistad cómplice a través de la distancia que nos separa que no es ni más ni menos, que un muro imaginario.

   

jueves, 3 de agosto de 2017

ME GUSTARÍA

Entrada escrita en un momento de inspiración.



Me gustaría poder decirte que te quiero.
Me gustaría poder decirte que  te amo.
Me gustaría ser capaz de mirarte a los ojos y decirte que te esperaré el tiempo que haga falta, que mi corazón ya no es mío, que es sólo tuyo.
Me gustaría ser valiente.
Me gustaría no ser cobarde.
Me encantaría llegar a ser sincera conmigo misma, analizar lo que siento, y saber lo que sientes tú.
Me gustaría que algún día lleguemos a ser capaces de mirarnos a los ojos y decir lo que nuestros corazones ocultan.
Me gustaría no estar escribiendo esto, porque eso significaría que estás junto a mí.
Me gustaría decirte que mi alma un día llora porque no acepta su destino y al día siguiente​ lo acepta con resignación.
Me gustaría que algún día te metieras en mi mente porque sólo de esa manera sabrías todo lo que me haces sentir.
Me gustaría que tuvieras claro que en mi corazón no puedes meterte porque hace tiempo que tienes en él un lugar privilegiado.
Me gustaría decirte algo nuevo porque todo lo anterior sé que lo sabes.
Me gustaría saber cómo acabar estas letras que ni me llevan a ningún sitio ni me acercan a ti.
Me gustaría...
Me gustaría...
Tú. Me gustas tú.

domingo, 16 de julio de 2017

VALIENTE

En esta ocasión hablo de cuándo soy valiente y cuándo lo soy menos.

   Yo soy muy valiente. Súper valiente. La mujer más valiente del mundo mundial. Aunque pueda sonar irónico, no lo es. Es real como la vida misma. Eso sí, con un matiz. Soy así en el sofá de mi casa. Luego ya, cuando me enfrento a la situación... La cosa hay veces que cambia un poco.

   En el sofá donde me encuentro ahora es donde viajo a través del mundo de la fantasía. Aquí es donde desarrollo la mayoría de los relatos y entradas de blog como esta. Soy capaz de verme viviendo en una casa el doble de grande que la mía con el chico que me gusta, los pequeños y un pequeño zoológico. Sólo hay unos pequeños detalles, tengo alergia, no tengo pasta para una casa más grande y en cuanto a mi corazón prefiero no hablar. En esta ocasión no quiero hablar de amor.

   Desde mi sofá me enfrento a situaciones que me dan miedo, como ir al dentista o subir por una cuerda de nudos. Me siento invencible. Y cuando me tumbo aún lo soy más. En posición horizontal los sueños campan a sus anchas. Sueños en los que las cosas no son como son, sino como quiero que sean. Y todo es gracias a mi valentía.

   Qué fácil se ve todo desde aquí. Qué cómodo es engañarme a mí misma con frases como "no tengo miedo a esta situación",  "cuando me vea en este dilema actuaré de forma diferente", "le voy a decir que no me gusta" o "le voy a decir que le quiero".

   Es muy bonito el mundo de los sueños, el de la fantasía. Es maravilloso cómo nos podemos autoconvencer de cosas que sabemos que no son así en el mundo real. Es mágico sentir emociones con tan sólo visualizar una escena.

   Fuera de mi sofá, no soy tan valiente. Bueno, en realidad sí pero las cosas son un poco, o un mucho más difíciles. Lejos de la comodidad que él ofrece me cuesta un poco o un bastante más hacer frente a mis miedos. Cuando no estoy sentada, no tengo que autoconvencerme de nada, porque la realidad se muestra ante mis ojos.

   Pero a pesar de todo, aunque el mundo de los sueños y de la fantasía se evaporen. Aunque el mundo real no tenga nada que ver con las cosas de las que me intento autoconvencer y no sienta las emociones que deseo sentir. A pesar de todo ello y de no ser tan valiente lejos de mi sofá, me quedo con lo que hay fuera. Agradezco enormemente esos momentos de ilusión y alegría. Pero no hay nada comparable a la sonrisa de una persona real, a una caricia, un beso o una lágrima que arde en la mejilla.

   Aunque lejos de mi sofá sea menos valiente, me encanta la vida que tengo. Me gusta ese miedo que parcialmente me bloquea y luego me empuja. Disfruto con los retos de cada día, porque sé que soy capaz de superarlos todos. Y sólo cuando me veo superada por los problemas o necesito escribir un relato, acudo a mi sofá. Este sitio mágico que me permite cargar las pilas.

   ¿Y tu sitio mágico cuál es? Seguro que tienes un lugar al que acudes cuando las cosas no te van del todo bien. Si te apetece, cuéntamelo y compartimos experiencias. Gracias por estar ahí.

sábado, 8 de julio de 2017

¿AMOR? NO, GRACIAS, PREFIERO SEXO.

En esta ocasión hablo sobre el miedo a enamorarnos y el sexo con y sin amor.

   Llevo varios meses queriendo escribir sobre un tema que está a la orden del día.  En esta ocasión, compartiré mi visión pero utilizaré experiencias ajenas.

   Gracias a las redes sociales por un lado y a que ahora tenemos muy accesible todo lo que queremos, siento que el amor ha pasado a un segundo plano. No sé, tal vez soy una persona anticuada pero soy una romanticona. De esas que disfrutan haciendo el amor, teniendo detalles con su pareja y haciéndole sentir que es lo mejor que le ha pasado en la vida. De alguna manera tengo la sensación que eso ya no se lleva. Hemos cambiado hacer el amor por follar, los detalles por el control y hacer sentir bien a nuestro compañero por marcar nuestra independencia.

   Independencia. Tal vez esa palabra sea una de las claves. Tenemos mucho miedo a perder eso que nos ha costado tanto conseguir. Entrar y salir de casa, sin dar explicaciones, liarte con quien quieras con total libertad. El amor se ve como una jaula. Pensamos que por tener pareja vamos a tener que dejar de hacer todas esas cosas que nos gustan. Cuando en realidad no es así, mejor dicho, no debería ser así.

  Independencia. Yo soy una mujer independiente. Trabajo, niños, casa... Debo buscar momentos para aburrirme. Pero no considero que eso sea incompatible para estar en pareja. Cada persona tiene su vida hecha y sólo por enamorarse no debe deshacerla. Con buscar algún rato para coincidir con esa persona es suficiente. Y cuando estás bien con la compañía los ratos no se buscan, sino que se encuentran.

  Miedo a que nos hagan daño... otra vez. Fantasmas, muros, mochilas, historias no superadas. Cada uno que le ponga al miedo la excusa que quiera. Pero lo cierto es que ahí está y es otra barrera que nos ponemos a nosotros mismos para decir sí al sentimiento más bonito que existe. Es mucho más fácil y sencillo mostrar nuestro cuerpo. Todos tenemos lo mismo. Mas grandes, mas pequeñas. Nosotras tenemos dos y ellos tienen una. Pero el corazón es otra historia. Nadie te va a señalar con el dedo porque tengas un pecho pequeño. Pero sí puede hacerte llorar al decirte adiós cuando empezabas a enamorarte. Y eso, seamos sinceros, duele. Y no nos gusta el dolor, ni el sabor de las lágrimas saladas. Por eso es mejor coger a nuestro amigo y protegerle con fantasmas, muros y todo lo que esté a nuestro alcance para que no nos hagan daño. Al hacer eso lo que conseguimos es no ver lo fuertes que en realidad somos. Porque todos somos más fuertes de lo que pensamos. Yo no soy una chica de muros, mas bien de piscinas sin agua. Pero prefiero mil veces llorar porque algo no salió bien o no fue correspondido que la impotencia porque el miedo ha ganado su batalla y me ha paralizado.

   ¿Sexo o amor? Por favor, sexo. El amor ya si eso, cuando nos vayamos conociendo más, pase el tiempo y no encuentre a una tía más buena o tío mas bueno que tirarme... tal vez me lo llegue a plantear. Vamos, que como no me enamore sin querer seguiremos siendo amigos con derecho hasta que uno de los dos admita que siente algo. No es mi opinión, en absoluto. Pero como dice la canción del tractor amarillo "es lo que se lleva ahora". A pesar de no compartirlo lo respeto y lo entiendo. Queremos las cosas ya, lo fácil, echar un polvo y tirar de la cadena. Sin tener la obligación de quedarnos a dormir y soportar el mal aliento ajeno, sin tener que ir con los amigos de nuestra pareja, sin sentir que si no contestamos a un mensaje en un tiempo prudencial, nos van a echar la bronca porque estábamos "en línea"'. El sexo es divertido, placentero y todos los médicos lo recomiendan. No tiene nada de malo, al contrario, pero yo soy más de hacer el amor. Ya lo he comentado, estoy anticuada. No digo que necesite estar enamorada ni que quiera llegar virgen al matrimonio. Pero sí prefiero que haya algo de sentimiento por ambas partes. Que la atracción no sea sólo física. Es como darle un valor añadido a una necesidad fisiológica. De la misma manera que una ensalada aliñada sabe mejor que una que no lo está. En el sexo "esas miradas" le dan un punto que hace temblar nuestro corazón y no sólo nuestras partes bajas. Yo lo prefiero. Si puedo tenerlo todo ¿Por qué conformarme con menos?

   Estaría horas escribiendo sobre el tema. Pero no haría mas que dar vueltas a lo mismo. Estamos en una sociedad en la que queremos todo para ayer y sin demasiadas complicaciones. Y es normal que así sea. Buscamos aquello que nos hace feliz y huimos de la tristeza. Queremos lo más barato, lo que menos nos cueste. Pero al hacer eso le damos la espalda a un sentimiento, que para mí, es el más completo que existe. ¿Y para ti? ¿Qué opinas sobre el tema? Si tienes ganas de hablar de ello, no dudes en escribirme. Gracias por estar ahí. Nos vemos en la próxima entrada.

martes, 27 de junio de 2017

ME GUSTAS

Entrada con la que estreno una nueva categoría "sin etiqueta". No es una rallada porque no expresa ningún pensamiento, ni va dirigido a nadie, ni es un relato. Simplemente, son frases que hablan de un sentimiento.

   Me gusta lo tímido que eres y también cuando dejas de lado la timidez y nos reímos juntos.

   Me gusta cuando hablamos por las aplicaciones de internet y el sueño nos dice que es hora de dormir, aunque no tenga ganas de dejar de escribirte.

   Me gusta cuando nos vemos y tu sonrisa dice lo mucho que te alegras de verme.
 
   Me gusta cuando me das dos besos y un escalofrío recorre mi espalda gracias al roce de tus labios.

   Me gusta cuando hablamos horas y horas sobre nuestras aficiones comunes y cuando me explicas esas otras tan raras que tienes.

   Me gusta cuando me rozas sin querer el brazo y se me pone la piel de gallina.

   Me gustas cuando estamos con mucha gente y me miras sólo a mi, porque en ese momento siento que soy especial para ti.

   Me gusta cerrar los ojos para imaginarnos juntos, porque sólo ahí, sólo en mi mundo de luz y color, tengo el valor de mirarte a los ojos para decirte cuánto me gustas.

lunes, 26 de junio de 2017

MIEDO

Nueva entrada en la que hablo de algo que todos hemos tenido alguna vez...

   El miedo es una sensación que nos paraliza. Es algo que nos impide hacer aquello que queremos. Pero... si no hacemos algo por miedo ¿Realmente queremos hacerlo? Miedos hay muchos. A la muerte, al dentista, a las arañas, a enamorarnos. Y muchos más, seguro que tú has pensado en alguno. Voy a limitar esta sensación y me centraré en la relación del miedo con el amor.

   Miedo a enamorarse. Creo que esto es algo que hemos tenido todos alguna vez. El motivo habitual es porque nos hemos enamorado antes y ha dolido la ruptura. ¿Cómo lo solucionamos? Metiendo nuestro corazón en el congelador o creando un muro muy alto para evitar que nadie tenga acceso a él. Si a pesar de todo caemos, nos negamos dicho sentimiento y continuamos.La otra forma es aceptar que ha sucedido y a pesar del miedo damos rienda suelta a ese bonito sentimiento.

   Miedo al rechazo. Seguro que todos tenemos una gran colección de palabras que no hemos dicho porque pensamos que nos vamos a encontrar la puerta cerrada. En ese caso o aceptamos que a esa chica o chico no le vamos a gustar o cambiamos el miedo por el valor y se lo decimos.

   Miedo a que nos digan que sí. Puede parecer contradictorio pero si lo pensamos un poco tiene sentido. Nos gusta mucho esa persona pero la vida que tenemos es la que nos ha costado mucho esfuerzo conseguir. Todos sabemos que cuando empieza una relación es inevitable que haya cambios. La solución. O hacer la pregunta y arriesgarnos al sí. O no hacerla y quedarnos con el no mientras esperamos que no nos hagan a nosotros dicha pregunta.

   Miedo a que salga mal. Es muy parecido al primero, pero aquí ya damos por hecho que no va a funcionar. Por nuestra imaginación pasa la historia de amor más bonita jamás contada y nos centramos en el momento del adiós. En las consecuencias que puede tener, daño que nos van y vamos a hacer. Y de nuevo, mismas soluciones. O somos valientes y luchamos por esa persona que nos hace sentir mariposas en el estómago. O asumimos que era una historia con final y nos convencemos que es mejor no empezarla.

   Aiiiins el amor. Qué bonito sentimiento. Aunque más que bonito, yo diría completo porque puedes llegar a sentir desde la tristeza más dolorosa hasta la alegría más alegre pasando por la rabia o el entusiasmo. No soy nadie para dar consejos pero animo a la gente a cruzar esa barrera del miedo y darle una oportunidad a ese sentimiento gracias al cual estamos todos aquí.

domingo, 25 de junio de 2017

RODELLAR, NUEVA RUTA PARA NO OLVIDAR

Una nueva entrada en la que hablo de una excursión. 

   El día empezaba demasiado pronto. Como viene siendo habitual los domingos. Me acosté tarde y la lluvia me despertó antes que el despertador. Aunque me conseguí dormir después de oír la lluvia, no descansé igual. El asma hizo acto de presencia gracias a la humedad del ambiente.

   Salí de casa corriendo y pensando en gastar una broma al compañero que esperaba en una esquina cercana. Tenía demasiado sueño y no lo hice. Cuando llegamos al punto de encuentro, nos montamos en los coches y alguien gritó que nos faltaba una. Nuestra compañera venía con cara sorprendida al ver que nos íbamos sin ella. ¡¡María te queremos!!

   La lluvia nos acompañaba de camino al pueblo donde recogeríamos a dos componentes más. Recuento, 5 chicos y 7 chicas. En esta ocasión la cosa estaba más equilibrada???? que en otras ocasiones.

   Tras un rato de curvas, llegábamos al punto donde empezaba la ruta con un café y alguna galleta. Había que meterle algo al estómago para preparar al cuerpo para el ascenso. En esta ocasión el pueblo que nos recibía es rodellar.

   Ascendemos una cuesta y nos encontramos una poza, que volveremos a ver hacia el final del día. La ruta es preciosa. Bonito paisaje y compañía insuperable.

   Después de caminar varias horas bajo el sol, comemos algo. Estoy feliz, me entra la comida. Eso significa que el cansancio no es tanto como el de otras rutas. Pasan por nuestras manos de todo, sandía, gazpacho, queso con membrillo, incluso jalapeños y chocolate. Nos lo montamos bien.

   Tras un ascenso bajo el sol, baño en la poza del principio. Los más valientes se sumergen en el agua helada. Yo me dedico a mirarles desde la orilla mientras descanso. Minutos de relax y llegamos al bar. Vemos pasar un grupo de personas con unos perros. El último va con la lengua fuera. "Mira, ese es Isa". Lo dice con miedo por si me enfado, nada más lejos de mi intención. Las risas son generalizadas.

   De nuevo, una ruta genial. Quiero decir, desde mi espacio personal y con todo el sentimiento... ¡¡María te queremos!!

miércoles, 21 de junio de 2017

EL QUE LUCHA, GANA

Entrada donde hablo de lucha y echar de menos.

   Acabo de leer por el Facebook, un texto con varias frases motivadoras. Una de ellas es el título de la entrada. Ahora estoy hipersensible y se me ha ocurrido reflexionar sobre eso.

   Dentro de unas horas empieza pata mi una batalla sin cuartel. Es una lucha contra varios sentimientos muy poderosos y sé que soy la única que puede darles o quitarles las armas. Es la misma de todos los años por estas fechas. Lo positivo es que no me enfrento a nada nuevo y conozco a la perfección las reglas así que sólo tengo que hacer las cosas como se deben hacer.

   La primera batalla será contra las lágrimas mañana por la noche. Cuando los pequeños se vayan a pasar la noche y el mes de julio con su padre. Sí, ya lo sé, la teoría me la conozco a la perfección. Pero en la práctica los sentimientos son libres. Y sé que no hay que reprimirlos. Esa noche será para mí. Tal vez me de un paseo, puede que me ponga la tele para no verla o incluso de vía libre al dolor y escriba algo que muy posiblemente no vea la luz. Todo lo anterior, aunque no lo parezca, es luchar. Porque no sólo se lucha obligándose a hacer cosas, sino aceptando que lo que se siente es normal. Pero sin dramatismos ¿Vale? Que un mes y una semana pasan muy rápido si estás entretenida.

   La siguiente batalla de la que saldré vencedora será la que me enfrente a la soledad. Esa que vendrá rauda y veloz a abrazarme cuando el viernes por la noche entre en casa. La misma que me recordará que al día siguiente tengo que trabajar y que cuando llegue el domingo los niños no cenarán conmigo. Bueno, no pasa nada. La teoría la tengo aprendida y paso muchos fines de semana sin compañía infantil. Además, el sábado por la tarde tengo plan y seguramente el domingo me vaya de excursión.

   Conforme pasen los días y el mes avance, caerán sobre mis hombros los días. La ausencia se hará más pesada. Será esa sensación de "vale, como broma ya está bien. ¿Vuelven ya?" Pero cada hora que pase será una menos que me separe de lo que más quiero, así que veré el vaso lleno de días pasados y vacío de días de ausencia.

   Tengo un reto personal para este mes. Ya lo hice hace unos años y voy a hacerlo de nuevo. Mi gran amiga la bici y yo, nos iremos a Grisen por el canal. Es una ruta muy larga para la que hoy no estoy preparada, pero tengo todo el mes para conseguir la forma física necesaria para hacerlo.

   Ya sé que puede dar la sensación que no estoy bien y que estoy muy triste. En realidad no es así. Porque el que lucha, gana. Y aunque algún día esté un poco más triste que otro no pasa nada. Es positivo llorar la ausencia de un par que al que amo más que a mi vida.

LA MÚSICA A TRAVÉS DEL TIEMPO

Entrada en la que intento que lector sienta cosas gracias a la música.

   Hoy quiero hablar sobre algo nos hace viajar en el tiempo. Es una de tantas cosas. Un recuerdo, un olor, un libro... son muchas las cosas que nos hacen viajar sin necesidad de máquina alguna.

   La música. Es capaz de llevarnos al pasado. Con los primeros acordes, estamos en el día de nuestra boda o en la primera discoteca.

   Hoy no quiero contarte mis sensaciones, quiero que tú las experimentes. ¿Te animas? Es muy fácil. Piensa en una canción que haga mucho que no escuchas. Sí, una canción del verano está bien, no del verano pasado no. Tampoco del anterior. Una más vieja, aunque no sea del verano. ¿Ya la tienes? Vale, te dejo un poco más. Cuando la visualices, búscala en google. Puede que incluso te aparezca un enlace para escucharla. Te dejo unos minutos para que lo hagas, yo mientras voy poniendo un punto y a parte.

   Qué bonita es esa canción, o que triste, o que movida... Seguro que podrías contar una historia. Te habrá venido a la mente alguna persona, un olor, un lugar, tal vez una sensación térmica como frío o calor. Puede que ahora estés llorando o riendo. Igual tienes ganas de escuchar más canciones de esa etapa de tu vida.

   ¡Es magia! Una canción nos traslada al momento en el que la escuchamos por última vez. Sin pedir permiso, nos lleva de la mano a ese momento, mirada, beso, escalofrío. Es maravilloso el poder que tiene la música. Y no hace falta que nos guste la canción ni el cantante.

   Espero que hayas disfrutado tanto con esta entrada como yo con la canción que acabo de oír. En esta ocasión no quiero hablar de mi, tal vez en la próxima. Gracias por tu tiempo.

domingo, 18 de junio de 2017

EL AMOR DE MI VIDA

Entrada en la que reflexiono sobre qué es eso del amor de una vida.

   Acabo de ver un vídeo donde varias mujeres se reencuentran con el amor de su vida. Últimamente estoy hipersensible y las imágenes me han dado qué pensar.

   ¿Qué es exactamente el "amor de tu vida"? Como pasa siempre, cada persona tiene una definición. En el tema del amor es complicadísimo ser objetivo. Para una persona puede ser aquel primer amor, para otra la persona con la que se casó, o con la que tuvo la relación más larga o tal vez esa chica o chico que amó en silencio.

   No tengo una opinión formada sobre el tema. He vivido varias relaciones, de diferente duración, e incluso he llegado a estar casada. Cada hombre, en su momento, dejó huella en mi. El primer chico al que besé, mi primer amor, aquéllos con los que compartí varios meses... No sé... sería injusto ponerle a uno esa etiqueta.

   ¿Etiqueta? ¿Cargo? ¿Qué es ser amor de la vida de una persona? ¿Para ser eso tiene que ser recíproco? Quiero decir, para mí Juan puede ser el amor de mi vida. Digo Juan porque es un nombre que uso mucho en mis relatos y porque ni me gusta ni me ha gustado un chico con ese nombre. A lo que iba. Le nombro a él como amor de mi vida. ¿Yo lo seré para él? Entiendo que esto del amor es cosa de dos. Entonces, si yo no lo soy para él, el puede serlo para mi ¿O no?

   No sé, estoy muy confundida con el tema. ¿Puede haber más de un amor de nuestra vida? Cuando me he enamorado lo he hecho de verdad, con el corazón y para siempre. Al final, ninguna de las relaciones se ha mantenido hasta la fecha. ¿Se puede decir que cada una de las veces que he suspirado es porque he tenido ese amor?

   Me gusta pensar que lo mejor está por llegar. Y que si ahora mi corazón está libre es porque aún no ha llegado esa persona con la que voy a compartir el resto de mis días. ¿Mi último novio será el amor de mi vida? ¿Si muero soltera significará que no he tenido ese amor inolvidable?

   Por otro lado... ¿Qué se siente al estar con una persona sabiendo que no es el amor de tu vida? Para él tu puedes serlo, pero si no es recíproco la balanza está descompensada ¿No? Entiendo que hay personas que marcan más que otras. En el terreno de la amistad es muy fácil de ver, no te llevas igual con una u otra amiga. Entonces... ¿La relación que más te marcó es ese amor?

   Tal vez lo mejor sea vivir cada historia como si fuera la última. Porque de esa manera será intenso. No sé, me produce tristeza darle el título de "amor de mi vida" a una persona a la que no puedo ver cada mañana. Además, los sentimientos evolucionan. Y justo cuando creemos que no podemos sentir tal o cual cosa, lo hacemos y con más fuerza.

   En el vídeo que he visto comentaban las chicas que nunca habían sentido lo mismo al conocer a otras personas. Me produce cierta tristeza escuchar eso. ¿Con todas las personas que somos y no han encontrado a alguien capaz de igualar o incluso superar eso?

   Conforme escribo me reafirmo. Yo no he conocido todavía a esa persona. Quien sabe, tal vez, quizás... llegue a conocerla algún día y lo entienda todo. Si así fuera, lo contaría aquí, en mi espacio personal.

   Gracias por leerme y si te apetece hacer algún comentario, no dudes en hacerlo. Estaré encantada de conocer tu opinión.

 

QUERIDA PERSONA ESPECIAL

Entrada dedicada a una persona futura en la que le cuento cómo me gustaría pasar un día.

   Hola Persona EspecIal Futura:

   Me vas a perdonar, aún no sé tu nombre, por eso no lo pongo.

   Después de un día en el parque de atracciones, quiero contarte todas las cosas que tengo pensadas para hacer cuando estemos juntos. Quiero que vengamos aquí. Podemos hacerlo solos o con más gente, eso me da igual. Pero hay unas cuantas atracciones en las que quiero montar contigo. Igual detestas los parque de atracciones, pero estoy segura que vendrás por mí, igual que yo haré otras cosas por ti.

   Quiero que entremos en el laberinto de espejos. Será divertido empezarlo contigo de la mano y luego perdernos hasta encontrarnos a la salida. Te pido por favor que si ves que tardo mucho en salir, entres a buscarme. Con mi sentido de la orientación puedo estar dentro hasta que cierren y vuelvan a abrir el parque.

    También quiero montarme en la casa del terror. Te sonará infantil, pero es un sitio que me da miedo. Sé que te reirás cuando veas que no abro los ojos en todo el rato. Espero que me abraces con ternura para que pueda olvidar donde estoy y así disfrutar de tu compañía.

   Luego podemos ir a la noria. Me da un poco de miedo, pero desde arriba se ve toda Zaragoza. Podemos comentar donde está tal o cual barrio. Te enseñaré donde trabajo. Se ve desde allí arriba.

   ¿Dónde podemos ir más? ¡Ah! Sí. Al tiovivo. Me parece muy romántico cabalgar a tu lado mientras nos miramos. ¡No te rías! Venga, vale, dejo que lo hagas.

   Te pediré que me compres un algodón de azúcar. Prometo darte las gracias con un beso dulce y pegajoso.

   Si vamos en verano, nos podemos montar en los rápidos. Saldremos riendo y empapados de agua.

   En el barco Misisipi estaré detrás tuyo, para que me guíes en la oscuridad y me avises de los peligros que hay bajo nuestros pies.

   Si te gusta la montaña rusa o el revolution, veré como te montas. Y desde abajo te sacaré la lengua. Me dan miedo esas atracciones, pero quiero que te lo pases bien.

    Será un día muy bonito. Lleno de risas y complicidad, en el que nuestra vena más infantil saldrá a la luz. Cuando llegue la noche estaremos agotados y recordaremos cada atracción con esa sonrisa que sale sola cuando piensas en tu persona especial.

   Te mando un abrazo. Cuando nos conozcamos te daré muchos más.

   Firmado. Isa.

jueves, 15 de junio de 2017

HUELLAS

Entrada que va sobre lo que despiertan en nosotros las personas a las que ya no vemos.

   ¿Eres consciente de la huella que dejas en las personas? ¿Te has parado alguna vez a pensar si una persona de tu pasado sonreirá o se pondrá triste al hablar de ti? ¿Hay alguien de tu pasado a quien quieras abrazar y no te atrevas a decírselo? Muchas preguntas y tantas respuestas como personas.

   La semana pasada estaba un poco melancólica. El motivo fue porque me iba de excursión a un lugar donde la última vez había estado con una persona que no está en mi presente. Casualidades de la vida, encontré a esa persona en un supermercado. Le dije "hola" y seguí comprando. No me esperaba verle ahí y sé que él tampoco.

   Una servidora, que es muy sensible y pensadora, se quedó impactada. Querido destino ¿Qué significa encontrarme con esa persona a la que hace casi un año que no veo? Por supuesto, no resolvió mi duda. Tenía guardada para mi una sorpresa aún mayor. Pero no quiero contarla ahora. Se merece una entrada de blog o incluso un extenso relato.

   Recordando, la vida me ha devuelto al presente a varias personas que hacía años no veía. Una amiga de la infancia, el chico que me gustó en los scouts, mi querida prima y resto de familia... Son preciosos los reencuentros después de tantos años.

   Perdón, me voy del tema. No quiero hablar de los reencuentros, sino de las huellas que esas personas dejan en nosotros y las que dejamos en ellas. No sólo hablo de amor, sino de amistad, compañeros de trabajo o vecinos. ¿Cómo me recuerdan? ¿Qué sienten, si es que sienten algo, cuando mi nombre se pasea por su memoria? ¿Por qué dejamos que las personas que son importantes se conviertan en recuerdos y no las llevamos con nosotros?

   De nuevo, más preguntas. Sea como fuere, es maravilloso saber que una persona a la que quisiste te recuerda. Y más aún cuando te enteras que lo hace con cariño.

   Por hoy doy por finalizada esta entrada. De nuevo, gracias por tu tiempo y te animo a comentar e incluso a escribir a esa persona que te gustaría volver a ver. Porque si tú la recuerdas con cariño. Es muy posible que ella a ti lo haga con una sonrisa en los labios.

lunes, 12 de junio de 2017

ALQUÉZAR






Entrada donde cuento lo bien que me lo he pasado un sábado. 

   
   El día empezó demasiado pronto para mi gusto. Sólo había dormido unas pocas horas cuando el despertador amenazaba con taladrar mis oídos si no le hacía caso. En 20 minutos ya tenía la mochila preparada con ganas de pasarlo bien, agua y mucha ilusión.

   A la hora señalada estábamos en el parking esperando a una de nuestras conductoras. El recuento final era 1 chico y 6 chicas. No se lo monta mal el amigo no, porque éramos todas diferentes, altas, bajas, rubias, morenas... tenía para elegir. Bromas a parte, era una situación un poco rara porque no nos conocíamos todos. Eso sí, nos unía una cosa, la mochila cargada de ganas de pasarlo bien.

   Fui en el coche con una buena amiga, una compi del colegio y ahora de trabajo y el hombre valiente. La otra conductora iba con dos chicas que no conocía de nada, pero yo sabía que se lo iba a pasar bien las tres.

   Al poco de salir hicimos una parada en la gasolinera y nos dejamos el limpia trasero levantado. Cuando mi compi se dio cuenta empezamos con la broma del palo que estaba levantado. Envié un WhatsApp al grupo para avisar al coche delantero que llevábamos el palo tieso. Tras varios mensajes, paramos y lo bajamos. Porque ya sabemos que todo lo que sube... baja.

   El viaje se me hizo corto y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos tomando cafés y refrescos. La idea de quedarnos y tomar unas bravas era muy tentadora. Pero nos podía las ganas de disfrutar del paisaje. No era una ruta difícil, pero había que empezarla.

   Cuando iniciamos la bajada me empecé a encontrar mal. Es lo que tiene el no desayunar y hacer esfuerzo bajo el sol. Está claro que una chocolatina no me dio la energía que necesitaba. Pasado ese momento de bajón, continuamos hasta una cueva donde nos mojamos los pies para aliviar un poco el calor veraniego.

   Parecía que nos conociéramos de toda la vida. Había risas, bromas y todo se decidía de buen rollo. Nos pusimos de acuerdo en echarle la culpa de todo a una de nuestras conductoras. Ella lo asumía con una sonrisa.

   Pasamos por las pasarelas de Alquézar, que están en un precioso pueblo oscense. Te recomiendo visitarlo si no lo has hecho ya. Están a unos metros sobre un bonito río. No tiene dificultad ninguna, aunque a la aquí presente, le impresiona verse tan alta. Es lo que tiene ser bajita. Eso sí, en las fotos salgo con mi mejor sonrisa.

   Comimos muy cerquita de ese río que desde arriba se veía tan bonito. Os cuento un secreto. Desde abajo, aún lo es más. Relax, bocata casero, licor de chocolate con cereza cortesía de una compañera, sandía que llevaron dos compis más... allí lo tenía todo.

   Mientras miraba el río pensaba en lo lejos que estaban mis problemas. Allí no tenía ninguno. Era inmensamente feliz. Estaba relajada y no quería moverme. A la vez que yo estaba sumergida en mis pensamientos, un par se fueron a investigar lo que había río arriba. Otras chicas cubrían su cuerpo con el agua helada. Estábamos muy bien, muy a gusto.

   Después de pasear por las piedras y que una de nuestras chicas se cayera de culo, iniciamos el camino de vuelta. Una compi le devolvió a la chica que se había caído su chancleta. Debe ser que tenía más ganas que la dueña de emprender el camino.

   La subida no era tan pronunciada como la bajada. Se hizo corto. Con cada paso que daba, dejaba un nuevo recuerdo sobre las piedras. He estado en Alquézar varias veces y cada una de ellas ha sido especial y diferente. Bonito lugar, bonitos recuerdos, inmejorable compañía... no se puede pedir más. Bueno sí, una cervecita bien fresquita.

    Hicimos una parada en un pueblo llamado Adahuesca. Allí trabaja un amigo de una de las chicas. Cuando llegamos sólo éramos 5, ya que mi compi de clase y el chico se habían ido porque él trabajaba por la tarde. En el bar aprendimos sobre barranquismo y planeamos una salida con traje de neopreno. Teníamos guía y ellas tenían ganas de aventura así que sólo falta poner fecha.


   Con las últimas fotos nos despedíamos del amigo de nuestra compi y volvíamos a Zaragoza. El camino de vuelta fue entretenido. Hablando todo el rato de lo bien que nos lo habíamos pasado. Con ganas de repetir la experiencia.

   En media hora puse una lavadora con la ropa que llevaba porque la necesitaba para el día siguiente. Me duché y me arreglé un poco para salir a cenar con una gran amiga. Fue el broche de oro a un día en el que la belleza interior de las personas con las que iba superaba a la del paisaje.
 

sábado, 10 de junio de 2017

VIVIR EL PRESENTE NO ES TAN FÁCIL

Una nueva entrada que habla sobre cómo vivir el presente desde el lado racional y emocional.

   Hoy me ha venido una idea a la mente. Bueno, más bien una pregunta. ¿Cómo se hace para vivir el presente? Sí, la teoría me la sé, nos la sabemos todos. Pero... ¿Soy la única que lo ve complicadísimo? Vivir el presente. ¿Y el pasado? ¿Y los recuerdos? Eso ya no importa, porque no va a volver. ¿Y el futuro? Tampoco existe. Existirá... o no. Tenemos que centrarnos en el hoy. ¿Y cuando ves a una persona de tu pasado? Es inevitable que por un momento vuelvas a la época en la que tenías contacto. Pero eso son recuerdos. Y hay que dejarlos donde están, en ese gran cajón de recuerdos que todos tenemos.

   Vale, la parte racional ahí está. El pasado no pinta nada en un presente que no sabemos si tendrá futuro. Pero... ¿Y la parte emocional? Esa no entiende de tiempos verbales, entiende de latidos. Una sonrisa que te hace sentir algo especial, un olor que te recuerda a una persona que echas de menos y por la que derramas una lágrima, un sabor que te hace sonreír al recordar la comida de mamá. ¿Qué? ¿Y ahora cómo se hace para no sentir ese cosquilleo, derramar esa lágrima o disimular la sonrisa? Con el futuro pasa igual. La ilusión porque llegue ese día señalado en el calendario, la esperanza por aprobar un examen, el nerviosismo porque tienes una cita el fin de semana. También hay otros sentimientos como el miedo porque te operan o la tristeza porque vas a estar un mes sin ver a las personitas que quieres. Yo esto no sé hacerlo. No sé no sentir.

   Dentro de la gran dificultad que veo, me parece mucho más sencillo vivir el presente desde la razón. Eso de mantener a ralla las emociones y decirle al corazón que no se altere tanto porque algo positivo va a pasar, no lo veo factible. Sé que se puede llegar a controlar, que hay técnicas para vivir intensamente el presente. Pero yo creo que seguiré conjugando a la vez los tres tiempos verbales. Presente, pasado y futuro.

   Gracias por leerme y si te apetece comentar la entrada estaré encantada de responderte.

lunes, 29 de mayo de 2017

VIVA YO


Entrada en la que cuento cómo he pasado un domingo de excursión...

   Sí, lo sé. El título suena presuntoso. Si es la primera vez que lees mi blog, pensarás que soy una creída y si ya sabes que no lo soy, te sorprenderá. Pero en estos momentos, después de un día tan intenso, no se me ocurre un título mejor. Como ya has leído en la introducción, voy a contar cómo he pasado un bonito domingo.

   Todo empezó esta mañana a las siete de la mañana. Había quedado en un cuarto de hora e iba loca por la casa preparando las cosas. Me hice dos sándwiches, metí el agua (metí tres botellas de medio litro y saqué una), un batido de fresa, una ensalada... Lo siguiente era vestirme. El día anterior, aprovechando la tarjeta regalo de unas amigas, me compré un pantalón de senderismo. Decidí volver a la montaña y lo iba a hacer con la ropa adecuada. Adiós a mis cómodos vaqueros. Quito las etiquetas y me pongo un pantalón... una talla más pequeña. Me metí dentro del probador con dos tallas, decidida a cogerme la mía y sin querer cogí la equivocada. Contengo la respiración y abrocho el botón. Ya estaba lista para una ruta que me habían avisado que iba a ser dura. Pero ¿Quién dijo miedo? Yo no... aún.

   Llego cinco minutos tarde al lugar donde había quedado con una de mis compañeras de fatigas. Tengo que aprender a levantarme antes. Estar sentada al volante no era muy cómodo, pero yo no iba a renunciar mi recién estrenado pantalón de senderista.

   Ya en el lugar de la quedada, dos besos a los componentes de la excursión y cada uno a su coche. Un par de guantes hacen compañía al resto de cosas. Minutos después de arrancar, una parada para recoger al último compañero. En total, 9 personas, 6 chicas y 3 chicos. En común ganas e ilusión por llegar al punto de destino.

   Muy cerca del parking empieza la ruta. Antes de empezar, guardo mi batido de fresa en la nevera de un compañero, nos echamos crema y algunos se ponen las botas de montaña. El inicio, cuesta arriba, como tiene que ser. Mis pulmones luchan por acostumbrarse al esfuerzo extra. Subimos por un camino de piedras con arena. No es difícil el ascenso, pero sí requiere que ponga mi cara seria de concentrada. De vez en cuando alguien me pregunta como voy. Sonrió tímidamente y miento "bien".

   Cuando llevamos un rato, nos toca subir por cuerdas. En el primer sitio está enrollada y una de las chicas tiene que subir "a pelo". Amablemente, nos la lanza desde arriba. Consigo subir. Ole por mi. Unos metros mas allá, otra cuerda y tras subir durante unos minutos, la última cuerda. Elegimos entre agarrarnos a ella y ascender o trepar por unas rocas. Voy toda decidida, vale... es mentira. Me pongo delante de unas grandes rocas con más miedo que otra cosa y empiezo a subir. Una mano amiga me invita a cogerla. Mis pies no encuentran punto de apoyo. Me bloqueo. No puedo subir, tendré que quedarme abajo. Venga, que yo puedo, ya están arriba 7. Miro la mano, no me atrevo. Respiro hondo y alguien me coge y tira. Sin saber cómo llego hasta arriba, al cambiar de persona se ha ido el bloqueo y he sido capaz de superar el tramo más difícil.

   Esta ruta está siendo dura y no sólo por el esfuerzo físico que requiere, sino por el esfuerzo mental. Lucho contra los "no puedo", "estoy agotada, yo me quedo aquí" y los combato con "sí puedo", "a pesar del cansancio llegaré hasta la cima". También ayudan mucho los ánimos que me llegan de fuera "vamos bien" "tú puedes" "después de esta curva se acaba la subida". Frases motivadoras que animan más de lo que parece.

   Las manos me huelen a bicicleta, porque uno de los compis que me ayudó llevaba guantes de bici. Recuerdo la ruta más larga que hice cuando le daba a los pedales, 60 kms. Y los hice todos. A pesar de que estuve tentada varias veces de tirar las dos ruedas al canal. Si superé eso, podré con todo.

   El último tramo es el más duro. Piedras sueltas. Recibo mucha ayuda que tanto yo, como mis rodillas agradecen. Me piden que pise con seguridad, pero las rodillas tiemblan y no es posible. Poco a poco, vamos avanzando hasta la cima. Merece la pena el gran esfuerzo.

   Comemos algo, nos hacemos unas fotos, descansamos y para abajo. Cuando acabemos las piedras sueltas unos suculentos sándwiches me esperan. No hay manera de parar el temblor. El cansancio y el miedo se han apoderado de las rodillas. A pesar de ello, consigo llegar abajo. Tres mordiscos al primer sándwich y lo guardo en la mochila. No soy capaz de comer nada, ni la ensalada. Siento frustración. Hacía tiempo que no me pasaba. En las primeras excursiones a las que salí, hace ya varios años, no era capaz de comerme la comida que llevaba. Una chocolatina, frutos secos, algo de fruta... pero imposible algo con más consistencia. Decido que el próximo día, llevaré algo que me apetezca mucho y lo comeré.

   Tras un descenso que se me antoja interminable, llegamos a los coches. Mi nivel de cansancio es nuevo. Nunca había estado tan agotada. Agradezco el agua fresca que me ofrecen y bebo el batido de fresa fresquito. Me sabe a gloria, delicioso, el mejor de la historia. Sé que el culpable de todas esas sensaciones es gran esfuerzo físico.

   He sido capaz de subir y de bajar sin abrirme la cabeza. El pantalón se me ha roto, al igual que las bragas debido a que lo he paseado por media montaña, la sensación de subir el peso de comida que no me he comido tampoco es agradable. Pero a pesar de todo, estoy muy contenta y orgullosa de mi.


   Ya en casa y tras una merecida ducha, veo que me he llevado los guantes de una compañera. No pasa nada, seguro que la volveré a ver delante de un café o de otra montaña.

   Se me olvidaba recordar las cervezas de después de la ruta. Risas, bromas, buen ambiente y las últimas fotos para recordar siempre un domingo inolvidable.


jueves, 18 de mayo de 2017

HAY QUE VIVIR

Entrada escrita después de un paseo mañanero con dos personas que sin saberlo, me han enseñado mucho.


   Vive, joder, vive. Pero... ¿De dónde se sacan las fuerzas para levantarse cada día? ¿Como se hace para mostrarle al mundo tu amplia sonrisa? ¿De qué manera silencias las palabras que tu corazón te grita y tú no quieres oír? Cuando miras a tu alrededor y ves a tu gente pasarlo mal... ¿Qué haces con toda esa impotencia que sientes al no poder ayudarles como te gustaría?

   La teoría me la sé, de verdad que sí. Vivir el momento, dar gracias por todo lo que tenemos, valorar como se merece el poder levantarnos cada día de la cama. La actitud. Pero cuando los sentimientos hablan, no hay quien los calle. Ellos no entienden de problemas económicos, entienden de agobio. Ellos no ven que la vida es efímera, ellos lloran la ausencia.

   Ayer pensaba que la vida es maravillosa, que la vida es lo mejor que nos puede pasar y que tiene que ser dura para que la podamos valorar tal y como se merece. Porque lo que más nos cuesta es lo que más apreciamos. Aunque haya momentos en los que sacamos de paseo la bandera blanca para rendirnos o no tengamos claro el camino a seguir.

   Una vez me preguntaron qué quiero ser de mayor. Feliz fue mi respuesta. Es lo único que quiero, felicidad. Ser capaz de sonreír y tener la fuerza necesaria para hacer sonreír a la gente que me rodea. De día todo se ve mejor, con la luz del sol las cosas tienen color. Pero por la noche las sombras acechan, igual que las lágrimas. De noche las cosas no tienen vida ni color.

   Sí, voy a ir por ese camino. Por el de la sonrisa y la felicidad. Voy a dar gracias por cada minuto que tengo la capacidad de respirar. Voy a llorar, pero de felicidad y lo haré siempre que tenga ocasión. Porque sólo así podré valorar de verdad, todo lo que tengo. Y no hablo de cosas materiales. Se acabó el ser infeliz con lo que no tengo. Adiós a la frustración porque me gustaría estar de vacaciones o porque la lotería no toca. Voy a darle a cada cosa, el valor que tiene.


   Adiós tristeza e impotencia. Hola alegría y aceptación.

domingo, 23 de abril de 2017

GRACIAS POR UN SAN JORGE ESPECIAL

   Hoy quiero contaros cómo he pasado el día. Ha sido una jornada estupenda, maravillosa, genial. Tengo dos grandes amigas, que ellas ya saben quiénes son, y hoy querían celebrar mi cumpleaños. Me conocen bien y me han llevado a un sitio precioso... y lleno de gente. Gracias a la festividad de San Jorge, estaba allí todo el pueblo. Bueno, en realidad estaban porque han convocado a todos los ciudadanos para la celebración, pero nos hemos quedado sin mesa. Un improvisado plan b nos ha llevado a un parque precioso y cerca de la ciudad.

   Son geniales mis chicas y nos han preparado la comida a los pequeños y a una servidora. Macarrones con jamón serrano, ensalada, carne, tortillas de patata, patatas fritas... el menú no podía ser más completo. Después de comer, con refrescos y pan incluídos, me han tapado los ojos. Ya os podéis imaginar todo lo que he oído. Desde "oyeeee que esa es mi chaqueta" una bonita chaqueta de rallas de colores, hasta notar agua en la cabeza, cortesía de mi hijo mayor. Me han bajado de la mesa de ping-pong donde estaba sentada y me han hecho rodearla. Cuando se han decido a quitarme la bonita chaqueta he visto una tarta preciosa. Tras cantar el cumpleaños feliz y soplar las velas dos veces porque se me ha olvidado pedir un deseo, la he cortado en un montón de trozos que he repartido.

   Un mini paseo por el desconocido y bonito parque y hemos cogido los coches para tomar un café en un sitio donde pudiéramos sentarnos en una mesa y en unas sillas. En el parque al que hemos ido a tomar algo las sillas eran dos palets y la mesa un trozo de tabla sobre dos neumáticos de alegres colores.

    Después del café, me he quedado con una de mis chicas disfrutando del sol hasta que ha llegado la hora de ir para casa.

   Gracias a los cuatro, y a los todos los pequeños y pequeñas por una gran fiesta de cumpleaños. Gracias por el regalo. Gracias por vuestra compañía y por animarme a superar mi miedo con la autovía. Sois personas maravillosas y yo soy muy afortunada por teneros en mi vida.

   Parece una tontería, pero el obligarme a salir de casa un domingo y llevarme a un bonito parque, me carga las pilas un montón. Hoy me he venido a casa con la sensación de que tengo que vivir a tope el presente. Quiero disfrutar al máximo de cada minuto que la vida quiera regalarme.  Y es lo que voy a hacer, miraré al presente a los ojos y le diré que desde ya, voy a ser todo lo feliz que sea capaz de ser.

miércoles, 19 de abril de 2017

AMENAZA MAÑANERA






Relato basado en un hecho real.

    —Te voy a rajar de arriba a abajo.

    —¡Mierda! ¿Tú otra vez? ¿Pero no te habían asignado otro compartimento? 

    —Jajaja. Ya ves que no. Cárcel más grande, pero seguimos siendo compañeros.

   —Sí... ya veo ya... ¡¡Isabeeeel!!

   —No puede oírte. A estas horas va de camino al trabajo y no te necesita.

    —Mira, tronco, vamos a ser razonables ¿Vale? Tú te alejas de mí y nadie sufre daños. 

   —De eso nada. Yo te rajo enterito y tan amigos. Pero... ¿Qué es eso? ¿Luz?

   Isabel coge el móvil para mirar la hora. Nota que está helado y le sorprende, no hace tanto frío a pesar del cierzo. Habría jurado que temblaba en el momento que le tocó, pero en la pantalla no aparecía ningún mensaje. Va bien de tiempo. Vuelve a guardar el aterrorizado móvil en el bolso y al meter la mano se da cuenta que las llaves campan a sus anchas. Las guarda en otro bolsillo y cierra la cremallera. 

   —Hola, guapo. 

   —¡Horror! ¡Monedas! ¡¡¡Isabeeeel!! Exijo mi independencia inmediata.

   Afortunadamente para él, la joven está en una tienda de bolsos y busca uno donde quepa y lo tenga a mano. Por un instante piensa... ¿No se sentirá sólo? ¡Qué tontería! Es un móvil. No tiene sentimientos.

   

martes, 11 de abril de 2017

ÚLTIMAS LETRAS


Relato que va sobre una chica que vuelve al trabajo después de una semana.


   María abre la puerta de la oficina, cabizbaja. Camina despacio hasta su mesa, situada al final del único pasillo. No saluda a nadie, no tiene ganas de hablar. Hace una semana que su padre falleció y la tristeza no ha abandonado su alma.

   —Hola María. —saluda Roberto, su jefe. — sabías que no hacía falta que volvieras tan pronto. ¿Verdad?

   Ella levanta la vista a tiempo que una lágrima resbala por su mejilla.

   —Lo sé, pero hoy es mi cumpleaños y no quería quedarme en casa. La vida sigue y debo cumplir con mi obligación.

   Aparta la mirada de unos ojos negros que la observan con admiración. Coge el primer papel del montón que tiene sobre la mesa. Es una factura. Enciende el ordenador al tiempo que muerde el tape del boli mientras mira la factura sin verla.

   Durante toda la mañana se respira un ambiente de tristeza. Las bromas habituales dejan paso a los susurros. Los gritos del jefe pidiendo las cosas para ayer son sustituidos por palabras educadas apenas audibles por el destinatario. Todo el mundo se compadece en silencio de una María triste que intenta trabajar y no es capaz de hacerlo sin que las lágrimas asomen por sus mejillas.

   —Buenos días. ¿María? —Un alegre repartidor abre la puerta. Lleva en las manos un gran ramo de flores.

   —Soy yo. —Acierta a decir entre lágrimas mientras se acerca al hombre.

   Tras firmar el papel que le entrega, lee la pequeña nota.

   "Muchas felicidades, ratoncita. Es muy probable que no pueda darte un beso hoy. He oído a los médicos hablar con tu madre cuando pensaban que dormía. Si se cumplen sus expectativas, quiero decirte que eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Te quiero. Siempre. Allá donde esté"

viernes, 7 de abril de 2017

ESTACIÓN

Entrada que habla sobre las estaciones...

   Las estaciones tienen un olor que las caracteriza. Huelen a despedidas y a reencuentros, a prisas cuando llegas tarde y a horas de espera cuando llegas muy pronto. También tienen un sabor único, el de las lágrimas. Dulces en el reencuentro y saladas en la despedida.

   Es algo mágico lo que se vive en un amplio espacio. Muchas personas andan de un lado a otro. Todas diferentes entre sí. Viajeros de primera clase se mezclan con adolescentes que pagan su primer viaje en monedas que entregan llenos de ilusión.

   Una estación es el punto de partida para la aventura. El primer viaje con los amigos, viajar para conocer a un nuevo miembro de la familia, una boda en la ciudad de destino, un viaje de trabajo...

   Y el tiempo que avanza y se detiene a partes iguales. Avanza cuando tienes prisa y se detiene cuando el autobús o el tren lleva retaso.

   Las estaciones siempre me han inspirado mucho y hoy les he querido rendir un pequeño homenaje. Espero que hayas disfrutado de esta nueva entrada.

martes, 4 de abril de 2017

20. ASÍ SOY YO EN EL AMOR

   Bueno, lo he conseguido. He sido capaz de completar mis 20 textos de amor. Este es el último. Para decirle "hasta luego" a mi tema favorito, quiero hacerlo hablando sobre él. Desnudar mi alma y contar qué significa para mí el amor. Hoy no quiero que ningún personaje hable, sino que lo haré yo, Isabel.

   Para mí, el amor es el sentimiento más grande que existe. Me he enamorado varias veces. Y cuando las cosas iban bien he sido la mujer más feliz sobre la faz de la tierra y parte del sistema solar. Soy una persona muy sensible y eso me ayuda a vivir intensamente cada mirada o beso.

   Cuando me enamoro lo doy todo. No sé dar menos. En infinidad de ocasiones he comentado con mis amigas que soy de las que se lanzan de cabeza a la piscina antes de preguntar si hay agua o si ésta está fría o caliente. Lo compruebo por mí misma cuando me doy el batacazo contra el suelo. No todo va a ser bueno y reconozco que soy muy exigente. Considero que si yo estoy dispuesta a dar un 100... ¿Por qué no esperar recibir como mínimo un 80?

   En el amor me gusta hablar las cosas. Dejar todo lo más claro posible. Prefiero un "no" que un "no sé... puede... tal vez..." que en el fondo es lo mismo pero con más palabras. Igual que voy de frente, me gusta que lo vayan conmigo.

   Hasta la fecha sólo he encontrado personas con las que compartir varias estaciones de mi viaje en tren. Tarde o temprano, todos lo abandonaban o les invitaba yo a bajarse. ¿Por qué? Nunca me he parado a pensarlo fríamente. Pero supongo que simplemente era porque en nuestro destino no estaba seguir en el mismo tren. En todas y cada una de las relaciones he aprendido algo. Lo que no tengo tan claro es que sea capaz de aplicarlo y tampoco lo veo necesario porque cada persona es diferente y ninguna relación se parece a la anterior. Supongo que lo que debo aprender es a ser mejor persona y de esta manera conseguiré disfrutar más de cada etapa.

   Me gusta que la persona que está a mi lado se sienta especial. Demostrarle a cada momento lo mucho que significa para mí. Soy muy detallista y me gusta decir "te quiero" de todas las formas posibles. Vamos, que soy muy romántica.

   Bueno, creo que ya he hablado mucho de mi. Espero que no se me quede nada en el tintero. Como normalmente digo, gracias por estar ahí, al otro lado de la pantalla. Y espero que disfrutes leyendo las nuevas entradas como yo lo hago escribiéndolas.

miércoles, 29 de marzo de 2017

19. CORAZÓN Y RAZÓN UNIDOS.

Relato inédito que habla sobre una alianza poco común...

   Laura entra en casa. Son las ocho de la noche y está agotada. Sólo quiere cenar algo rápido e irse a la cama. Cuando deja el bolso y el abrigo en la silla una voz le saluda.

   —Buenas noches, Laura. —Ella sonríe. Es la voz de su corazón.

   —¿Qué tal has pasado el día?— La voz de la razón le sorprende

   —Corazón, Razón. ¿Qué hacéis juntos?

   —Tenemos que contarte algo. Siéntate y ponte cómoda. El amor de tu vida va a llegar pronto. Consideramos que durante estos años has aprendido mucho y te mereces ser feliz y dejar de preocuparte por si el amor verdadero existe o no. Así que lo encontrarás.

   —Esto que me cuentas, Razón, es muy bonito. ¿Dónde está la pega? Nunca os he visto unidos y eso me asusta.

   Corazón toma la palabra.

   —Queremos hablarte de las nuevas sensaciones que juntos vamos a experimentar. En esta ocasión, mi compañero de fatigas estará callado. Te haré creer que ese hombre maravilloso que conocerás próximamente es mi dueño. Pero no va a ser así. Juntos tú y yo le vamos a querer como a ningún otro. Sólo veremos sus cosas buenas y las malas no tendrán importancia, Razón se encargará de que parezcan virtudes poco comunes. Nos lo vamos a pasar muy bien. Volaremos sobre una nube tan alta que no habrá ni rastro de nada negativo. Y cuando mejor estés. —Corazón empieza a llorar y Razón toma la palabra

    —Cuando eso suceda, te golpearás contra el suelo. Te diré todas esas cosas que habré callado durante meses, te mostraré la cara de un hombre manipulador que es muy consciente del poder que tiene sobre ti, te mostraré con claridad todas y cada una de las mentiras que habrá detrás de cada "hoy no puedo quedar, tengo una reunión de última hora" y te enseñaré que los detalles ocultaban traiciones.

   Laura está en shock. ¿Por qué le dicen todo eso?

   —Queremos que estés preparada —continúa hablando razón— está conversación la habrás olvidado con el primer rayo de sol. Queremos hacer de ti una persona fuerte, con las ideas claras y con la certeza de que eres capaz de mover cielo y tierra con sólo proponértelo. Existe el amor verdadero, pero sólo hay uno y es maravilloso. Pero para que puedas disfrutar de él, debes estar preparada. Y esta es nuestra manera de hacer que lo estés. No nos preguntes por tiempos, eso no es cosa nuestra. Sólo disfruta y vive con intensidad cada momento. Ya es tarde, debemos irnos. Acuérdate de olvidar esta conversación.

   Laura ve cómo las dos voces salen por la puerta por la que ella ha entrado hace tan solo unos minutos. Se siente abatida. Tiene que pasar una última prueba para poder disfrutar de la plenitud del sentimiento más bonito que existe. No sabe si estará preparada para hacerlo.

   Decide hacer caso a las voces y aparca los pensamientos. Cena una ensalada y camina hacia la cama. No tarda en caer dormida. Sueña con nubes, fuegos artificiales, sonrisas, dibujos de corazones. Sueña con la felicidad que le da saber con certeza que el amor para toda la vida sí existe.

martes, 28 de marzo de 2017

18.UN MAL DÍA, UN BUEN DÍA.

Relato publicado el día 1/1/2012. Habla sobre un día y una cita en la vida de la protagonista.


   Laura entra en casa y cierra la puerta. Tiene que cenar y arreglarse para salir pero no le apetece nada. Ha tenido un mal día en el trabajo. Bueno, no un mal día, un día peor que malo.

   Suena el móvil un mensaje le recuerda la hora a la que han quedado y las ganas que tienen de conocerla. Sonríe. Ella también tiene muchas ganas de conocer a su amigo de internet con el que lleva un mes hablando.

   Deja el móvil sobre la mesa y camina hacia el baño. Tiene ganas de llorar, de gritar, de golpear con rabia cualquier cosa que se ponga delante. Decide quedarse con lo primero y frente al espejo llora. Llora por el mal día que ha tenido, por que una amiga suya tiene a su bebé ingresado, porque dentro de dos día va a estar un mes sin ver a sus pequeños, porque su padre no le habla por culpa de su hermana...

   De nuevo, el móvil suena. Al mirarlo vuelve a sonreir entre lágrimas, el chico en cuestión se aburre y le apetece hablar con ella. Le contesta con un breve mensaje, le pide unos minutos para darse una ducha rápida.

   En la cama está la ropa del trabajo. La mira y recuerda el mal día. Llorando todavía se mete en la bañera. Los vecinos vuelven a discutir. Tiene ganas de tirar la pared abajo y pedirles que se callen. En vez de eso recuerda la nana que le cantaba a sus hijos cuando éstos eran pequeños.

   Poco a poco se relaja, el agua caliente y las sales de baño ayudan a ello. Tiene poco tiempo pero necesita unos minutos de no pensar en nada.

   Ya duchada, ve como el agua se va. Allí ha dejado todo el estrés y la tensión acumulada. Escucha un grito. Sus vecinos siguen enfadados. Lentamente se arregla. Mira el reloj y no le da tiempo de cenar, decide hacerse un sandwich. Con él todavía en la mano sale de casa.

   Mira el móvil y dos mensajes le informan que su cita ya está de camino al lugar donde ha quedado. Por primera vez en el día, piensa en él. Le conoció a través de una red social hace un mes. Desde el primer momento le pareció un chico encantador, educado, simpático, guapo... Debería estar nerviosa, porque a pesar de haber hablado tanto por el chat nunca le ha visto en persona. La experiencia le dice que ese primer contacto es muy importante, ya que con él sabes si le puedes tener como amigo, si hay feeling, o si es una persona que te ha mentido en todo lo que te ha dicho. No está nerviosa, al contrario. Las ganas que tenía de conocerle cuando tan sólo llevaban dos días hablando en este momento se ven multiplicadas. Si, eso es lo que siente. Ganas de conocerle. Nada de dudas ni inseguridades.

   Una mano le saluda desde una esquina de la plaza donde han quedado. Sonriendo, camina hasta llegar a su altura. Pronuncian sus nombres y se dan dos besos. La primera pregunta la hace él. "¿Qué tal el curro?" Ella suspira. Decide ser sincera y le cuenta lo sucedido. Una vez a acabado le pide disculpas por el rollo que le ha metido. "Un brindis porque no vuelvas a tener días como este" Dice él levantando su cocacola. Justo en el momento en el que los vasos chocan ella siente que hace años de su mal día.

   La conversación hace un recorrido por la vida de estos dos amigos que se acaban de conocer. Laura está feliz y muy contenta de haber aceptado aquella fría noche hablar con un desconocido.

   Cuando el sueño amenaza con dejarla dormida en cualquier sitio, decide que es hora de ir a casa. Él se ofrece a acompañarla. De camino a su casa siguen hablando. Parece que les hayan dado cuerda, que tengan la necesidad de contar a la persona que tienen delante todo lo que no sabe de su vida.

   Ya en el portal de casa ella le da dos besos y le agradece la velada. Tiene ganas de darle un beso, de decirle que le gusta mucho, de pedirle que suba a su casa, pero decide no hacerlo. Quiere dejar ahí la velada. Le da miedo que su amigo no sienta lo mismo y sentirse rechazada. A pesar de que sus ojos brillan cada vez que la mira.

   En la cama sigue la ropa del trabajo, la pone en una silla. Ya no le recuerda el mal día que ha tenido, ahora le recuerda la bonita velada.