martes, 25 de diciembre de 2018

AMAR HASTA EL FINAL


   Ella creía en el amor para toda la vida. A pesar de las veces que le habían roto el corazón, seguía intentándolo una y otra vez. Sus amigas la tenían por loca. Las casadas le decían que esa ilusión del principio moría para dar paso a la rutina. Y las solteras le hablaban de sexo y vivir el momento.


    Cuando empezaba con un chico, se subía a la nube. Luchaba por esa persona que le hablaba de una relación seria. Confiaba con los ojos cerrados en cada cosa que le decía y se auto convencía de que iba a ser el amor de su vida. Las desilusiones no tardaban en llegar. Suele pasar que cuando eres tan confiada, la gente te hace daño. A pesar de ello, lo seguía intentando una y otra vez.


   Cuando alguien le preguntaba, ella defendía su postura. Decía que el amor de su vida era un chico más alto, sonriente, guapo, cariñoso y muy buena persona. Le daba igual si pesaba 70 o 140 kilos. No le importaba si para el resto de la gente era feo. Sabía que esa persona le iba hacer la mujer más feliz del mundo. Deseaba que llegara ese momento para demostrarle a sus amigas que todas estaban equivocadas.


   El día que le conoció a él supo que por fin había encontrado lo que llevaba años buscando. Se llevaban muy bien. Parecían hechos el uno para el otro. En pocos meses se convirtieron en la envidia de sus amigas solteras y casadas. Era feliz. Muy feliz. En ese momento entendía porque no había funcionado con nadie más. Nunca se había sentido así. Gritó a los cuatro vientos que era el hombre de su vida.


   Ella le mira con los ojos abiertos de par en par. Encima de ella, el amor de su vida la tiene inmovilizada. Alrededor del cuello, las manos fuertes de un trabajador del campo. Intenta entender porque la está matando. Nota la falta de aire. No lo entiende, ella le quiere y pensaba que era recíproco. Justo antes de perder el conocimiento por la falta de oxígeno, un último pensamiento. Tenía razón. El amor para toda la vida existía. Aunque no supiera que ese hombre alto, sonriente, guapo y cariñoso fuera un asesino y no una buena persona.

domingo, 2 de diciembre de 2018

GRACIAS


Entrada dedicada a esas personas especiales que tengo la suerte de conocer.
   

   No sé si será por cuestión hormonal, Doña Precisa hace veintitantos días que no me visita. Tal vez puede ser porque se acercan las navidades. O quizás sea porque toca y punto. Pero hoy tengo el día sensiblón. ¿Y por qué tiene que ser la culpa mía? Ea, pues no. Hoy no tengo la culpa. La tienen los demás. Concretamente las personas a las que va dirigida esta entrada.


   Son personas... Que no sabría por donde empezar a describir. En una palabra, y como dirían en mi tierra, son la ostia. Me apoyan en cualquier locura que se me ocurra, lo mismo escribir que apuntarme clases de inglés. No me juzgan. Al contrario. Me escuchan. Me dan buenos consejos y siempre tienen un abrazo preparado y un montón de klinex cuando las locuras no salen bien. A estas personas las quiero un montón de montones y hacen cada día de mi vida un mucho más feliz.


   Soy afortunada. Tengo muchísima suerte de contar en mi vida con gente así. Todo el mundo debería tener, al menos, un puñado de estas personas a su lado. Personas que te apoyen, que te den la espada para luchar cuando se te ha caído y que te digan "yo no lo haría pero si tú eres feliz ¡adelante!".


   Hoy quiero darles las gracias por estar siempre ahí. Porque aún cuando no están, están. Gracias por no dejarme por imposible, por sujetar mi toalla cuando la tiro, por ese cariño incondicional, por creer en mi y saberme llevar incluso cuando ni yo misma se. Gracias por ser y por estar. Gracias porque sin vosotros, yo no sería quien soy. ¡Os quiero de aquí a la Luna ida y vuelta tres veces!


   ¿Y tú? ¿Tienes a alguna persona así en tu vida? Seguro que sí. Te animo a contármelo en los comentarios. Gracias por tu tiempo.