lunes, 14 de noviembre de 2011

BONITA POESÍA DE JORGE LUIS BORGES

La semana pasa hice un curso en trabajo y nos dieron una poesía. Con cada situación de la vida, siempre he encontrado una canción que la describía. En esta ocasión, ha sido esta poesía.

Y UNO APRENDE

Y uno aprende.
Después de un tiempo
uno apernde la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.


Y uno aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos
y que los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprend a construir todos sus caminos en hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes,
y los futuros tienen una forma
de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado
hasta el calorcito del sol quema.

Así que, uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar
que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente
puede aguantar,
que uno realmente es fuerte
que uno realmente vale
y uno aprende y aprende
y con cada día, uno aprende.

jueves, 3 de noviembre de 2011

UN BAR CUALQUIERA

María camina hacia su puesto de trabajo. Ha dejado a los chicos en el cole y lucha contra el cierzo metiendo la cara en el abrigo. Se subiría la bufanda, pero la sola idea de sacar las manos no le motiva lo más mínimo. El frío le hace recordar que estamos en invierno. Lejos queda el anormalmente caluroso otoño. Es un día normal, bueno, normal no. Un lunes. Uno de esos días en los que no te apetece madrugar, especialmente cuando has llegado a las 9 de la mañana del día anterior. Se empieza a plantear que ya está muy mayor para esos trotes. Nota que el bolso vibra. Mensaje. Luego lo leerá, hace demasiado frío para sacar las manos de los bolsillos, abrir el bolso, buscar el móvil, cogerlo, cerrar el bolso y helarse mientras lee el mensaje. Durante un rato intenta pensar en otra cosa. No puede. Quiere saber el remitente del texto. Intuye que será su compañía de teléfono ofreciéndole una oferta. Faltan pocos minutos para llegar a su puesto de trabajo. La curiosidad se apodera y lo lee. Siente como si el mundo se detiene. Ya no hace frío, no nota el aire que amenaza con helarle las manos. El remitente es el que menos se esperaba. El texto, corto conciso y claro. Nota una punzada en el estómago. "No, ahora no. " Piensa mientras intenta caminar. Es su ex. Le quiere dar las explicaciones que no le dio en su momento. Justo ahora que ya lo tiene superado, que ha encontrado un grupo de gente con el que salir, que se ha habituado a todos los cambios a los que le obligó él al dejarla... Llega a su trabajo con el móvil todavía en la mano. Lo deja, cuelga el abrigo y se sienta para abrir el ordenador que también está de lunes. Mas tarde contestará el mensaje del chico que le pide unos minutos de su tiempo para aclarar las cosas que no se aclararon en su día. Por un lado le apetece, porque así puede quitarse la espinita que se le quedó clavada. Por el otro, volver a revivir todo el dolor pasado... Respira hondo y decide contestar al mensaje. "Ok. Nos vemos el sábado a las cinco en el bar donde nos conocimos" Breve, conciso y claro. Intenta apartar de su mente los recuerdos que le invaden, pero no puede, ellos son mas fuertes. Se centra en las personas que conoció en un bar hace algunas semanas. Había un chico que no estaba nada mal, pero no pertenecía al grupo de la gente con la que iba, así que no pudo saludarle. Tal vez este sábado por la noche, después de las explicaciones... Los clientes le obligan a centrarse. Los problemas con la factura le llevan a concentrar toda su atención en los números.

Luis observa a cada persona que entra por la puerta. Ha llegado una hora antes y ahora se arrepiente de ello. No sabe si será puntual, o le dejará colgado. Lo cierto es que siente que se lo merecería. Ha pasado unos meses duros. Tomó una decisión difícil justo en un momento en el que no hay que tomarlas, cuando estaba agobiado con el mundo. Hoy dará las explicaciones que no ha tenido valor de darlas antes. Se espera todas las reacciones posibles y piensa que esta preparado para ello. Faltan cinco minutos para la hora acordada y allí está ella, entrando por la puerta con aire decidido. Mira a la mesa donde está él. En ella fue donde hablaron por primera vez. Hoy volverán a hablar, tal vez, por última vez.