miércoles, 29 de marzo de 2017

19. CORAZÓN Y RAZÓN UNIDOS.

Relato inédito que habla sobre una alianza poco común...

   Laura entra en casa. Son las ocho de la noche y está agotada. Sólo quiere cenar algo rápido e irse a la cama. Cuando deja el bolso y el abrigo en la silla una voz le saluda.

   —Buenas noches, Laura. —Ella sonríe. Es la voz de su corazón.

   —¿Qué tal has pasado el día?— La voz de la razón le sorprende

   —Corazón, Razón. ¿Qué hacéis juntos?

   —Tenemos que contarte algo. Siéntate y ponte cómoda. El amor de tu vida va a llegar pronto. Consideramos que durante estos años has aprendido mucho y te mereces ser feliz y dejar de preocuparte por si el amor verdadero existe o no. Así que lo encontrarás.

   —Esto que me cuentas, Razón, es muy bonito. ¿Dónde está la pega? Nunca os he visto unidos y eso me asusta.

   Corazón toma la palabra.

   —Queremos hablarte de las nuevas sensaciones que juntos vamos a experimentar. En esta ocasión, mi compañero de fatigas estará callado. Te haré creer que ese hombre maravilloso que conocerás próximamente es mi dueño. Pero no va a ser así. Juntos tú y yo le vamos a querer como a ningún otro. Sólo veremos sus cosas buenas y las malas no tendrán importancia, Razón se encargará de que parezcan virtudes poco comunes. Nos lo vamos a pasar muy bien. Volaremos sobre una nube tan alta que no habrá ni rastro de nada negativo. Y cuando mejor estés. —Corazón empieza a llorar y Razón toma la palabra

    —Cuando eso suceda, te golpearás contra el suelo. Te diré todas esas cosas que habré callado durante meses, te mostraré la cara de un hombre manipulador que es muy consciente del poder que tiene sobre ti, te mostraré con claridad todas y cada una de las mentiras que habrá detrás de cada "hoy no puedo quedar, tengo una reunión de última hora" y te enseñaré que los detalles ocultaban traiciones.

   Laura está en shock. ¿Por qué le dicen todo eso?

   —Queremos que estés preparada —continúa hablando razón— está conversación la habrás olvidado con el primer rayo de sol. Queremos hacer de ti una persona fuerte, con las ideas claras y con la certeza de que eres capaz de mover cielo y tierra con sólo proponértelo. Existe el amor verdadero, pero sólo hay uno y es maravilloso. Pero para que puedas disfrutar de él, debes estar preparada. Y esta es nuestra manera de hacer que lo estés. No nos preguntes por tiempos, eso no es cosa nuestra. Sólo disfruta y vive con intensidad cada momento. Ya es tarde, debemos irnos. Acuérdate de olvidar esta conversación.

   Laura ve cómo las dos voces salen por la puerta por la que ella ha entrado hace tan solo unos minutos. Se siente abatida. Tiene que pasar una última prueba para poder disfrutar de la plenitud del sentimiento más bonito que existe. No sabe si estará preparada para hacerlo.

   Decide hacer caso a las voces y aparca los pensamientos. Cena una ensalada y camina hacia la cama. No tarda en caer dormida. Sueña con nubes, fuegos artificiales, sonrisas, dibujos de corazones. Sueña con la felicidad que le da saber con certeza que el amor para toda la vida sí existe.

martes, 28 de marzo de 2017

18.UN MAL DÍA, UN BUEN DÍA.

Relato publicado el día 1/1/2012. Habla sobre un día y una cita en la vida de la protagonista.


   Laura entra en casa y cierra la puerta. Tiene que cenar y arreglarse para salir pero no le apetece nada. Ha tenido un mal día en el trabajo. Bueno, no un mal día, un día peor que malo.

   Suena el móvil un mensaje le recuerda la hora a la que han quedado y las ganas que tienen de conocerla. Sonríe. Ella también tiene muchas ganas de conocer a su amigo de internet con el que lleva un mes hablando.

   Deja el móvil sobre la mesa y camina hacia el baño. Tiene ganas de llorar, de gritar, de golpear con rabia cualquier cosa que se ponga delante. Decide quedarse con lo primero y frente al espejo llora. Llora por el mal día que ha tenido, por que una amiga suya tiene a su bebé ingresado, porque dentro de dos día va a estar un mes sin ver a sus pequeños, porque su padre no le habla por culpa de su hermana...

   De nuevo, el móvil suena. Al mirarlo vuelve a sonreir entre lágrimas, el chico en cuestión se aburre y le apetece hablar con ella. Le contesta con un breve mensaje, le pide unos minutos para darse una ducha rápida.

   En la cama está la ropa del trabajo. La mira y recuerda el mal día. Llorando todavía se mete en la bañera. Los vecinos vuelven a discutir. Tiene ganas de tirar la pared abajo y pedirles que se callen. En vez de eso recuerda la nana que le cantaba a sus hijos cuando éstos eran pequeños.

   Poco a poco se relaja, el agua caliente y las sales de baño ayudan a ello. Tiene poco tiempo pero necesita unos minutos de no pensar en nada.

   Ya duchada, ve como el agua se va. Allí ha dejado todo el estrés y la tensión acumulada. Escucha un grito. Sus vecinos siguen enfadados. Lentamente se arregla. Mira el reloj y no le da tiempo de cenar, decide hacerse un sandwich. Con él todavía en la mano sale de casa.

   Mira el móvil y dos mensajes le informan que su cita ya está de camino al lugar donde ha quedado. Por primera vez en el día, piensa en él. Le conoció a través de una red social hace un mes. Desde el primer momento le pareció un chico encantador, educado, simpático, guapo... Debería estar nerviosa, porque a pesar de haber hablado tanto por el chat nunca le ha visto en persona. La experiencia le dice que ese primer contacto es muy importante, ya que con él sabes si le puedes tener como amigo, si hay feeling, o si es una persona que te ha mentido en todo lo que te ha dicho. No está nerviosa, al contrario. Las ganas que tenía de conocerle cuando tan sólo llevaban dos días hablando en este momento se ven multiplicadas. Si, eso es lo que siente. Ganas de conocerle. Nada de dudas ni inseguridades.

   Una mano le saluda desde una esquina de la plaza donde han quedado. Sonriendo, camina hasta llegar a su altura. Pronuncian sus nombres y se dan dos besos. La primera pregunta la hace él. "¿Qué tal el curro?" Ella suspira. Decide ser sincera y le cuenta lo sucedido. Una vez a acabado le pide disculpas por el rollo que le ha metido. "Un brindis porque no vuelvas a tener días como este" Dice él levantando su cocacola. Justo en el momento en el que los vasos chocan ella siente que hace años de su mal día.

   La conversación hace un recorrido por la vida de estos dos amigos que se acaban de conocer. Laura está feliz y muy contenta de haber aceptado aquella fría noche hablar con un desconocido.

   Cuando el sueño amenaza con dejarla dormida en cualquier sitio, decide que es hora de ir a casa. Él se ofrece a acompañarla. De camino a su casa siguen hablando. Parece que les hayan dado cuerda, que tengan la necesidad de contar a la persona que tienen delante todo lo que no sabe de su vida.

   Ya en el portal de casa ella le da dos besos y le agradece la velada. Tiene ganas de darle un beso, de decirle que le gusta mucho, de pedirle que suba a su casa, pero decide no hacerlo. Quiere dejar ahí la velada. Le da miedo que su amigo no sienta lo mismo y sentirse rechazada. A pesar de que sus ojos brillan cada vez que la mira.

   En la cama sigue la ropa del trabajo, la pone en una silla. Ya no le recuerda el mal día que ha tenido, ahora le recuerda la bonita velada.

lunes, 27 de marzo de 2017

17. UNA TARDE DE AMOR Y CINE



Una breve historia sobre una chica que acude al encuentro de su amado. La foto que lo acompaña es de Gloria GM. Gracias por tu aportación a mis letras.

   Laura camina despacio por la calle. Ha quedado con su novio para ir al cine. Van a ver una película subtitulada de un género que tiene pocos seguidores. Llevan juntos tres meses gracias a su hermana, que les presentó precisamente porque les gustan las mismas películas. Fue una cita a ciegas y no pudo ir mejor.

   "Si alguien me mira va a pensar que estoy loca", piensa mientras camina. Está muy feliz. El amor le ha acariciado el corazón y siente que anda sobre las nubes. Le encanta Pedro. Es sensible, guapo, cariñoso y con una paciencia que ya le gustaría a tener a ella. Se complementan a la perfección y cada vez que sus manos se rozan, sienten una descarga. Con tan sólo mirarse a los ojos consiguen hacer desaparecer el mundo que les rodea.

    Recuerda su primer beso. Estaban sentados en las butacas centrales de una sala pequeña y medio vacía. Pedro estaba nervioso, tomó aire y la miró fijamente a los ojos. "Me gustas mucho" acertó a decir sin trabarse. Cerró los ojos y le dio un beso. Ella sonreía ampliamente. Un segundo antes de que apagaran las luces, le cogió de la mano y le susurró al oído. "Tú a mí también". De nuevo sus labios se unieron. Permanecieron toda la sesión con las manos entrelazadas. Se acariciaban, dibujaban circulos y corazoncitos en la palma de la mano. Y cuando se miraban, un rubor aparecía en sus mejillas.

   Ya casi está llegando al bar donde han quedado. Tiene muchas ganas de verle a pesar de que se vieron el día anterior. Llega, se sienta en una mesa y pide un café. Ha llegado antes de hora y coge el móvil para jugar al tetris. Cuando levanta la vista ve una bonita rosa. Sorprendida se levanta y le da un beso. Le mira a los ojos y le da las gracias sin separar los labios, lo hace con una de esas miradas que sólo entienden las personas enamoradas.

domingo, 26 de marzo de 2017

16.DEDICADO A ISABEL


En esta ocasión no hablo de un amor romántico. Pero es un amor verdadero. Una carta escrita con el corazón, la publiqué el día 18/3/2012. No quiero retocarla, por eso no tiene puntos y aparte. 

Te quiero. Es la única explicación que le encuentro a lo que siento. Todavía hoy, lloro al recordarte. No es siempre, pero cuando tengo el corazón algo sensible una lágrima resbala por mi mejilla cuando tu recuerdo viene a mi mente. Creo que nunca te he dedicado una entrada, y eres la persona que mas se la merece. Gracias a tí estoy aqui, escribiendo y luchando día a dia. Desgraciadamente no puedo recordar todo lo que me enseñaste, que seguro fue mucho, pero si me quedo con lo sucedido el dia que te fuiste. Luchaste. Eso es lo importante. No fue suficiente, pero lo intentaste. Ese es el último recuerdo que tengo de tí. Lo que vino después no tiene importancia. Se rompió el lazo y el dolor la mirada ausente no tienen descripción posible. Relatar la tristeza que se siente en ese momento... no. Hay cosas que no admiten adjetivos. Tan sólo el corazón sabe lo que es. Y por eso se que te quiero. Y lo haré hasta el día que nos reencontremos, y cuando sucesa eso, lo seguiré haciendo. Ya perdonarás que no siga escribiendo, pero no soy capaz. Te echo de menos. Cada noche, cuando voy por la calle, miro al cielo y te busco. Pregunto cosas y al instante se la respuesta. Se que estás ahi, y me alegra que sea así, aunque e de reconocer que preferiría tenerte un poco mas cerca. Bueno, mamá, me despido hasta la próxima. Gracias por haberme dado la vida y sigue dándome fuerzas para seguir viviéndola. Un besazo enorme de la única persona que te amará como nunca nadie lo hizo.

sábado, 25 de marzo de 2017

MI PRIMERA VEZ

Nueva entrada en la que hablo de un mundo que me resulta familiar y a la vez desconocido.

   Las primeras veces, son complicadas. El primer beso, la primera noche que estás con un chico a solas, el primer día de trabajo, la primera comida que cocinas... Aunque la teoría nos la sepamos, dar el paso cuesta un poco y no siempre sale bien a la primera.

   Quiero hablar hoy de la primera vez que conoces a personas con las que compartes una afición. A mí me ha pasado hace muy poco con el mundo literario. Siempre ha sido mi afición. Bueno, más que eso. Mi desahogo, una forma de intentar transmitir algo sólo juntando letras. He conocido a varias personas que sienten lo mismo que yo cuando cogen un boli. Sinceramente, se me hace raro. La gente de mi entorno no escribe y alguna vez me he llegado a sentir un bicho raro. ¿Soledad y silencio para escribir? ¿Inspiración? Para gustos están los colores, eso está claro, pero no es lo habitual.

   Como decía, ahora puedo compartir experiencias. Y ante mí se ha abierto un gran mundo. Hay muchísima gente que escribe y muy bien. Luego está el mundo de la edición y de la autoedición, palabra que ni conocía. Y en medio de todo esto, estoy yo. Intentando buscar mi sitio. ¿Dónde quiero llegar? ¿Tengo talento o simplemente sé juntar muchas palabras para formar un texto? En esto, como en casi todo, no hay verdades absolutas. Y supongo que depende de mí encontrar un hueco en el que esté cómoda. Intentar visualizar un sueño e ir a por él. He de reconocer que ando algo, vale, algo no. Muy perdida porque es todo un mundo nuevo para mí a pesar de que las letras y yo somos amigas desde hace tiempo.


   Por hoy, dejo aquí la entrada. Hace tiempo que no escribía una rallada y las echaba de menos. Gracias por tu tiempo.

15. HABÍA UNA VEZ UN TIGRE Y UN DELFÍN...



En esta ocasión uno dos entradas que forman un sólo relato. La primera parte la publiqué el día 10/10/2010 y el final fue el 12/10/2010. Habla de un amor imposible.




   El tigre mira al delfín. Observa sus formas estilizadas. Le ve moverse por el agua. Nada feliz. Su medio natural es el mar. Allí tiene todo lo que necesita. Comida, compañía, diversión... no necesita mas. Se siente observado y mira al tigre.

   El felino, apoyado contra el cristal, se siente avergonzado. No quiere que descubra su admiración. Él también es feliz. Cada día le cuesta mas cazar, siente que se hace mayor, las hembras muestran cierto interés, pero hoy ha descubierto un ser que le ha llamado la atención. Poco tienen en común y lo sabe, pero hay algo que le impide separarse del cristal. Tal vez sea su agilidad o su capacidad para moverse entre las rocas sin ni siquiera rozarlas. Sea como fuere, ahí está. Admirando el color de su piel, su hocico alargado y su capacidad para comunicarse con tan sólo emitir inaudibles sonidos.

   Decide alejarse. Tal vez algún día vuelva a visitar a su nuevo amigo, tal vez no. ¿Y si se arriesga? ¿Y si salta el tanque y nada con él? No, sabe que el agua mojando su piel no es una sensación agradable y que nunca va a poder tener lo que quiere, la misma admiración que siente el tigre por el delfín.

   El tigre poco a poco se aleja. Sabe que no va a volver al tanque. Está cabizbajo. No le resulta fácil alejarse de aquello que admira, pero sabe que es lo mejor. El delfín seguirá feliz en su medio acuático y no recordará la visita del gran gato de bigotes largos. En su gran tanque de agua tiene muchas distracciones, tiene su vida, no necesita la admiración de un ser de cuatro patas al que no le gusta el agua.

   Tan sólo han sido un par de días los que ha admirado al delfín, pero le da pena irse. Sabe que su presencia no deja ningún recuerdo y eso le duele. Levanta la cabeza. Él es un señor tigre. Un gran felino y sabe que va a encontrar en su mundo algún ser de su especie con el que compartir cacerías y momentos de sueño bajo el sol. En realidad, no necesita al delfín. No necesita admirar a un animal tras la cristalera. Nunca lo ha necesitado, pero fue una sensación nueva. No había visto un ser tan ágil en el agua y no podía imaginar que él pudiera llamar su atención.

   Poco a poco llega a su manada. Cuando el primer cachorrillo se acerca para saludarle olvida al delfín.

FIN

viernes, 24 de marzo de 2017

14. CAMBIOS

Relato que habla de los cambios que se producen cuando el amor se acaba. Publicado el día 2/4/2012.



   La decisión ya está tomada. No hay vuelta atrás. Cada uno va a seguir por su camino. Un camino incierto y lleno de obstáculos. Hasta hace unos días saltábamos juntos por encima de ellos, a partir de ahora no, haremos lo mismo pero en solitario. Cada uno por su lado.

   Hace unos meses tenía pesadillas con esta situación que hoy es una realidad. Cada discusión, cada portazo, cada lágrima... hacían que le viera las orejas al lobo. Sabía que esto no podía durar mucho así. Tenía miedo de que un día te fueras enfadada de casa y decidieras no volver. Por eso tenía pesadillas, porque desde que te conocí fuiste mi vida.

   Justo en el momento que nuestras miradas se cruzaron en aquel bar de copas supe que quería estar contigo... y así fue. Viví un sueño de cinco años y ahora, cuando nuestra pequeña ya sabe andar sola, nuestros caminos se separan.

   No somos compatibles, eso es todo. Nos queremos mucho pero somos incapaces de encontrar un punto intermedio para llevar una buena convivencia. Lo siento, en realidad no se muy bien que he hecho mal. Tal vez nada... tal vez todo... o igual es simplemente que no estamos destinados a estar juntos. Así de fácil y de difícil a la vez.

   Pero bueno, lo hecho hecho está y ahora no quiero pensar en lo que podía haber sido y no fue. Ahora toca pensar en el futuro, en ese largo camino lleno de obstáculos que tengo por delante. Cuando hable de ti tendré que poner el prefijo "ex-" ex-mujer. Suena raro... y mas cuando me refiero a ti. Cuando alguien me pregunte cual es mi estado civil deberé decir divorciado. No me gusta esa palabra, casado suena mejor, e incluso soltero... si, creo que diré eso.

   Ahora toca decidir con quien va a estar cada día nuestra pequeña. Esa píldora cuesta aún mas tragarla que las anteriores. Tu vivirás en otra casa y cuando ella esté contigo no estará conmigo. Recuerdo el día que nació... ¡No! He dicho que nada de recuerdos... y mucho menos felices. Habrá que llegar a un acuerdo sobre donde pasará cada día la reina de la casa. Va a ser duro llegar y no verla. Llegar...a una casa que no será la mía.

   Recuerdo nuestra última mudanza y el recuerdo desaparece. Tengo que continuar. Tendré que avisar en el trabajo que mi situación ha cambiado, tal vez puedan darme un horario mas flexible para que pueda compaginarlo con la peque. Ahora no puedo pensar en eso, no se con quien va a estar ni que voy a necesitar.

   El mes que viene empiezan las vacaciones escolares. Ahora ya no iremos al pueblo costero donde veraneábamos todos los años, bueno, podré ir yo y alquilar la habitación 307 del hotelito a pie de playa que siempre reservábamos. Pero tú no dormirás a mi lado.

   Dormir sólo. Llevo varios días dando vueltas por la cama y no consigo encontrar mi sitio. Me falta el lugar que ocupaba tu cuerpo, tu hermoso cuerpo. Nadie me acaricia el pelo y no sé como dormir. Es curioso, una niña de un año y tres meses sabe dormirse sola y yo, un hombre de 27 años no. Tengo que aprender. Igual que tendré que aprender a vivir con el silencio de una casa vacía, con la soledad de un corazón roto, con las preguntas de amigos y familiares. Preguntas que yo mismo me hago y a las que no sé y no quiero dar respuesta. ¿Cómo vivo sin ti? ¿Cómo lo hago para no llamarte y contarte los cotilleos del curro? ¿A quién le cuento que he tenido una idea para decorar la habitación de la niña? No sé... supongo que tendré que adaptarme.

   Tengo miedo, y mucho. No sé si seré capaz de caminar, de saltar cada tronco, cada piedra, cada riachuelo. ¿Dónde me lleva el camino? ¿Qué me espera al final de él? ¿Un nuevo amor? ¿La soledad? No lo sé y me da igual. Sólo quiero empezar a andar cuanto antes para llegar a la meta. Para mirar hacia atrás y ver que todo está superado. ¿Llegará ese día? Quiero pensar que si, pero no se cuando. Lo que tengo seguro es que el día que sea capaz de superarlo todo seré mas fuerte.

   Ahora voy a guardar esta hoja de papel mojado de lágrimas y voy a meterme en la cama, para seguir buscando tu figura, para asumir que lo que ayer fue una pesadilla, hoy se convierte en realidad.

jueves, 23 de marzo de 2017

13. UNA TAZA DE CAFÉ CON LECHE DESCAFEINADO


Relato que habla sobre una primera cita. Publicado el día 4/6/2012.

   Laura anda despacio. Está muy nerviosa. Camina por las calles de la ciudad mirando al suelo, cosa que siempre le ha ayudado a pensar. De vez en cuando levanta la vista para asegurarse que va en la dirección correcta y que no tiene ninguna farola ni semáforo en medio de su camino. Está seria, y por más que intenta respirar hondo siente que sus pulmones no se llenan de aire. Intenta relajarse pensando que es tan sólo una cita mas. No puede, sabe que no es así. Lleva meses esperando ese día. Aún hoy no se lo cree mucho y tiene la sensación de estar viviendo un sueño. Él y ella. Solos. Un café y una animada charla. Sin horarios. Tiene muchas ganas de llegar, de preguntarle todo lo que lleva meses queriendo saber, de mirar en sus ojos sin miedo a perderse en ellos, a que alguien pueda notar algo.

   Se conocen desde hace un año y medio. Fue el día de noche vieja, en casa de un amigo común. Desde que se saludaron sintieron afinidad pero se vieron obligados a disimularlo ya que ambos tenían pareja. Gracias a ese amigo se han visto varias veces. Siempre con mas gente.

   Durante el año la soltería ha llamado a sus puertas por diferentes motivos. Cuernos por parte de la ex en el caso de él y una futura suegra muy posesiva en el caso de ella.

   Hasta hace unos día Luis no le había pedido una cita formal. No se atrevía, pensaba que ella iba a rechazar su proposición y no quería arriesgarse a una negativa. Tienen muchas cosas que contarse y por eso está tan nerviosa. Quiere saberlo todo. Desde cómo se enteró que su ex le ponía los cuernos hasta por qué hoy quería quedar con ella y no hace un mes, pasando por lo que sintió el día que la conoció. Es un chico guapo, encantador, simpático, una persona con la que se puede hablar de todo y que no juzga sus ideas. Cuando está a su lado se siente pequeña. No le gusta eso, pero es la realidad y sabe que mentirse no es el camino correcto, así que lo asume con resignación. Nota nervios cuando le siente cerca, ganas de tocarle, de acariciar sus manos, de mirarle a los ojos y decirle "me gustas". Hoy tendrá una oportunidad para hacerlo. Tal vez no le diga lo que siente, no con palabras. Cuando miras a una persona que te gusta tus ojos te delatan y no puedes evitar que envíen dicho mensaje.

   Está en la puerta del bar. Inspira hondo y sin soltar el aire, abre la puerta. Es la primera persona a la que ve. Ya en la mesa da vueltas a su taza de café. Nunca le ha gustado mucho el sabor, pero con leche no le resulta tan fuerte. Lo ha pedido descafeinado, no necesita nada que altere mas sus nervios. El movimiento de las manos de Luis le delata. También está nervioso y no puede ni quiere disimularlo.

   -Tenía muchas ganas de quedar contigo. La verdad es que me ha costado decidirme porque no sabía si te apetecería. Luego pensé... bueno, le propongo tomar un café como amigos si me dice que no, no pasa nada. Me alegro que hayas aceptado la invitación y que sepas que estoy muy nervioso. Hace mucho que no quedo con una chica como tú.

   Laura respondió con una mirada interrogativa y él le contó lo que sentía.

   Cuando sólo quedan bares de fiesta abiertos Luis y Laura caminan hacia casa de ella. No quieren meterse en un garito donde no van a poder hablar. La pareja de amigos caminan uno al lado del otro. En las horas que llevan juntos se han puesto al corriente de la vida que han tenido antes de conocerse. Sin querer sus manos se rozan y mientras hablan del trabajo de él se dan la mano. Laura cierra los ojos y desea con todas sus fuerzas que ese momento no termine. Si antes estaba nerviosa, ahora mas. Si antes le gustaba, ahora le encanta. Si antes tenía ganas de besarle, ahora sus ojos sólo miran los labios carnosos de la persona que habla a su lado.

   Cuando llegan al portal, las palabras sobran. Tan sólo una mirada y sucede aquello que llevan deseando desde hace meses. Con un beso da comienzo una relación que no se sabe cuanto durará pero que ambos quieren que empiece.

   Luis camina por la ciudad en dirección a su casa. Recuerda cuando salió, lo nervioso que estaba, la inseguridad que sentía, las ganas que tenía de verla. Nada ha cambiado, sigue sintiendo inseguridad y aún tiene mas ganas de ver a la mujer que le ha robado el corazón. Ya no está nervioso, ahora sabe que es correspondido y le da mucha tranquilidad. Han quedado para comer el día siguiente y tal vez entonces tenga el valor necesario para decirle lo que no ha sido capaz hoy... te quiero.

miércoles, 22 de marzo de 2017

12. CARTA SIN DESTINO

  Entrada que simplemente es eso... una carta sin destino.

  Me gusta cuando recibo tu mensaje de buenos días. Es agradable saber que piensas en mí recién levantado.

   Me gusta cuando en la ducha recuerdo tus manos recorriendo mi cuerpo y eso hace que se me olvide que no he encendido el calentador.

   Me gusta cuando, al ponerme el café, recuerdo que a ti te gusta con el doble de azúcar que a mi. Aunque ya me voy a acostumbrando a ese sabor dulzón, ya que lo preparo a tu gusto gracias a que el recuerdo me despista.

   Me gusta cuando al mirarme al espejo, antes de salir a la calle recuerdo tu voz diciendo "pero que buen culo te hace ese vaquero". Salgo de casa con una sonrisa que ilumina la oscura escalera.

   Me gusta cuando de camino al trabajo veo cada farola que nos ha visto besarnos. Incluso en aquella noche de lluvia sin paraguas.

   Me gusta llegar al trabajo y escribirte un chiste que sé que te hará reír cuando lo veas.

   Me gusta cuando a mitad de mañana recibo un mensaje tuyo diciéndome qué tal ha ido tu día y preguntándome por el mío. Aún sabiendo que para ello utilizas 5 de los 10 minutos que tienes para almorzar.

   Me gusta cuando me pides que te recuerde algo sabiendo que mi memoria es mucho peor que la tuya.

   Me gusta cuando nos vemos y tu amplia sonrisa dice lo mucho que me has echado de menos.

   Me gusta cuando tienes un mal día y me lo dices. Porque sé el gran esfuerzo que te cuesta abrirte a alguien.

   Me gusta cuando te digo que estoy triste y no paras hasta conseguir que sonría un poco.

   Me gusta cuando saltas de alegría porque algo bueno me ha pasado y te da igual quien esté mirando.

   Me gustan nuestras conversaciones nocturnas cuando no dormimos juntos. Porque con ellas desnudamos el alma y salen a la luz nuestros secretos más íntimos.

   Me gusta cuando nuestras conversaciones profundas nos permiten conocernos mas.

   Me gusta cuando te digo que te echo de menos y con tus palabras consigues que me olvide de la distancia que nos separa.

  Me gusta cuando te cuento mis sueños y me ayudas a conseguirlos.

  Me gusta, cuando después de un enfado, nos reconciliamos desnudos en cualquier parte de la casa.

  Me gustan tus besos, porque dicen sin palabras todo lo que sientes por mí.

   Pero lo que más me gusta de todo es pensar que los sueños se cumplen y que algún día esta carta sin destino empezará con un "Querido ..."


martes, 21 de marzo de 2017

11. UNA GOTA DE AGUA

Pasado el ecuador de los 20 relatos, comparto uno inédito. La pregunta que le hace María a Juan no es mía, sino de Jordi Hortelano, que me ha dejado utilizarla. 

   Hoy María ha despertado al despertador. El cansancio acumulado de toda la semana le hizo irse a la cama pronto y dormidas las 6 horas que está acostumbrada ya no tiene más sueño.y se ha desvelado Sabe que de nada sirve dar vueltas en la cama para volver al mundo de los sueños, así que decide levantarse.

   Abrigada con una bata y una taza de café en la mano, sale a la pequeña terraza. Es invierno y ha amanecido hace apenas unos minutos. Se acerca al rosal, la única planta que le da color al espacio abierto. Observa una gota de rocío en la punta de una de las hojas. Tiembla levemente, intentando no desprenderse de la hoja, luchando contra la gravedad. Se ve reflejada en la gotita, ella también tiembla y no es ni ahora ni por frío. Lo hace cuando ve a Juan, cuando queda con su amigo para tomar café o ir al gimnasio. Precisamente fue él quien le regaló hace año y medio el bonito rosal. Pensar en él le hace volver a la realidad. Recuerda que se había puesto el despertador para hacer las tareas propias de un sábado como limpiar, planchar, cocinar e ir a la compra. Normalmente lo hace a lo largo de todo el día, pero no va a tener tiempo ya que han quedado por la tarde para ir al cine.

   Mientras un pequeño chorro de agua llena la taza,  el despertador le recuerda que no lo ha apagado. Camina hasta la habitación pensando en la gota de agua que vive sobre una hoja. El realidad la gota ya no tiembla, porque la gravedad ha vencido la batalla, pero eso ella no lo sabe.

   Tras los dos besos de rigor, caminan hacia la entrada del cine. Él ha sacado las entradas por internet y sólo tienen que coger las palomitas y los refrescos.

   —Tengo que hacerte una pregunta— le dice ella cuando están sentados en las butacas centrales cuidadosamente elegidas.

   —¡Dispara! Luego te contaré yo algo.

—Empieza tú— contesta intentando disimular su nerviosismo.

   —Las damas primero. Ya sabes que soy  un caballero.

   Antes de que María pueda abrir la boca las luces de la sala se apagan. Agradecida por la puntualidad le dice en susurros que se la hará cuando acabe la película. Él asiente con la boca llena de palomitas.

   Con las letras de crédito acaba el film. Película de acción, previsible y con los actores de moda. No hay mucho que comentar. María intenta relajarse de camino a la cafetería cercana. Es un bar amplio, en la acera de enfrente. Allí pueden hablar tranquilamente.

   —Bueno. ¿Y qué querías preguntarme?

   Ella coge aire antes de responder.

   —¿Y si te digo que tiemblo por ti, como tiembla una gota de rocío sobre una hoja?

   —Una gota de rocío es una gota de agua ¿Verdad?

   —Sí.

   —¿Y por qué tiemblas por mí? No sé qué tiene que ver una gota encima de una hoja contigo.

   —Esto... da igual, déjalo. Es sólo una tontería que se me ha ocurrido esta mañana. He madrugado demasiado

   Una risita nerviosa y el sudor de sus manos la delatan. No tiene claro si él no ha querido entender la pregunta o no la ha entendido realmente. Sea como fuere, decide cambiar de tema. Guardará en el cajón del olvido lo que siente por su amigo durante unos meses más, o tal vez para siempre. Tras el momento de tensión, reanudan la conversación hablando del perro de Juan. Él le cuenta que lo tiene malo porque comió en el parque algo que no debía.

   Helado de chocolate y chucherías es la cena de María. Hace una hora que ha dejado a su amigo en casa y ahora una peli romántica le hace sacar lo que lleva dentro en forma de gotas de agua salada. "Quiero decirte algo" Las palabras del guapo protagonista le hace recordar la respuesta de Juan cuando le ha dicho que quería hacerle una pregunta. Al final no han hablado de eso. Decide aparcar ese pensamiento mientras se mete en la boca una gominola con forma de corazón.

   Toby saluda a su dueño, sin saber que sus tripas revueltas le han servido al hombre para acortar la cita con su amiga. Se siente mal por haberla engañado, pero es lo mejor que podía hacer. Si le hubiera hecho esa pregunta tan sólo unos meses antes, la respuesta habría sido muy diferente. Pero ahora ella no está en su corazón, lo estuvo desde que le regaló el rosal hasta que se dio cuenta que no podría llegar a nada más que una bonita amistad.

   Cuando Toby ya ha evacuado la vejiga, le deja en casa y camina hasta un cercano restaurante donde le espera Luisa. Una guapa chica de ojos azules que desde hace un mes le ha recompuesto el corazón que su amiga rompió sin querer. Siente alivio porque no le ha preguntado que quería contarle. Porque decirle que tenía novia habría hecho que no sólo la gota de agua cayera al suelo, sino también la hoja.

FIN

lunes, 20 de marzo de 2017

10. DESTINO

El día 3/11/2016 publicaba en el blog este relato. 

Relato que va sobre una conversación con alguien muy peculiar.


   -Buenos días, señor Destino. ¿Podemos pedirle un favor?

   -Pero... ¿Quiénes sois? ¿Cómo me habéis encontrado? ¿Os ha visto alguien entrar?

   -Yo soy Juan y ella es María. Le hemos encontrado con mucho esfuerzo. Y no, nadie nos ha visto entrar. ¿Qué hay de ese favor?

   El hombre mayor se pasa la mano por la gran barba blanca mientras observa a los dos jóvenes que tiene delante. A ella se le ve tímida pero decidida. Sabe donde está y lo que quiere. El chico es más alto que ella y mira fijamente al hombre. No se va a ir de la habitación hasta que no consiga el favor que han ido a pedirle. Destino lo sabe. Hace mucho que no recibe visitas, así que va a alargarla un poco.

   -Bueno, ¿Y cuál es ese favor? -Pregunta como si no lo supiera.

   -Queremos estar juntos. -María toma la palabra.

   -Jajajaja. Pero yo no me dedico a eso, el encargado del amor es Cupido.

   -Pero lo nuestro no es amor. -Juan toma la palabra de nuevo. -Amor nos sobra, pero cada vez que intentamos estar juntos, algo pasa. O no quiere ella, o no quiero yo, o pensamos que lo mejor es ser sólo amigos, o Cupido nos flecha y nos fijamos en otra persona. Mire, señor Destino, estamos cansados. Nos queremos mucho. Después de años hemos conseguido coincidir viviendo en la misma ciudad, ninguno tiene el corazón roto u ocupado, no tenemos miedo a que la amistad se dañe. Por favor, concédanos el favor de dejarnos vivir una historia de amor. Aunque sólo sea por un tiempo, nos demos cuenta que es mejor que seamos amigos y recordemos el tiempo que estuvimos juntos como el más bonito de nuestra vida. Queremos saber qué se siente al despertar al lado del otro, queremos besarnos, tocarnos, acariciarnos sin despertarnos justo después. Porque eso duele, duele saber que ha sido un sueño, sólo un sueño.

   -Es muy bonito todo lo que dices, pero me gustaría saber que opina ella. ¿Quieres a Juan?

   -Mucho. Muchísimo. No se puede imaginar cuanto. He llorado cuando el salía con otras mujeres, cuando me decía que me quería y yo no podía responderle lo mismo porque tenía pareja o el corazón roto. He sufrido mucho cuando le tenía cerca y no podía besarle porque sólo éramos amigos, cuando me decía que estaba enamorado y era de mi, pero no lo sabía y pensaba que era de otra mujer. He buscado en otros hombres la capacidad que tiene de transmitirme su amor, de mostrarme su apoyo, de estar para mí cuando ni yo misma estoy. Lo que me da, mas lo que me hace sentir, unido a lo que siento por él y lo que quiero darle, es más grande que la palabra amor. No hemos venido a pedirle que nos una para toda la vida. Sólo denos la oportunidad de saber si podemos estar juntos o es mejor seguir con la amistad. Sabemos que estamos destinados a no perdernos de vista, pero queremos saber si somos capaces de amarnos.

   Destino se acomoda en la gran silla de madera, único mueble de la habitación junto con una mesa hecha del mismo material. Él sabe como seguirán sus caminos. Conoce el final de la historia de amor que le piden. Pero eso lo tienen que descubrir ellos.

   -Vuestros sentimientos son sinceros. Veo que estáis preparados para iniciar el camino que os lleve a un amor romántico. Ya que habéis hecho el esfuerzo de venir hasta aquí, podéis amaros. Sólo tened en cuenta una cosa, yo os concedo tiempo, pero si es un día, un mes, un año o toda la vida, depende de vosotros.

   Juan y María se besan y justo en el momento que sus labios se unen ella abre los ojos. Cuando se da cuenta que está despierta, los cierra con fuerza. No quiere despertarse, quiere seguir soñando.

   -Cariño, vas a llegar tarde a trabajar. Deja de apretar los ojos y levántate.

   En ese momento se da cuenta que por una vez, la realidad es mejor que un sueño. Le da un rápido beso a Juan y se levanta de la cama.

domingo, 19 de marzo de 2017

9. ¿QUIERE UNAS TIRITAS?

Relato que habla de la visita a una tienda muy peculiar.



   —Buenas tardes.

   —Buenas tardes. ¿Qué desea?

   —Un muro, muy alto y resistente. Es para mi corazón, así que debe ser fuerte. No tengo un corazón débil y quiero protegerle. Entre usted y yo, ahora que no nos oye... tiene una facilidad desquiciante para ver la bondad en las personas y ya me tiene cansada.

   —De acuerdo. ¿Nombre?

   —María Martínez.

   El dependiente entra en la trastienda y al cabo de unos minutos sale con las manos vacías.

   —Lo siento, María. No tenemos ese artículo disponible para usted.

   —Pero... ¿Esta no es la tienda de artículos para corazones heridos?

   —Así es. Pero para su corazón sólo tengo un par de tiritas, de esas que se van cuando el agua o el sudor las moja un poco.

   —No puede ser. Hice el encargo, personalmente, la última vez que prometí no volverme a enamorar. En aquélla ocasión se me olvidó recoger el artículo y vengo ahora a por él.

El dependiente busca en el ordenador.

   —Aquí está la reserva, pero desde la central, rechazaron el pedido. ¿Quiere las tiritas?

   —¡No! Eso no sirve para nada.

   —Me complace ver que empezamos a hablar el mismo idioma. María, su corazón es demasiado fuerte y no se le puede encerrar. Cualquier muro que intente ponerle, lo destruiría. Porque todo muro tiene un punto débil y su corazón además de fuerte, es muy listo. Y no va a dejar de sentir por mucho que usted se empeñe en ello.

   —Pero no quiero que le hagan daño, quiero protegerle.

   —Sinceramente, ¿Considera que su corazón necesita protección? Los muros son para los corazones débiles y el suyo no lo es.

   María mira al dependiente. La ha dejado sin palabras.

   —Gracias.

   —A usted por su visita. Vuelva cuando quiera las tiritas.

sábado, 18 de marzo de 2017

8. EMPEZAR DE NUEVO

Relato publicado el día 3/11/2016.

Relato sobre cómo empieza y como acaba un día en la vida de una chica cualquiera.

Un mensaje despierta a Laura.

   -Buenos días, guapa.

   Mira el reloj, las 7:25. Dentro de 5 minutos iba a sonar la alarma de su despertador. Le alegra haber recibido ese mensaje de Luis pero a la felicidad se le une un sentimiento de "otra vez".

   Decide no darle vueltas a si tiene ganas de tener a una persona ahí, pendiente de ella. Alguien con quien poder contar los fines de semana, con quien irse de vacaciones. Sola estaba muy bien, se había acostumbrado a tener una relación con su sofá. Había días en los que la acogía y otros en los que no le permitía estar cómoda de ninguna de las maneras. En esos días salía de casa. Muchas veces sin rumbo fijo, pero sabía que si se quedaba intentando leer o ver la tele iba a ser un error porque su cabeza no iba a parar de mostrarle imágenes de situaciones tristes. Momentos de su propia vida en los que no era feliz. De alguna manera, el sofá y su subconsciente estaban compinchados. Cierra los ojos e intenta recordar la última vez que tuvo que salir de casa y no lo recuerda. De un tiempo a esta parte no ha notado las chinchetas del sofá. Y eso que ha tenido tardes que amenazaban con borrarle el dibujo de flores de la funda.

   Mientras se lava los dientes oye de nuevo que ha recibido un mensaje. Respira hondo. Intenta adivinar lo que pone. "Espero que hayas descansado" "Ánimo con ese lunes". Le cae bien el hombre, incluso le gusta. Pero no sabe si está preparada para una relación. Deja el cepillo de dientes en el lavabo y se mira al espejo con los ojos muy abiertos. ¿Quién ha hablado de relación? El ayer sólo le dio un beso. Bueno dos. Bueno tres si contamos el de la despedida. Vale, fueron cuatro porque ella también le dio alguno. Cierra los ojos. No, no y rotundamente no. Se niega a pensar en ese chico tan atractivo durante todo el día. No va a estar pendiente del móvil, así que se lo dejará en casa. Si, eso es, se lo dejará en casa y así no pensará en Luis.

    Con los dientes relucientes sonríe al ver el mensaje de él "Espero no haberte despertado" Vaya, eso no lo había tenido en cuenta ella. El chico le ha sorprendido. Le escribe una respuesta rápida y sale de casa.

   La mañana transcurre con normalidad en la oficina. Al ser lunes, todo el mundo quiere todo para ayer y no tiene tiempo para pensar, lo cual le hace sonreír. Cuando se da cuenta de que está feliz porque no ha pensado en el chico que le ha dado los buenos días deja de sonreír. Porque al tener ese pensamiento se da cuenta de lo mucho que le gusta. Mientras redacta un informe recuerda lo sucedido la noche pasada.

*************************************

   -Te invito a cenar.

   Laura le mira. Se mira la ropa de senderista y le vuelve a mirar.

   -Jajaja. Pero si estás estupenda. Las manchas de barro casi no se ven porque el pantalón es marrón. Además, no me puedes decir que no. Hace un rato me has hablado de las telas de araña de tu nevera. Y para que cenes cualquier cosa, te invito a un bar de bocadillos que hay debajo de mi casa. María, la dueña, no se va a asustar por un poco de barro. A mí me ha visto con el mono lleno de grasa y me ha hecho huevos fritos a las cinco de la mañana después de una noche de borrachera. ¿Qué me dices?

   "Que tienes unos ojos preciosos y que yo también te haría unos huevos fritos y lo que hiciera falta" Laura se sonroja al tener esos pensamientos.

  -Tienes razón, no te puedo decir que no. - Acierta a decir con una tímida sonrisa.

   La cena transcurre entre bromas y risas. La señora María es una mujer encantadora que le recuerda a su madre.

   - Es un hombre muy bueno, y tú le gustas. Espero que puedas hacerle feliz. -Le dice aprovechando que él se ha ido al baño.

   Ella se queda con una sonrisa bobalicona sin saber qué decir. ¿La camarera de un bar haciendo de Celestina? Ahora entiende la frase de que la realidad supera a la ficción. Cuando Luis vuelve sigue la animada conversación. Ahora recuerdan cuando se conocieron y la multitud de excursiones que han hecho juntos. En un momento de la conversación Luis decide dar un paso más. Se mete con ella y Laura le hace cosquillas. Coge sus manos y las besa sin dejar de mirarla a los ojos. Ella intenta recordar en qué momento de la noche comió mariposas. Poco a poco se acercan hasta que sus labios se tocan. María se mete en la cocina para decirle a su marido que no salga, que por fin su sobrino se ha atrevido a besar a esa chica tan guapa de la que lleva tiempo hablando.

   -¿Hablamos mañana? -Pregunta Luis antes de cerrar la puerta del taxi.

   -Si, claro. -Contesta ella con una sonrisa bobalicona antes de darle un último beso.

**********************************

   -Y el muy cerdo me dijo que no le echaba yo de casa, que se iba él. ¿Te lo puedes creer? Pero te digo una cosa. Este no vuelve a entrar en casa como que me llamo...

   -Rebeca Sánchez García- Acaba Laura la frase de su compañera de trabajo. -No te engañes, le vas a dejar volver igual que las veces anteriores.

   Ella la mira cabizbaja.

   -Le echo de menos- Susurra.-Bueno, ya te contaré, porque estoy muy cansada de esta historia. ¿Y tú que tal? ¿Te echas novio o nos vamos a tener que ir de fiesta?

   -Laura, dice el señor Martínez que cuando puedas te pases por su despacho.

   Nunca se había alegrado tanto de ver al becario. Recoge los cubiertos y el tupper y mientras los mete en la bolsa contesta a su compañera.

   -Ya sabes que yo soy de montaña, no de bares. Pero agradezco tu ofrecimiento.

   El resto de la mañana transcurre con normalidad. El volumen de trabajo ha bajado un poco y ya no es nada tan urgente como a primera hora. Tiene muchas ganas de salir para ir al gimnasio. Hoy le toca clase de spining y hará un poco de cardio.

    "¿Le habrá escrito algo más? Estará pensando en ella" Se siente como una adolescente. Sonríe de camino al aula de las bicicletas recordando cómo su mente estaba en el bar donde cenó mientras Rebeca le contaba una nueva pelea con su marido. No sé explica por qué no le deja. Llevan muchos años juntos, supone que será por eso.

   "¿Qué tal va la mañana? Espero que mejor que la mía. Hoy el jefe ha venido rebotado de casa y no hace más que dar gritos. A ver si se va a comer y nos deja en paz un par de horas. Así no hay quien se concentre para arreglar coches" Vale, sí, le hace ilusión ese mensaje enviado a las once de la mañana. No va a reconocer que cuando a entrado en casa ha tirado las llaves y corrido hacia la habitación para mirar el móvil. Con el aparato en la mano camina hasta el salón mientras se pregunta dónde habrán caído las llaves. ¿Igual tendría que reconocer que...? ¡Bah! Da igual. Sí, el chico le gusta y mucho. Hace meses que le conoce, tienen muchas cosas en común y si ayer no hubiera sido tan tarde habrían acabado en su casa.

   El miedo ya se ha ido, ya no está. Sólo están en la cama Laura y un mensaje de él de buenas noches. Han hablado un rato por teléfono y él le ha dejado claro lo mucho que le gusta. Ambos coinciden en que no tienen edad para tontear con unos y con otras. Han decido darse una oportunidad de hacerse felices mutuamente. Han decido darle una oportunidad al amor. "Buenas noches, guapo. Que descanses"

viernes, 17 de marzo de 2017

7. PARQUE DE ATRACCIONES

Hoy comparto una rallada del día 25/10/2015.

Una nueva entrada que va sobre el amor, comparándolo con un parque de atracciones...


     Por norma general, cuando tenemos una edad hemos vivido diferentes historias de amor. Cada una de ellas nos ha dejado una huella mas o menos profunda. Lágrimas, helado de chocolate, tristeza, compras, sensación de soledad... Son muchas las cosas que acompañan al desamor. Sabes que si te golpeas el dedo duele. Por eso cuando tenemos un martillo ponemos cuidado en no hacernos daño. Pues bien, con esto del amor, quiero hacer una petición en general. ¡Vamos a coger martillos! Vamos a darle una oportunidad al amor. El miedo a hacernos daño está ahí, es inevitable, pero no hay que dejar que ello nos condicione.

     La semana pasada estuve en las ferias con unos amigos. Uno de ellos me decía que para rato se subía a una de esas atracciones que dan vueltas y te ponen cabeza abajo. Que como el brazo que la sujeta se soltara ya no lo contabas. Yo le decía que por esa regla de tres, tampoco habría que salir a la calle, porque el peligro de que nos caiga una maceta a la cabeza, o que nos atropelle un coche está ahí. La diferencia, es lo que decía Luis, que no tenía ninguna necesidad de subirse a esa atracción.

     En cierto modo con el amor es igual. Es como una feria. Las atracciones son las personas con las que nos encontramos en la vida y simbolizan las diferentes relaciones que tenemos con ellas. El tiovivo puede ser un rollo. De una noche vuelta, de varias noches varias vueltas. Sube, baja, sube, baja, gira... no es emocionante, nos aporta placer momentáneo pero sin más. Elegimos el caballo mas bonito y nos dejamos llevar. Hay otras atracciones, como la montaña rusa, que es mas divertida. Con subidas y bajadas, giros imprevistos... Disfrutamos cuando estamos dentro aunque pasemos un poco de miedo y no todo el camino sean rectas. Eso puede ser una relación de pareja. De esas que empiezas con alegría e ilusión y tienes momentos de todo tipo. Y luego están las más peligrosas. Las que te ponen boca a abajo, con giros bruscos, vueltas... y acabas con mareo. Son las relaciones mas complicadas. Las que nos destrozan, nos dejan el corazón echo polvo y sin ganas de saber nada de ninguna atracción durante una buena temporada. Se pueden combinar las relaciones. Puede que empieces en el tiovivo y el ocupante del caballo de al lado te proponga una montaña rusa. También puedes montarte en una montaña rusa y darte cuenta que es una atracción peligrosa. Sea como fuere, hay que entrar en las ferias. Porque siempre no lo pasamos bien. Y todas las atracciones tienen su punto.

     Yo soy partidaria de no rendirse, de continuar el camino. No buscar pero dejarse encontrar. Mientras aparece esa persona que nos ayudará a ser mas felices, podemos encontrar la manera de sonreír sin nadie al lado. Encontrarnos a nosotros mismos y cuando Cupido nos lance una de sus flechas, disfrutarlo al máximo. Montarnos en esa montaña rusa imaginaria y dejarnos llevar, sin preocuparnos si va a ser una atracción peligrosa o no. Tal vez ahora estés dando vueltas por el parque y no encuentres a la persona con la que te vas a subir a una atracción. O tal vez la hayas encontrado y estéis dudando sobre cual elegir. Sea como fuere, no te salgas del parque. Disfruta de todo lo que ofrece. Tómate un algodón de azúcar, un gofre de chocolate o una manzana de caramelo. Juega a la tómobola o a los dardos. Haz todo aquello que te haga feliz. Y si estás en la etapa de helado de chocolate, no te preocupes, porque sabes que pasará. Eso sí, intenta no estar mucho tiempo con el congelador abierto. Camina, avanza, entra en el parque de atracciones con la vista fija en el presente y no en el pasado.

     Bueno, por hoy es suficiente. Hazme un favor y no sigas ninguno de mis consejos, me he dado cuenta que al final de la entrada doy muchos de ellos. Disfruta de la vida de aquella forma que te haga feliz, y si de una manera no lo eres, busca otra. Seguro que se te ocurren mas de una. Muchas gracias por estar ahí y por dedicarme unos minutos de tu valioso tiempo.

jueves, 16 de marzo de 2017

6. UN DOMINGO CUALQUIERA

  El pasado 10/11/2015 publicaba este relato. Os dejo el comentario que hice sobre él y el texto.
 
 Relato. Simplemente un pequeño relato.



     Diana apaga la alarma del móvil. Son las cuatro de la tarde y tiene que darse una ducha rápida y salir de casa. Es domingo, uno de esos de no hacer nada, de disfrutar del placer le levantarse tarde y pasearse por la casa en pijama. Ha llevado una semana bastante agobiada con el trabajo, siempre la misma historia, su jefe lo quiere todo para ayer. Aunque ya le conoce desde hace años, no puede evitar que le afecte cuando se pone muy pesado. La sola idea de tener que verle mañana le deprime. Decide olvidarse de él mientras el agua caliente cubre su cuerpo junto con la espuma. Tiene el tiempo justo para una ducha rápida pero no quiere renunciar al placer de unos minutos de agua caliente.


     Piensa en Roberto, el chico con el que ha quedado hoy. Desde el primer momento que se conocieron se han llevado muy bien. Coincidieron en una boda de unos amigos comunes y se intercambiaron los teléfonos, cosa que a Miguel, el por entonces novio de Diana, no le hizo mucha gracia. Ella pasó de sus malas caras, no era el más indicado para hablar. De echo, si no había roto con él era porque el ya marido de su amiga le tenía aprecio. Tenía decidido dejarle al día siguiente. Acostarse con una compañera de trabajo era algo muy feo. Roberto no tenía pareja y era feliz. No quería saber nada de mujeres, su moto era su gran pasión y la única que hasta la fecha no le había defraudado. Hablaban a menudo ya que compartían aficiones, como la papiroflexia. No es fácil encontrar a alguien que sepa hacer cosas tan bonitas con una simple hoja de papel. Cierra los ojos mientras piensa en cómo pueden ser sus dedos paseando por su nariz, sus labios... Mueve la cabeza. Sólo son amigos. Cierto es que últimamente le nota mas pendiente de ella, e incluso le ha dicho alguna cosa que se puede interpretar como que quiere algo mas. Sería muy bonito... pero eso sólo pasa en las películas. Ese chico alto, guapo y con una sensibilidad extraordinaria no se va a fijar en ella.


     Decide ponerse el jersey que le regaló para su cumpleaños. Tiene el dibujo de una pajarita y Roberto no pudo evitar comprárselo cuando lo vio por internet. Lo tiene guardado en el armario desde julio y por fin hace el suficiente frío como para sacarlo a la calle. Es un jersey de lana y de su color favorito.Cuando ya está lista para salir se mira al espejo. Muy seria. Saca la lengua y se ríe de la tontada. Mucho mejor, con la sonrisa puesta ya puede salir a la calle. Mientras baja por las escaleras, se sube la cremallera del abrigo. Hace mucho frío, y los guantes se los ha dejado en casa. Decide no volver, ya va justa de tiempo y no quiere hacer esperar a su amigo. Han quedado en una plaza en el barrio en el que ambos viven. Cuando llega le ve mirando un escaparate de móviles.


     -¡Hola!- Saluda ella


     Después de darse dos besos, empiezan a andar. Deciden dar una vuelta por el centro de la ciudad. Es casi Navidad y hay mucha actividad por la calle a pesar del frío. Paran en un puesto de castañas asadas. Ella se calienta las manos con el paquete. Roberto le ofrece sus guantes y cuando Diana se los prueba se da cuenta que le quedan enormes, cosa que les hace reír a ambos. Guarda los guantes en el bolsillo y le coge las manos. Ruborizada agradece el detalle. Siguen caminando y poco a poco la distancia física entre ellos se hace mas pequeña. Paran delante de un puesto de pulseras y Roberto compra una. Le dice que quiere hacer un regalo a una chica muy especial para él. No responde a ninguna de las preguntas que le hace Diana, sólo le contesta, que ya sabrá quien es cuando llegue el momento. Reanudan la animada conversación y entran en una cafetería. Está llena de gente y eligen la única mesa que queda libre, una pequeña al final de la barra. Se sientan uno al lado del otro con el café caliente entre las manos. Roberto decide que es el momento. Lleva toda la tarde intentando decir algo que no se atreve.


     -Toma- pone en las manos de Diana una bolsita con la pequeña pulsera que ha comprado minutos antes. -Tú eres esa chica especial. Llevo varias semanas intentando decírtelo pero no me he atrevido. Me gustas mucho- se atreve a decir mientras nota calor en las mejillas.



     La sonrisa de Diana no puede ser mas amplia. Le da un abrazo con el que intenta transmitir que para ella, él también es muy importante. Se separa despacio y sus labios se juntan. Se funden en un beso que hace que el mundo se pare, sin saber como, la gente ha desaparecido del bar y están sólos. El resto de la conversación la llevan en silencio. Tan sólo las miradas son capaces de transmitir lo que empiezan a sentir esos dos corazones que laten a la par.

miércoles, 15 de marzo de 2017

5. ESPINITAS

Entrada publicada el día 12 de febrero del 2013. Dejo la presentación que hice sobre el texto.



Entrada sobre esas espinitas que se quedan en el corazón y no se van...

   Hoy quiero que eches la mirada atrás y recuerdes. Quiero que pienses en esa persona especial. Ese amor de infancia o de adolescencia que se te quedó como una espinita clavado en el corazón. Hoy quiero que pienses en ese nombre que te hace sonreír con tan sólo oírlo. Tal vez con esa persona no hayas tenido una relación, tal vez sólo hubo cuatro besos o simplemente fuisteis solo amigos. El tiempo, la distancia o la vida hizo que vuestros caminos se separaran. En esta ocasión no hablaré de mí pero sí contaré cuatro historias.

   La primera es breve. Una amiga tiene un hijo y se llama igual que su amor platónico. Puede que "amor platónico" no sea la mejor expresión... pero todos me entendéis.

   La segunda me la contaron hace muchos años. En esta ocasión era él el que recordaba con un brillo especial en los ojos a esa compañera de colegio. No recuerdo si llegaron a besarse o no pero lo que sé a ciencia cierta es que nunca la olvidará. Lo sé a pesar de no tener ya contacto con la persona que me contaba la historia.

   La tercera es la que me ha hecho escribir esta entrada. Ella le conoció en casa de una amiga. Por aquel entonces el chico en cuestión tenía novia y la dejó días mas tarde. Se vieron varias veces a lo largo de los años. Casi siempre coincidían por casualidad y en tan sólo dos ocasiones quedaron. Con especial emoción ella recordaba dos noches. Una en la que no quiso acostarse con él y lloró durante horas en su baño y otra en la que simplemente estuvieron hablando. Ahora ella quiere volver a verle. A pesar de los años y de no haber hablando durante este tiempo su corazón late de manera especial cada vez que escucha su nombre. Sabe donde trabaja y quiere hacerle una visita. Puede que con ese encuentro empiece una bonita historia de amor y la espina se convierta en un amor correspondido. O puede que suceda todo lo contrario y se de cuenta de que lo tiene idealizado. Sea como fuere, le deseo lo mejor.

   Y ya por último os contaré lo que sé de una historia de amor. Para mí es especial ya que la protagonista fue mi madre. Ella quería mucho a un chico, era un amor correspondido y hasta donde yo sé eran novios. Un día al chico le dio un ictus facial y se le paralizó media cara quedando con la boca torcida. Mi abuela le prohibió volver a ver a ese chico. Mi madre le hizo caso pero sé que esa espinita se quedó ahí.

   Que en el pasado hayas tenido un amor inolvidable no significa nada. Hay gente que no lo ha tenido y vive feliz, al igual que quien lo tiene. Lo que sucede con esas personas es que dejan una huella mas profunda que otras que hayan pasado y en vez de ser un compañero de trabajo o un vecino que te cae muy bien es alguien con quien has compartido miradas de esas que solo entienden las dos personas. Y por alguna razón las recuerdas siempre. ¿Qué pasaría si te volvieras a encontrar con esa persona? Tal vez nada, porque tu corazón ya está ocupado o tal vez todo porque en vuestro destino estaba encontraros con el paso de los años. Sea como fuere, hay que disfrutar del presente y dejar esa espinita en el lugar que se merece... en una gran caja llamadas "recuerdos".

martes, 14 de marzo de 2017

4. QUERIDO NUEVO AMOR

El pasado día 29/09/2015 escribía este relato a modo de carta.   


     Hola cariño:

     ¿Qué tal estás? ¿Qué tal a ido el día? ¿Has dormido bien? Espero que tus respuestas sean positivas. De no ser así, aquí me tienes para poner alguna que otra sonrisa a tu día. Sabes, y si no lo sabes te lo digo yo, que puedes contar conmigo para lo que necesites.

     ¿Te cuento una cosa? Me noto cambiada. Si. Llevo desde la adolescencia viviendo historias de amor. Cada una diferente a la anterior. He aprendido mucho de cada lágrima derramada después de las rupturas. No siempre ha sido justo después. En alguna ocasión me ha costado años darme cuenta de los errores. A día de hoy, sé como soy. Lo asumo. Soy la imperfección en persona con alguna virtud. Estoy contenta. Me acepto.

     ¿Qué quiero de tí? Lo que estés dispuesto a darme. Una caricia, un beso, un te quiero dicho con la mirada... Lo que te salga en cada momento. Que seas libre, que tengas tu vida hecha, tu grupo de amigos de toda la vida, el de fútbol o el de petaca, que seas feliz sin mí, pero un poquito mas conmigo. No sé... tal vez pongo el listón muy alto. Es mucho lo que estoy dispuesta a dar y lo que deseo recibir. Cariño, no quiero todos los días un mensaje de buenos días ni todas la noches una carita con corazoncitos. Quiero mucho más que todo eso, quiero lo difícil. Una visita inesperada al trabajo, una llamada de dos minutos para decirme que me echas de menos, una rosa de gominola cualquier día de un mes cualquiera, tu mejor sonrisa cuando nos veamos... en definitiva, que tengas ganas de estar a mi lado. Lo que estoy dispuesta a darte se resume en una palabra: todo. Lo siento, no sé dar menos. O doy o no doy. No estoy orgullosa de no ser capaz de ver los grises pero soy así y lo compensaré con otras virtudes.

     Para finalizar, sólo decirte que espero impaciente el día en el que te des a conocer. Lo siento, la paciencia es una cosa con la que trabajo cada día para tener mas de ella. Tengo ganas de sentir ese cosquilleo en el estómago que yo llamo hormiguitas. Mirarte, que me mires y de esta manera tener la certeza de que algo bonito va a suceder. Eso sí, hazme un favor. No tengas prisa. De verdad, no la hay. Tengo muchas cosas que quiero hacer antes de notar esas hormiguitas y quiero tener lo deberes hechos. El trabajo principal que quiero hacer es a nivel interno, cambiar alguna cosa que no me acaba de gustar y pontenciar un poco mas mi parte positiva. Pero bueno, que si eres tan impaciente como yo, no te voy a dar la espalda. No sería capaz de decir no a mi sentimiento favorito, el amor.

   Un beso.

Tatiana.

lunes, 13 de marzo de 2017

3. MAGIA

Relato publicado en el blog allá por el 2012. 



   Juan mira a María. En silencio. Son las cinco de la mañana y acaban de salir de un bar de copas. Ella tiene aparcado el coche cerca de la entrada del colegio donde se encuentran. Se han sentado en las escaleras para charlar un rato. Hace tiempo que se conocen y la amistad y el cariño es mutuo. Él tiene ganas de decirle algo pero no sabe cómo. Ella clava sus ojos en los de Juan intentando, sin palabras, decirle lo mismo.

   -Nos hemos sentado aquí para hablar, pero no decimos nada...- la chica, en un arranque de valor intenta iniciar una conversación.

   Ambos están muy a gusto, las palabras es algo que está de más pero necesitan verbalizar lo que el corazón les dicta.

   -No hace falta pronunciar una palabra para transmitir una idea... hay veces que con tan sólo una mirada, o un gesto se pueden tener conversaciones. Contigo me pasa, tal vez sea por eso que estoy tan cómodo a tu lado. Eso sí, hay una cosa que todavía no te he dicho.

   En ese momento los labios de nuestros amigos se unieron. Fue tan sólo un segundo, pero vivido con tal intensidad que pareció que habían pasado varias horas. Un beso suave pero intenso, inesperado pero deseado, tierno pero decidido. Cuando se separaron continuó la conversación. Piel de gallina a pesar de la calurosa noche, pupilas dilatadas aunque tenían una farola justo delante y una amplia sonrisa mientras se miraban, como si no quisieran perder un solo detalle de la persona cuya mano rozaban. Aquél instante de complicidad se volvió a repetir una y otra vez hasta que la alarma de un móvil sonó. A Juan se le había olvidado quitar la alarma que usaba como despertador.

   -Tengo que irme, mañana no puedo estar toda la mañana en la cama y ya es tarde.

  -No, es pronto. Son las siete de la mañana.

   Incrédula, María mira el reloj. No se puede creer que lleven dos horas sentados en las escaleras. Siente que han pasado minutos desde que salieron del bar y él se ofreció a acompañarla al coche. Levanta la vista y ve como poco a poco el azul oscuro del cielo se va transformando en un azul mas claro. Al mirar hacia arriba recuerda donde están sentados. Es en las escaleras del que fuera su colegio durante unos años. No guarda buen recuerdo de aquella época. Siente que el pasado y el presente se dan la mano. Donde hace años se despedía de su padre con la mano, hoy se despide del chico que le gusta con un beso. Recordará ese instante en el futuro. De nuevo, presente, pasado y futuro se unen. Ha tenido esa sensación en varias ocasiones pero decide aparcar el pensamiento, mientras desaparca el coche. Con el motor encendido un último beso.

   -Te llamo mañana, bueno, hoy. - el nerviosismo de Juan se deja ver en un leve temblor de sus manos mientras acaricia la cara de ella.

   Con una sonrisa María sale del aparcamiento. Recuerda cuando, al caer la noche, salió de casa y no sabía si ir con el coche o en autobús. Justo en ese momento él le dijo que ya estaba en la puerta de la cafetería donde habían quedado. Las dudas desaparecieron y entró en el vehículo, tenía ganas de verle y no quería hacerle esperar. ¿Por qué la llamó en ese momento y no antes o después? Recordó las palabras de su sobrino un día, viendo una exposición. "La magia no existe, son trucos" Ella insistía en que eso no era cierto. Creía en la magia, y después de lo vivido aquélla noche, mas aún. Te llama el chico que te gusta cuando intentas decidir si vas en coche o en autobús, las horas parecen minutos y los segundos horas, la piel se eriza a pesar del calor del ambiente. Por mas que lo pensara no veía el truco. Tal vez, cuando Manuel sea un poco mas mayor y note un escalofrío sólo porque una chica le toque, crea en la magia.

domingo, 12 de marzo de 2017

2. EL ÚLTIMO "TE QUIERO"

En esta ocasión recupero una "rallada" que escribí hace años. Eran unas palabras dirigidas a una persona que dudo leyera el texto. He puesto puntos y a parte para que sea más fácil de leer. Cuando empecé con el blog no lo hacía.



   Hay una cosa que todavía no te he contado. La última vez que fui a comprar metí en la cesta dos postres de chocolate. De esos que en el centro tienen chocolate líquido. Ahora me estoy comiendo uno y me he acordado de tí.

   Creo que es justo que te diga, aunque sea por última vez, lo mucho que te quiero. Has sido una persona muy importante para mí durante este tiempo y me duele tener que dejar de quererte. Sé que va a ser duro, que cada vez que vea una piruleta con forma de corazón debajo de algún papel, lloraré. Sé que vas a llorar al leer esto, pero necesito expresar lo que siento. Le tengo que dar una oportunidad a mi corazón. Tiene derecho a expresar lo que siente antes de rendirse en la batalla que tiene montada contra Tristeza y Razón.

   Han sido unos meses muy bonitos en los que he descubierto a una persona maravillosa. He aprendido que el amor no puede con todo, aunque para aprender esa lección tenga escribir cosas tristes.

  De nuevo las palabras no salen, al contrario que las lágrimas. Pero no quiero llorar sóla, quiero llorar aquí, en mi espacio personal, para volver a leer lo que hoy escriba cuando esté preparada. Cuando abrir la caja de los recuerdos no me ponga triste.

   De verdad, estoy muy feliz de haberte conocido. Me has ayudado mucho, me has dado tu cariño incondicional. Y como ya dije en su día, me has demostrado que la bondad sin límites existe. No cambies tu esencia, por favor. Tienes un fondo muy valioso, un corazón enorme. Tal vez por eso me cuesta pasar página. Porque sé que no hay nadie en el mundo como tú.

   Quiero pensar en que el dolor que hoy siento algún día desaparecerá y contaré con tu amistad y cariño. Seré la mujer más afortunada del mundo.

   Bueno... pues... no sé que mas decirte, ya te he dicho lo mucho que te quiero... por última vez.

sábado, 11 de marzo de 2017

1. DOS CIUDADES, UN MISMO AMOR.

Para empezar los textos románticos he querido recuperar uno que escribí hace unos años. Creo que no lo llegué a publicar en el blog. Espero que lo disfrutes.

“Sólo hoy me voy a permitir estar triste. Ya he pasado por cosas similares y esto no va a poder conmigo. Tal vez porque ha sucedido a principio de año estoy tan... sensible. Pensaba que este iba a ser un buen año y si realmente va a ser así lo disimula muy bien. No voy a tirar la toalla. No pienso rendirme, yo no soy de esa clase de personas. Soy luchadora, aunque en días como hoy las lágrimas digan lo contrario. Hoy lo voy a considerar un día malo y desde mañana todos van a ser mejores. Escribir esto no me cuesta, pero sí el creérmelo. No obstante es algo que debo hacer. Ha sido muy bonito el sentimiento, me ha servido para darme cuenta de muchas cosas pero tengo que seguir adelante. Al fin y al cabo... no estoy sola. Vale, tampoco con la compañía que me gustaría... de momento. No sé que tiene pensado el destino para mí, lo que si sé es que todo sucede por algo. Tal vez no vuelva a haber un encuentro, tal vez si. Sea como fuere sólo queda esperar a que la vida gire lo suficiente y me diga si lo que he sentido tengo que volver a sentirlo con más fuerza o si el sentimiento será por otra persona diferente. El recuerdo es duro, tal vez por eso no me gusta el pasado. Así que lo que voy a hacer es mirar hacia adelante, miraré al futuro a los ojos y le diré que aquí estoy para que quiera ofrecerme. Sea bueno o malo, porque sé que de todo lo malo algo bueno sale. Es más, cuanto mas dura es la caída con más fuerza te levantas, y si una situación te hace llorar, encontrarás otra que te haga reír. No otra, sino muchas. El amor en sí es un reflejo de la vida. Te ilusionas, eres muy feliz, algún momento de tristeza y luego la despedida. Y vuelta a empezar. Y aunque no quieras, te vuelves a enamorar. No se trata de mi caso en la actualidad, pero en el fondo el sentimiento es el mismo. Un día de felicidad, otro de tristeza y vuelta a empezar después del "Hasta luego". Un día de reflexión y asimilación de todo lo que ha pasado y para adelante. Por ese motivo sólo hoy me voy a permitir estar triste, porque estarlo también mañana... no me apetece. La "jornada de reflexión" es hoy. “
Esta era la entrada de blog que Laura escribió cuando Luis estaba de camino a Madrid. Había vivido un fin de año intenso y el dolor le oprimía el corazón. Recordaba con detalle cada día, cada minuto, cada segundo que habían pasado juntos. Para entender todo ese dolor es mejor conocer la historia desde el principio, así que vamos a ello…
Todo empezó una noche, una noche cualquiera de fin de año. Laura, madre de dos hijos y separada desde hace dos años, chateaba animadamente con Luis, al que conoció en una red social Desde el principio hubo… algo. Se llevaban muy bien y las horas pasaban sin que se dieran cuenta. Intercambiaron teléfonos y a través de la aplicación “whatsapp” hablaban durante el día. Él le contó su vida. Vivía en Madrid, en el centro de la gran ciudad y trabajaba de ingeniero en una gran empresa. Su ciudad natal era Zaragoza y había viajado allí por amor. Después de cuatro años la relación acabó y decidió iniciar una nueva vida en la gran ciudad. Ya tenía el trabajo y le gustaba, además varias veces al año hacía viajes al extranjero. Trabajaba en lo que había estudiado y viajaba gratis… ¿Qué mas podía pedir? Tan sólo una cosa, encontrar a una persona con la que compartir su vida. Su carácter introvertido le dificultaba la tarea pero no perdía la esperanza y conocía chicas a través de la red. 
Por su parte Laura tenía una vida muy diferente a la suya. Trabajaba de teleoperadora por las mañanas y de cajera alguna tarde, cuidaba a sus dos hijos pequeños y, al igual que Luis, soñaba con encontrar a esa persona con la que compartir su vida. Llevaba dos años separada y hacía dos meses que estaba sola ya que su novio, con el que llevaba casi un año la dejó sin explicaciones. Tenía serias dudas de ser capaz de volver a enamorarse y sentir esas “hormigas” que sentimos todos cuando alguien nos gusta de verdad. Como decía antes, una noche se encontraron por la red. Y no fue la típica conversación de “Hola ¿Qué tal? Bien ¿Y tú? “No. Desde el primer momento hubo complicidad entre ellos. Tan sólo se conocían por foto y decidieron dar un paso mas, conocerse en persona. Debido a los complicados horarios de Laura y a las vacaciones de los pequeños, decidieron quedar con ellos. La joven tenía la extraña sensación de haberse vuelto loca. ¿Y si él era un asesino en serie? ¿Y si la cita iba mal? Tenía miedo de que sus hijos no le aceptaran o quisieran irse a casa nada mas verle. No obstante, decidió ir a la cita. Algo le decía que iba a pasar un rato divertido. Y así fue. Dos besos, un poco de “corte” al principio y luego jugaron con el helicóptero de su hijo mayor como si se conocieran de toda la vida. Tras varias horas de paseo por el Parque del Agua cenaron en una hamburguesería de un centro comercial y caminaron hacia casa. Laura se reía, era tarde, estaban todos cansados y a cada protesta de su nuevo amigo se unían las de sus pequeños. Finalmente, y ya en su habitación, recordaba todo lo sucedido durante la tarde y se sentía feliz. Ahora tocaba acostar a los pequeños y un rato de animada charla con Luis. Decidieron verse otra vez, en esta ocasión, sin peques para poder hablar más tranquilos. 
El segundo encuentro fue aún mejor que el anterior. Risas, miradas cómplices, comida italiana… Un refresco y para casa, que al día siguiente ella madrugaba, él no porque estaba de vacaciones pero no quería que su amiga pasara sueño. Si ya había “algo” cuando empezaron a hablar en la red social, en persona era… más que “algo”. Se entendían a la perfección, tenían muchas cosas en común, les encantaba escucharse mutuamente. Desde fuera se veía a dos personas que querían estar juntos pero no sabían como decirlo. Si, tenían mucha confianza, pero no eran capaces de expresar con palabras lo que sus mirabas decían cuando miraban a los ojos del otro. 
Faltaban pocos días para que Luis se volviera a Madrid. Tenía que hablar con Laura, decirle lo que sentía, su corazón quería empezar algo con esa mujer que apenas conocía y a la vez conocía mucho, pero su cabeza se negaba. Aquella noche apenas durmió. Sentía rabia. No era capaz de llevar una relación a distancia, ya sabía lo que era eso, lo había sufrido durante cuatro meses y no estaba dispuesto a volver a pasar por ello. Por otro lado… era estupenda, tenía todo lo que buscaba en una chica, le escuchaba, era guapa y sentía que con ella iba a ser muy feliz. Una lágrima resbaló por su mejilla, sólo una. Al día siguiente habían vuelto a quedar y se lo diría todo. Le dolía el pensar que podía hacerle daño, pero en el fondo pensaba que era lo mejor para ambos.
Laura mira a los ojos a su amigo. Están en un bar de copas al que han ido después de cenar en una bocatería. Quiere besarle pero no se atreve. Hay algo que le oprime, algo que quiere salir pero tiene miedo. “Me gustas, y mucho. Eres la persona que llevo toda mi vida buscando. Llegué a pensar que no existía pero no es así, existe… existes. Me da igual que vivas en Madrid, nos veremos cuanto podamos, yo viajaré allí, y tú vendrás aquí porque tienes a tu familia. Si la cosa va bien, nos querremos y seremos felices juntos”, todo esto pesaba mientras miraba a los ojos al chico que tenía delante. En vez de eso, le dijo que debía irse, al día siguiente le tocaba madrugar. Él la llevó a casa. Había algo raro… no se hablaban, se notaba que la tensión de aquella primera cena iba creciendo conforme se veían. Ninguno de los dos tenía valor para expresar en voz alta lo que sentían. Ya en casa, Luis se sinceró, primero por el chat y luego con una llamada. La única pega que veía a su relación era la distancia. Laura argumentó que podían verse, que ella se compraría una webcam, que hablarían todos los días por teléfono. Él no quería eso, no podía llevar una relación así, necesitaba a alguien que viviera en su misma ciudad. Las lágrimas de ambos eran sinceras, igual que el dolor y la rabia que sentían. Al día siguiente quedaron para verse. Ella tenía un rato libre cuando salía del trabajo de teleoperadora y antes de entrar en el súper-mercado donde trabajaba de cajera.
Dos enamorados se dan la mano mientras una coca cola es testigo. Era el último encuentro. La última vez que se verían. Tal vez, cuando el volviera a Zaragoza, tal vez si ella iba a Madrid, tal vez… Laura está triste, tiene ganas de llorar, de pedirle por favor que le de una oportunidad de hacerle feliz pero no se lo dice porque sería repetir lo que hablaron la noche anterior. Llega la hora de la despedida. Dos besos, uno en cada mejilla. Luis la mira a los ojos. Ambos saben que sus labios desean encontrarse pero no lo hacen porque es lo mejor. “Si algún día te doy un beso en los labios no quiero que sea un beso de despedida”, las palabras de él hacen que la entereza de la chica se rompa y apunto está de echarse a llorar. Tal y como dice la entrada del blog, se despiden con un “hasta luego” que suena como un “hasta siempre”.
Laura, sentada frente al ordenador, escribe lo que siente. Su blog siempre le ha ayudado a descargar su mente y corazón de sentimientos algunas veces contradictorios. Le da rabia, odia la palabra distancia, ya que es la culpable de las lágrimas que ahora brotan por sus ojos. Respira hondo y empieza a escribir… “Sólo hoy me voy a permitir estar triste..."

viernes, 10 de marzo de 2017

EL AMOR

Breve entrada donde cuento de qué van a ir las próximas entradas.

   El amor. Ese maravilloso sentimiento que nos traslada a otra dimensión. Es algo sobre lo que me gusta escribir. Es un tema que da mucho juego porque dentro de el está la felicidad más alegre y la tristeza más triste. Me gusta reflexionar, escribir relatos en los que los personajes viven esa magia.

   Pero todo cansa. Estoy en un punto en el que me apetece dejar ese bonito tema de lado, para dar rienda suelta a mi imaginación. Me apetece escribir sobre otras cosas. Quiero poner a las neuronas a trabajar para crear otros mundos, otras historias. El amor mueve el mundo, pero no es el único tema sobre el que se puede escribir.

   Para despedirme de mi vena romántica, la voy a exprimir. Voy a contar todo lo que quiero contar sobre el sentimiento. Recapitularé relatos y ralladas y las iré publicando numeradas. 20 textos calculo que serán suficientes para despedirme temporalmente de este bonito tema. Intentaré publicarlos diariamente. Mi objetivo es acabar de compartirlos antes de semana santa. Y de esta manera, cuando sea un año más vieja (el día 14/4 es mi cumpleaños) podré empezar una nueva etapa y abrirle las puertas de par en par al humor, al miedo, a la ciencia ficción y a cualquier otro tema que se me ocurra.

   Poco más quiero añadir. De nuevo, gracias por estar ahí, al otro lado de la pantalla.

miércoles, 8 de marzo de 2017

BARITA MÁGICA

Entrada dedicada a una amiga a la que quiero mucho.

   Si tuviera una barita mágica, te la pondría sobre los hombros. Con ella, te quitaría todo el dolor que siente tu corazón. Cogería ese dolor y lo mandaría bien lejos. A un país donde transforman el dolor en sonrisas y te las daría todas a ti.

   Te he visto el corazón. Un corazón grande y rojo. Del color de la pasión, del color de tus labios cuando te pintas para estar guapa. A pesar de ser muy grande, no todo el mundo puede verlo, porque las cosas más valiosas se merecen un cofre sólo accesible a las personas que realmente se lo merecen.

   Poco más puedo decirte con palabras, poco más puedo añadir que no te haya dicho ya. Sólo una última cosa. Te prometo que lo superarás. No sé cómo ni de que manera. Tal vez sea hoy o tal vez no. Pero tú y yo sabemos que el destino tiene preparado algo hermoso para ti. Porque el destino es merecedor de ver tu gran corazón y a pesar de que él mismo es muy grande, a tu lado es más pequeño que la más ínfima hormiga.

   Un último favor. Mírate con mis ojos. Atrévete a hacerlo. Sólo una vez y podrás ver la grandeza que veo en ti.

lunes, 6 de marzo de 2017

PERSONAS GRANDES

Entrada que intenta transmitir lo que pasa por mi corazón dos días después de conocer a personas grandes.


   Las cosas como son. Las personas mas grandes, te hacen sentir grande. Llevo todo el día de resaca. Una resaca que sabe a felicidad, alegría, compañerismo... Como ya he comentado en una entrada anterior, este sábado conocí a gente estupenda y grande. Sí, de verdad. Muy grande. Tras ese encuentro me doy cuenta, gracias a las redes sociales, que no soy la única que lo ha vivido con una sonrisa.

   Me cuesta escribir sin emocionarme, sin recordar cada comentario leído y no hablo de esas frases donde me nombran, sino en las que se dicen entre ellos. Intento poner un poco de cordura, racionalizar toda la información, pero en vez de conseguirlo lo que hago es verlo más grande y maravilloso.

   Me siento pequeña al lado de tanta gente con talento. Es... como si te sentaras en la mesa con gente que admiras antes de saber lo mucho que la admiras. Y ya no hablo de la calidad literaria de sus obras, que también, sino de su gran corazón. Hablo del recibimiento a personas que ni sabían que existían, hablo de las sonrisas, de un abrazo cuando ves a una chica que está ahí porque sabía que era su lugar y no cualquier otro.

   Como dijo alguien el sábado, nos conocíamos por dentro y ahora nos conocemos por fuera. Esa es una frase que me llevo y no es la única.

   Supongo que cualquier persona que haya vivido algo así me podrá entender. Cuando te dan algo que te hace muy feliz y no lo esperabas, dudas de que sea real. Pero cuando tus ojos lo confirman es como.... guau.

   Dejo la entrada aquí. Ahora no puedo escribir más, no me salen las palabras. De nuevo, gracias por tu tiempo y te pido disculpas si no te has enterado de mucho. Hoy el cuerpo me pedía intentar sacar fuera lo que llevo dentro.

domingo, 5 de marzo de 2017

HE VUELTO

Entrada que resume los sentimientos que me invadieron el día que salí de mi zona de confort.



   Hace unos meses que publiqué mi última   entrada y ya va siendo hora de retomar mis ralladas. "La vida es tan sabia que si no aprendes una lección te la repite". Dice una frase. Y estoy de acuerdo con ella.

   Sé que debo mirar por mí, luchar por ser quien quiero llegar a ser, ser la dueña y señora de mi autoestima... pero hay veces que me despisto. Eso no es malo, porque sé que siempre vuelvo al camino.

   Tengo la sensación de que cuando vas por el buen camino, la vida te da pistas. Si, ya lo sé, puede sonar raro pero ya me ha pasado varias veces. La última vez fue este fin de semana. Conseguí ahorrar en el viaje, un día de fiesta y disfruté de unas horas que va a ser difícil que las olvide. Dentro de unos días publicaré un relato donde cuento la historia, pero me apetece compartir sentimientos.

   Una de mis aficiones es la escritura. No me considero escritora, aunque hay gente que sí y yo se lo agradezco. Como decía antes, hay veces que voy por el camino que me lleva a realizarme como persona. Por aquél caminito andaba hace unos meses. Descubrí una página en la que los escritores compartían sus relatos. Decidí participar con algunos párrafos sin esperar ningún tipo de comentario, pero la gente los hizo. Personas que no me conocían de nada. Eso me animó a seguir pulsando las teclas del ordenador para compartir algún que otro relato. Pasé por una temporada en la que mi inspiración se fue y vino el desánimo. Siempre he dicho que cuando estoy triste escribo mejor, pero cuando estoy muy triste la cosa cambia. En esos momentos necesito recluírme en mi burbuja y cuando estoy preparada, cojo de nuevo el boli.

   Necesitaba hacer algo diferente, así que aprovechando que el grupo del Facebook había publicado su primer libro me fui a la presentación del mismo. Era una decisión correcta porque en el momento que la tomé, todo fue sobre ruedas.

   Tenía que ir a otra ciudad, iba a conocer a personas de las que sólo había visto una foto o hablado dos o tres días vía chat. Yo soy tímida y la idea de entrar en un bar y decir "Hola buenas, soy Isabel. ¿Me firmas el libro?" no me seducía en absoluto. Pero era un reto. Era salir de mi zona de confort de un salto, necesitaba salir de mi burbuja, echar de casa a sentimientos como la apatía o la tristeza y abrir la puerta de par en par al compromiso conmigo misma y a la ilusión por retomar una de mis grandes aficiones.

   La noche del viernes apenas dormí. "¿De qué voy a hablar con ellos? ¿Les caeré bien? ¿Seré capaz de iniciar una conversación? Muchos de ellos ya se conocen ¿Dónde me estoy metiendo?" Decidí cerrar los ojos e imaginarme qué era lo mejor que podía pasar. Que me vaya el sábado sin ganas de irme. Lo tenía claro.

   Y allí estaba yo, a punto de echarme a llorar de la pena que me daba alejarme de esas personas, que sin conocerme, me habían acogido como a una más. Llevaba en la mano un libro con dedicatorias que me tocaron el corazoncito. No podía estar más feliz y agradecida con todo lo que me habían transmitido. Pasé de entrar al bar con dolor de tripa por los nervios a olvidarme del resto de la gente y sólo tener ojos para la persona que en ese momento tenía el micrófono. Pasé de tratar de usted a un escritor, a bromear con él. Me quedo sin palabras. Se las han llevado todos esos escritores.

   En el relato que escribí de agradecimiento digo que me ha cambiado la vida. Y realmente es así. Porque de nuevo veo el camino que me lleva a donde quiero llegar. A nivel de escritura quiero seguir pulsando las teclas para formar relatos. Quiero seguir describiendo sentimientos, quiero volver a escribir entre líneas, mandar mensajes a esas personas que saben qué hay detrás de una frase sin doble sentido. No aspiro a publicar un libro, mi objetivo no es ganarme la vida con esto. Sólo es hacérmela más fácil. Vivir el dolor y la alegría, el desánimo y la esperanza detrás de cada Laura o Juan.

   Bueno, y eso es lo que quería contar. Vuelvo al blog y espero que está vez sea para no volver a dejarlo. Gracias por tu tiempo.