domingo, 23 de abril de 2017

GRACIAS POR UN SAN JORGE ESPECIAL

   Hoy quiero contaros cómo he pasado el día. Ha sido una jornada estupenda, maravillosa, genial. Tengo dos grandes amigas, que ellas ya saben quiénes son, y hoy querían celebrar mi cumpleaños. Me conocen bien y me han llevado a un sitio precioso... y lleno de gente. Gracias a la festividad de San Jorge, estaba allí todo el pueblo. Bueno, en realidad estaban porque han convocado a todos los ciudadanos para la celebración, pero nos hemos quedado sin mesa. Un improvisado plan b nos ha llevado a un parque precioso y cerca de la ciudad.

   Son geniales mis chicas y nos han preparado la comida a los pequeños y a una servidora. Macarrones con jamón serrano, ensalada, carne, tortillas de patata, patatas fritas... el menú no podía ser más completo. Después de comer, con refrescos y pan incluídos, me han tapado los ojos. Ya os podéis imaginar todo lo que he oído. Desde "oyeeee que esa es mi chaqueta" una bonita chaqueta de rallas de colores, hasta notar agua en la cabeza, cortesía de mi hijo mayor. Me han bajado de la mesa de ping-pong donde estaba sentada y me han hecho rodearla. Cuando se han decido a quitarme la bonita chaqueta he visto una tarta preciosa. Tras cantar el cumpleaños feliz y soplar las velas dos veces porque se me ha olvidado pedir un deseo, la he cortado en un montón de trozos que he repartido.

   Un mini paseo por el desconocido y bonito parque y hemos cogido los coches para tomar un café en un sitio donde pudiéramos sentarnos en una mesa y en unas sillas. En el parque al que hemos ido a tomar algo las sillas eran dos palets y la mesa un trozo de tabla sobre dos neumáticos de alegres colores.

    Después del café, me he quedado con una de mis chicas disfrutando del sol hasta que ha llegado la hora de ir para casa.

   Gracias a los cuatro, y a los todos los pequeños y pequeñas por una gran fiesta de cumpleaños. Gracias por el regalo. Gracias por vuestra compañía y por animarme a superar mi miedo con la autovía. Sois personas maravillosas y yo soy muy afortunada por teneros en mi vida.

   Parece una tontería, pero el obligarme a salir de casa un domingo y llevarme a un bonito parque, me carga las pilas un montón. Hoy me he venido a casa con la sensación de que tengo que vivir a tope el presente. Quiero disfrutar al máximo de cada minuto que la vida quiera regalarme.  Y es lo que voy a hacer, miraré al presente a los ojos y le diré que desde ya, voy a ser todo lo feliz que sea capaz de ser.

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