martes, 11 de mayo de 2021

UNA ILUSIÓN CON FORMA DE CASTILLO

 Entrada en la que hablo de un sueño que se pudo hacer realidad. 



   Y allí estaba yo. Diseñando con todo lujo de detalles mi castillo. Los torreones, la puerta, cada una de las habitaciones era de un color diferente. Tenía la ubicación perfecta para la gran construcción. Era feliz. Un sueño tomaba forma para dejar de serlo y convertirse en una realidad.

   Pero la vida tenía otros planes. Me mandaba señales. Me susurraba al oído "mira a ver, que igual tu castillo no es tan sólido como piensas". Pero yo no le hacía caso. Pensaba que era miedo. Miedo a que mi sueño no se hiciera realidad. El destino me enseñaba carteles luminosos para advertirme que tuviera cuidado. Pero yo no quise verlos y finalmente, continué decorando cada una de las habitaciones.

   Un día, sucedió. Mi castillo se desmoronó. No quedaba ni rastro de él. El terreno donde lo había construido estaba vacío. Me puse triste. Mi plan no era ése. El sueño tenía que ser una realidad y no una fantasía. Me enfadé. Intenté buscar una explicación. Todo fue en vano. No la iba a encontrar por mucho que buscara.

   Y aquí estoy yo. Aceptando que hay veces que elijo los colores de las paredes sin tener la habitación construida. Pero no me rindo. Voy a seguir luchando por mi sueño. Preparando el terreno para que el castillo tenga una buena base. Y donde ahora no hay nada, mañana haya una gran fortaleza.

   Quiero dar las gracias a las personas que me han ofrecido su hombro cuando mi castillo se desmoronó. Y a ti, querido lector, que me has dedicado unos minutos de tu tiempo, te animo a seguir luchando por tus sueños. Porque al final todo saldrá bien y si no sale bien es porque no es el final. Aunque me costó entender la frase, hoy la hago mía. ¡Nos vemos en la siguiente entrada!