jueves, 31 de agosto de 2017

¿SI O NO?

Entrada que va sobre los pensamientos que nos invaden al tomar una decisión.

   En la vida hay muchas decisiones que tomar. Debemos elegir un camino y descartar otro. Y no siempre es fácil. Son muchos los factores que nos ayudan o nos dificultan la tarea de decidir. Uno de ellos es el horóscopo. Sí, ya sé que es una tontada. Pero yo soy Aries y no tengo problemas para decidir (generalmente) y mi querida amiga Bea es libra y es la indecisión en persona.

   En alguna ocasión me han preguntado algo y mi respuesta ha sido "sí, no ". La reacción de la persona que pregunta es echarse a reír. En esas situaciones lo paso mal. El no saber qué quiero me frusta. Aunque en el fondo no es que no sepa lo que quiero. Claro que lo sé, lo quiero todo. Las ventajas de ambas cosas. Y no quiero ninguno de sus inconvenientes. Pero en la vida no son tan fáciles las cosas y para tener A, debes renunciar a B.

   Otra de las cosas que nos dificulta el tomar decisiones es precisamente lo que acabo de comentar. El no querer renunciar a nada. Lo queremos todo. Lo mejor de cada cosa, sus ventajas y sus pros pero ninguna desventaja y ningún contra. Decir que sí implica decir que no. Empezar a caminar por un camino que nos aleja de otro.

   ¿Y si hubiera elegido lo contrario? "Y si..." Otra de esas cosas que entran en juego cuando tenemos que decidir. Porque, seamos realistas, nunca pensamos "y si estamos acertando" sino justo contrario. Nos da miedo tomar una decisión equivocada, porque al hacerlo tenemos que asumir las consecuencias. Y "Doña Consecuencia" no suele venir con besos y abrazos, sino con reproches y malas caras. Lo hace con su mejor intención, para que aprendamos una lección. Pero su compañía no es agradable.

   Por regla general cuando no es sí es no y viceversa. "Sí, pero..." "No, aunque...". Aún recuerdo a mi profesor de contabilidad explicándome una cosa que no entendía.

   —¿Lo has entendido ahora?

   —Sí. Pero ¿no sería justo al revés que como me lo has explicado?

   —No lo has entendido.

   Qué paciencia tuvo el hombre conmigo. Hay muchas situaciones en las que no es tan sencillo y un sí con algo detrás sigue siendo un sí.

   ¿Cómo tomar las decisiones? Cada uno tiene su método. Desde lanzar una moneda al aire hasta hacer una lista de pros y contras pasando por no tomar la decisión hasta que la vida nos obligue a caminar por un camino u otro. Pero esto ya... es otro tema.

   Yo tengo que tomar la difícil decisión de poner fin a esta entrada y agradecerte, una vez mas, los minutos de tu tiempo que me dedicas. Te animo a comentar o escribirme, te garantizo que no te arrepentirás de haber tomado esa decisión.

martes, 29 de agosto de 2017

FLECHAZO

Entrada en la que cuento tres flechazos y reflexiono sobre el concepto.

   ¿Los flechazos existen? Sí, ya sé lo que piensas. "Ya está la romántica de Isabel escribiendo sobre amor". Pues no. En esta ocasión no quiero hablar de amor, al menos no del romántico. En esta entrada voy a comentar un par de flechazos. Para ello utilizaré la experiencia propia, que es en la que me baso para afirmar que sí, que los flechazos existen.

   El primer flechazo del que quiero hablar es el que siente una madre al ver a su hijo. Yo de esos he tenido dos. El primero fue hace casi 14 años y lo recuerdo como si fuera ayer. Era una cosita pequeña cubierta de sangre que asomaba su carita entre las sábanas del hospital. En ese momento me enamoré. Y sigo tan enamorada como el primer día. El segundo fue con el nacimiento de mi hijo pequeño, hace algo más de 11 años. En esta ocasión estaba más limpio que su hermano. Viví los segundos más largos de mi vida desde que salió de mi interior hasta que le oí llorar. Le quería incluso antes de verle la cara. Y aquí estoy, enamorada profundamente de dos personitas que me han dado mucho más de lo que voy a poder recibir de cualquier otra persona. Y fue un amor instantáneo, un flechazo.

   Otro de los flechazos que he tenido la suerte de vivir fue cuando conocí a Ana. Una mujer que hace algo más de una semana nos abandonó. Me cayó bien desde el primer momento en el que la vi. Sin decir nada, fue capaz de transmitir todo su cariño y simpatía. Sin conocernos de nada, estuvimos hablando mucho rato. Las veces que nos vimos después fueron igualmente bonitas. Seguramente esto mismo me haya pasado con alguna otra amiga. Pero no lo recuerdo.

   Y digo yo... ¿Y si en lugar de llamarse Ana se llama Manolo y yo en vez de estar soltera estoy emparejada? ¿Eso habría supuesto algún problema? Para mí no. Yo creo en la amistad entre un hombre y una mujer. Tengo varios amigos. No tengo ningún problema con que sean chicos. Para mí ellos, al igual que los novios/maridos de mis amigas son "una más". Pero sé que no todo el mundo lo entiende así. Por un lado, porque mucha gente piensa que un hombre y una mujer no pueden ser sólo amigos y por el otro, por celos.

   Respeto todas y cada una de las opiniones. Y volviendo al tema de los flechazos... me encantan. Es muy bonito sentirse deslumbrado por una persona, pensar que tienes mil cosas en común con ese ser que te mira atentamente cuando hablas. Volver a casa con la sensación de "qué bien me lo he pasado gracias a él o ella". Y sentir cómo día a día ese cariño, amor... o lo que sea, crece más y más. Porque hay amores que nos acompañan a la tumba. Y esos amores, sean por un flechazo o no, son amores de verdad. Y cuando esas personas se van, el cariño no muere porque vive en el corazón de aquéllos en los que han dejado huella.

viernes, 25 de agosto de 2017

MURO

Entrada donde hablo de un muro imaginario...

   Vamos a construir un muro. Es un muro muy fuerte y resistente. Un gran muro que sabemos que no va a servir para nada, pero que nos tendrá durante un rato entretenidos. Por supuesto, es un muro imaginario. El sentimiento del que nos vamos a proteger es intangible pero real. ¡Eso es! El amor.

   Ya tenemos nuestro traje de obra. Es decir, no llevamos ropa. Porque ante el amor todos estamos desnudos. Pondremos una piedra con forma de "no me conviene". Porque, ciertamente, no nos convenimos ni tú ni yo. Tenemos vidas muy distintas, mira esa es otra piedra. Continuaremos con nuestro muro con la piedra "aficiones incompatibles". No me lo puedes negar. Ni yo voy a ir a ver un partido de fútbol, ni tú te vas a pasar toda una tarde cocinando tartas. Tráeme esa piedra. ¿Ves lo que pone? "Los amigos" No encajamos. Ni tú en mi grupo de heavis ni yo en el tuyo de roqueros. "No va a funcionar", "miedo a que salga mal", "miedo a que salga bien".... Y así vamos haciendo nuestro muro mas y mas grande.

   Buscando piedras para construirlo he encontrado alguna donde pone "qué majico", "es un encanto", " me escucha y comprende como nadie" y varias donde pone "ains". Esas las he apartado todas después de estar varias horas contemplándolas.

   Bueno, ya está el muro hecho y cada uno permanece a su lado. Como ya te he dicho antes, no va a servir para nada. ¿Lo ves? ¿Te das cuenta? El amor se cuela por cada agujero que nos hemos empeñado en tapar. Hay cosas que no admiten muros y el amor es una de ellas. Aunque en este caso no es una cosa, sino un sentimiento. Y tal vez por ello es tan rebelde y resistente.

   Voy a seguir con mis cosas. Sigue tú con las tuyas. Y si en algún momento estás dispuesto a reconocer que construir el muro ha sido una pérdida de tiempo, me lo dices. Hasta que llegue ese día, si es que llega, seguiremos hablando como hasta ahora. Compartiendo horas de amistad cómplice a través de la distancia que nos separa que no es ni más ni menos, que un muro imaginario.

   

jueves, 3 de agosto de 2017

ME GUSTARÍA

Entrada escrita en un momento de inspiración.



Me gustaría poder decirte que te quiero.
Me gustaría poder decirte que  te amo.
Me gustaría ser capaz de mirarte a los ojos y decirte que te esperaré el tiempo que haga falta, que mi corazón ya no es mío, que es sólo tuyo.
Me gustaría ser valiente.
Me gustaría no ser cobarde.
Me encantaría llegar a ser sincera conmigo misma, analizar lo que siento, y saber lo que sientes tú.
Me gustaría que algún día lleguemos a ser capaces de mirarnos a los ojos y decir lo que nuestros corazones ocultan.
Me gustaría no estar escribiendo esto, porque eso significaría que estás junto a mí.
Me gustaría decirte que mi alma un día llora porque no acepta su destino y al día siguiente​ lo acepta con resignación.
Me gustaría que algún día te metieras en mi mente porque sólo de esa manera sabrías todo lo que me haces sentir.
Me gustaría que tuvieras claro que en mi corazón no puedes meterte porque hace tiempo que tienes en él un lugar privilegiado.
Me gustaría decirte algo nuevo porque todo lo anterior sé que lo sabes.
Me gustaría saber cómo acabar estas letras que ni me llevan a ningún sitio ni me acercan a ti.
Me gustaría...
Me gustaría...
Tú. Me gustas tú.