martes, 28 de diciembre de 2010

LO MEJOR DEL 2010

Dentro de tan sólo unos días 12 campanadas indicarán que algo se acaba y algo empieza. Nos despediremos del 2010 para saludar al 2011. Hace tan sólo unos meses me despedía de mis sandalias para coger las botas y ahora nada mas y nada menos que un año toca a su fin. Voy a dar un repaso al año que ya acaba. En el terreno personal ha sido intenso. Una relación que se acaba, luego otra que comienza y también toca a su fin, un rollo esporádico y finalmente, tú. Sin duda eres lo mejor que me ha pasado este año. Las cosas difíciles las haces fáciles. Consigues que le vea el lado bueno a la vida, me ofreces un punto de vista diferente, haces que la frase "las cosas no son lo que parecen" cobre realismo. Podría decirte que habría estado bien conocerte antes, pero no lo haré porque has venido cuando tocaba. Yo necesitaba acumular una serie de experiencias para llegar hasta ti y poder valorarte como te mereces. Te quiero mucho, y le doy la razón al mayor cuando dice que tengo suerte al verte más que él. Tengo mucha suerte y me siento afortunada de ser la elegida para recorrer a tu lado una parte del camino. Me encantaría recorrerlo hasta el final pero prefiero no pensar en el futuro. La vida me ha enseñado que algo blanco y en botella no tiene por qué ser leche. Disfruto de cada día que estoy a tu lado y eso es lo que importa. Seguramente, al lo largo del 2011 descubriré cosas que no me gustan de ti, igual que tú de mí pero lo que siento por ti es tan sólido que sé que voy a poder hablar de ello contigo. Desde aquí, mi espacio personal, te doy las gracias por estar ahí y tan sólo te pido una cosa, no dejes de mirarme. Cada vez que lo haces me siento especial Eres muy importante para una servidora. Nunca he sido tan clara en una entrada del blog, pero en esta ocasión lo seré, te lo mereces. Te quiero, Javi.

lunes, 27 de diciembre de 2010

GRACIAS

Bien no, aún mejor. Este fin de semana ha sido... mas que positivo. Estoy muy contenta. He descubierto gente que es como yo, que actúa tal cual es. Si todo el mundo fuera igual, las cosas serían un poco más fáciles. No obstante, soy consciente de que tiene que haber gente que no actúa así para valorar a la gente estupenda que nos rodea. Me he sentido muy feliz y no encuentro una manera mejor de acabar el año que en compañía de estas personas. Me he sentido como un granito de arena mas. Cosa que es de agradecer. Hoy sólo tengo palabras de agradecimiento hacia aquellos seres bondadosos ocultos entre la gente normal.

PROTESTA

¡Protesto! Hoy me han llamado "Teruel" y quiero expresar en voz alta que yo no soy Teruel. Yo existo. Otra cosa es que alguien no quiera darse cuenta de mi presencia, pero para bien y para mal ocupo mi lugar. Tal vez mi presencia no sea bienvenida y estoy dispuesta a asumirlo, pero por lo que no voy a pasar es porque se le haga daño a la gente que quiero. Y en esta ocasión, el negar mi presencia hace que una persona querida se sienta mal. Así que voy a dejar pasar el tiempo y dejaré que quien tiene que hablar, lo haga. Tan sólo espero que antes de que ello suceda, la otra parte de un primer paso. Estoy confiando en el buen saber hacer de gente que no conozco. Soy así, confío en la gente.

lunes, 20 de diciembre de 2010

MI DÍA

¡Hola! Mi querido y abandonado blog. Hoy he decidido escribirte, relatar con detalle el día que ya casi acaba. A la hora acordada ha sonado el despertador. Al sonido del pi-pi-pi han seguido otros de manotazos y balbuceos que querían decir algo así: "no quiero" y/o "cinco minutos mas". A medida que la mente era consciente de que el mundo de los sueños quedaba lejos, la realidad golpeaba con toda su dureza. Ligera dificultad respiratoria, moqueo constante y leve dolor de cabeza me recordaban que el invierno ha llegado y soy asmática. Unos pinchazos en la tripa indicaban que tengo la fortuna de ser mujer. El día en el trabajo ha transcurrido con normalidad. Los clientes no atendían mis llamadas y no he podido avanzar tanto como me gustaría. Los síntomas mañaneros me han acompañado durante toda la jornada. Una compañera de trabajo ha sido la encargada de acompañarme a buscar a los peques, ya que un día de estos se quedará con ellos. A ver, yo veo genial que tengan muchas fiestas, que no tengan colegio por la tarde, y me encantaría tener sus mismo días libres. Lamentablemente, no soy profesora ni estudiante. La compañera, justo antes de separarnos, me ha dicho que tenía un regalo para mí. Toda ilusionada le he cogido algo para ella. De camino al gran centro comercial de turno iba pensando en mas regalos. Una vez libre de pequeños he tenido la osadía de introducirme en la zona de juguetes. Confundida y aturdida por la gran variedad de aparatos de plástico y sin encontrar lo solicitado, he llamado al padre de las criaturas. Preguntando tres veces he logrado encontrar lo que no estaba agotado o no había talla. Miraba el carro, lleno de grandes cajas y pensaba en el dineral que iba a gastar. Llegados a este punto, confesaré que soy muy tacaña cuando de comprar juguetes se trata. Gastar 30 ó 40 euros en algo con lo que van a jugar tan sólo dos días... como que no lo llevo del todo bien. Todos los años me pasa igual. Y me seguirá pasando. Sí, ya lo sé, dentro de unos años echaré de menos los juguetes de esos importes. Una vez que la señora dependienta ha atacado la tarjeta de crédito, menguando la paga extra recién cobrada, he acudido a mi adorado vehículo para introducir en su maletero las grandes cajas. Minutos después, llegaba a mi hogar. Hogar, dulce hogar. Por supuesto no venía sola, me acompañaban los síntomas mañaneros a los que se ha unido un molesto escozor en la zona de la nariz. Una servidora que es de nariz delicada y que utiliza pañuelos hechos con papel de lija, sino no me explico el enrojecimiento.Una postal navideña de abuela de los pequeños ha sido la nota alegre de la jornada. La cara de ilusión del mayor no tiene precio. Así que ahora voy a hacer la cena, mientras espero que el señor presidente me baje el recibo de que he pagado la comunidad y por la noche espero que alguien se conecte para quejarme de lo que me duele la garganta. Antes de finalizar la entrada, mando toda mi energía positiva para ese señor que en estos momentos podría estar mejor. Aunque no lea esto, quiero que sepa que el viernes le espero con la mejor de sus sonrisas para que me diga a la cara eso que va diciendo por ahí...

lunes, 13 de diciembre de 2010

TRISTEZAS Y PROTESTAS

Querido blog:

Hoy tengo muchas cosas que contarte. Ha sido un fin de semana tristón y he tenido un inicio de semana extresante. Lo que voy a escribir, aun sin tenerlo del todo claro, sé que va a sonar a "protesto y no hago nada", pero soy así. En el fondo me gusta quejarme de todo para luego seguir como hasta ahora. Empezaré con un suceso real e intentaré transmitir las emociones.
Todo empezó un viernes, recibí una llamada a las nueve y poco de la mañana. Pensaba que era del colegio pero no, era una amiga. Aparqué y me dijo que había fallecido su abuela. Fue algo inesperado que hizo que volviera a pensar en un tema que me da tantísimo miedo. La muerte. Sin entrar en mas detalles, al día siguiente fui al funeral y un sentimiento de tristeza se apoderó de mi corazoncito. Estaba triste porque conocí a la señora y por el dolor de los familiares. Amiga si lees esto, quiero que sepas que tienes todo mi apoyo, y cuando tengas ganas de llorar, llámame y lloraremos juntas.
Voy con otro tema mas alegre pero extresante. Los cumpleaños. Me parece genial que los niños se hagan mayores, que celebren el cumpleaños por todo lo alto, que los padres nos dejemos medio cerdito en el chiquipark de turno, pero es una ruina. Puede sonar a tacañería pero es que... Diez euros sólo para el regalo que normalmente lo compramos entre varias madres. Y luego el dilema, tengo dos pequeños, ¿qué hago con el otro? Opción a) Dejarlo en el cumple para que meriende con los compis del tato, otros diez euros. Opción b) Llevármelo a merendar, no me gasto diez euros pero no está tan entretenido como en el cumple. Y ahora multiplicamos eso por dos. Cuando el mes se acaba el dinero también, pero los cumpleaños no. Total, que voy a dejar apartados unos billetes de esos rojos, para usarlos en caso de "cumpleaños feliz". Protestar, protesto. Porque nadie me obliga a llevarles al cumpleaños, eso sí, soy la primera que voy a celebrarlo. Así que habrá otras diez mamás acordándose de mí. Celebraré tan esperado acontecimiento en enero, en plena cuesta de enero, justo el viernes en el que los pequeños empiezan las clases. Soy así de maja. Que nada mas empezar el año se acuerden de mí cuando entreguen a la mamá de turno los diez euros de rigor. Diré en mi defensa, por lo de la tacañería del principio, que lo de los cumples no sólo me incordia por el tema económico, sino también por el tema práctico. Ahora tengo al pequeño con una bonita cara negra (él dice que va pintado de batman), dormidito en el sofá. Almohada negra y mañana diez minutos antes arriba para devolverle al rostro su bonito color original.
Por hoy no quiero protestar mas. Voy a hacer la cena para el mayor, que todavía está haciendo los deberes. Otro incoveniente de los cumpleaños. Llegar tarde a casa para hacer los deberes. Eso sí, agradezco que me inviten, merece la pena todo el esfuerzo solo por ver la cara de alegría e ilusión de los pequeños.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Y LLEGÓ LA NAVIDAD

Turrones en el armario, mazapanes guardados y un bonito y pequeñito árbol de navidad en la entrada. Ya es navidad. En el corte-inglés desde hace días, en mi humilde casa desde ayer por la tarde. Es el primer año en el que monto el arbolito. Van a ser mis primeras navidades sola. Bueno, hace años también estuve sola... pero era diferente... A lo que voy. Tengo la sensación de que el año 2011 me prepara grandes sorpresas. Un año supe que iba a ser mamá en verano, otro que iba a ser propietaria junto con José María, mi banquero, y el que fuera mi marido. ¿Y ahora? ¿Qué sorpresas esconden los doce meses? Los peques cumplirán un año mas cada uno, su madre se hará un año mas vieja... ¿y qué mas? ¿Volveré a tener mi comida anual con aquella vieja amiga? ¿Tendré nuevos amigos? ¿Celebraré algún aniversario? No le quiero pedir nada al año entrante, igual que no le voy a prometer que comeré mejor y haré algo de ejercicio. Sólo le pediré una cosa, que no me de sustos. Toda la gente que conozco está bien en este mundo y no me apetece que se vayan. En realidad no quiero saber, a día de hoy, todo lo que me va a suceder en los próximos 365 días, contando desde el 01/01/2011, pero me gusta cerrar los ojos e imaginarme lo que quiero que suceda. Quiero quedarme como estoy. Bueno, si me suben el sueldo y/o me bajan la hipoteca, no voy a protestar, pero por lo demás... Ahora soy feliz. La alegría ha entrado por la puerta y no tiene intención de marcharse, así que con ella sé que voy a ser capaz de afrontar este nuevo año con optimismo. Para ser sincera diré que no soy una persona muy dada a ver el lado negativo de las cosas, y que tiendo a hundirme ante las dificultades, pero por otro lado soy luchadora y aunque esté en el fondo del pozo sé que voy a salir de él. Bueno, que me salgo del tema. Es navidad y ahora toca escribir la carta a los reyes magos. Esas tres grandes personas que traen felicidad a todos los niños y a algunos adultos. Curiosamente tengo muy claro lo que van a traer a las tres personas que estos momentos son importantes para mí, lo que no sé es que pedirles yo. He sido buena este año, he hecho feliz a la gente y planeo alguna que otra sorpresa para el año venidero que va a hacer feliz a alguien. Pero no tengo nada en mente que quiero. Bueno, en realidad sí. Una gran lavadora y un gigante canapé, pero son cosas que pesan mucho y aunque son tres los hombres que lo traen, no pueden con ello. Cuando de una vuelta por un centro comercial veré a ver que se me ocurre pedirles. Hasta entonces, sólo les diré que no quiero nada, con quedarme como estoy me conformo. Imagino que lo repetiré a lo largo de estas fechas, pero por si acaso... ¡¡Feliz navidad!!

sábado, 4 de diciembre de 2010

ALEGRÍA Y TRISTEZA

Cuando te pasa algo muy bueno o muy malo, sientes emociones intensas. Sabes hasta qué punto llegan. Tanto para bien o para mal, eres consciente de lo que te está sucediendo. Eso está bien. Lo malo es cuando alguien a quien quieres te cuenta una situación dramática. Haces un esfuerzo por ponerte en su lugar, por intentar sentir lo que sintió, pero no nunca llegarás a comprender lo que te cuenta. Sólo en el caso de que hayas vivido algo similar, podrás hacerlo. En estas ocasiones el lenguaje no verbal dice mas que lo que te cuentan. Mirada triste, voz temblorosa... Pero bueno, eso también pasa cuando alguien te cuenta que es muy feliz. Aunque lleves un mal día, por un sólo instante sonríes y compartes su alegría. Le haces mil preguntas, quieres conocer todos y cada uno de los detalles que le ha llevado a esa persona a sentirse así. Opino que es mejor vivir las emociones en primera persona. Si debo sufrir, prefiero hacerlo por algo que me ha pasado, y no por algo que ha sufrido un ser querido. Si toca ser feliz, lo mismo. Así que ahora voy a ser feliz, y me voy a meter en un gran centro comercial compartiendo con mucha gente la alegría de haber cobrado y la necesidad de llenar la nevera. Visto así no parece que vaya a ser una tarde de sonrisas, pero seguro que alguien saca la mejor de las mías.

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA MANITA

La manita. Esa manita que sale cuando vas a pulsar en algún sitio. Ese dedo blanco que mueves arriba a abajo, de izquierda a derecha. Me refiero al puntero del ratón. Normalmente aparece una flecha, pero en otras ocasiones sale una mano. Ahora, por ejemplo, estaba acariciando con ella la cabeza del perro que sale en la cabecera del blog. Sería genial poder sentir el tacto de aquello que toco con él. La suavidad del pelaje de un animal, la textura de una alfombra, la piel de la persona amada...

DE UNA SIMPLE PREGUNTA, SALE UNA RALLADA

Si pudiera revivir un momento... ¿Cuál sería? Hoy se me plantea esa cuestión. Y añado otra pregunta ¿Cambiaría algo aún sabiendo que al hacerlo el resto de cosas que han sucedido también podrían ser diferentes? Para la primera pregunta tengo, a priori, cuatro momentos. Volver a tener a mi madre al lado. Ese instante en el que me di cuenta que tenía en brazos a mi primer hijo, y el segundo en el que el pequeño rompió a llorar nada más nacer. Por último, el primer beso, hace tan sólo unas semanas. Son momentos de una gran carga emocional. ¿Cambiar algo? Del primero haría todo lo posible por tener a mi madre como fan del blog. De los nacimientos no, aunque el pequeño tardó unos segundos en llorar que se me hicieron eternos. Y del último tampoco. Fue muy especial, junto con la frase que vino después, que guardo para mí. Si abro la gran caja de los recuerdos seguro que salen muchos mas, y con ellos, los protagonistas. Mi perrita, mi perrito, los reencuentros después de diez y veinte años... Ahora soy consciente de donde me he metido al abrir la caja de los recuerdos. Tengo un dilema con el pasado, prefiero dejarlo donde está y no acudir a él. No obstante, es inevitable. La pregunta lo requiere. Te agradezco que lo hayas hecho, ya que he podido sentir de nuevo emociones vividas, he recordado rostros que creía olvidados y por un sólo instante he soñado con volver a aquellos momentos de felicidad que creía infinita. Hum... felicidad infinita. ¿Existe algún momento que te marque tanto que seas capaz de sonreír al recordarlo aunque estés muy triste? ¡Venga! Dejo el tema para otro momento.