martes, 29 de agosto de 2017

FLECHAZO

Entrada en la que cuento tres flechazos y reflexiono sobre el concepto.

   ¿Los flechazos existen? Sí, ya sé lo que piensas. "Ya está la romántica de Isabel escribiendo sobre amor". Pues no. En esta ocasión no quiero hablar de amor, al menos no del romántico. En esta entrada voy a comentar un par de flechazos. Para ello utilizaré la experiencia propia, que es en la que me baso para afirmar que sí, que los flechazos existen.

   El primer flechazo del que quiero hablar es el que siente una madre al ver a su hijo. Yo de esos he tenido dos. El primero fue hace casi 14 años y lo recuerdo como si fuera ayer. Era una cosita pequeña cubierta de sangre que asomaba su carita entre las sábanas del hospital. En ese momento me enamoré. Y sigo tan enamorada como el primer día. El segundo fue con el nacimiento de mi hijo pequeño, hace algo más de 11 años. En esta ocasión estaba más limpio que su hermano. Viví los segundos más largos de mi vida desde que salió de mi interior hasta que le oí llorar. Le quería incluso antes de verle la cara. Y aquí estoy, enamorada profundamente de dos personitas que me han dado mucho más de lo que voy a poder recibir de cualquier otra persona. Y fue un amor instantáneo, un flechazo.

   Otro de los flechazos que he tenido la suerte de vivir fue cuando conocí a Ana. Una mujer que hace algo más de una semana nos abandonó. Me cayó bien desde el primer momento en el que la vi. Sin decir nada, fue capaz de transmitir todo su cariño y simpatía. Sin conocernos de nada, estuvimos hablando mucho rato. Las veces que nos vimos después fueron igualmente bonitas. Seguramente esto mismo me haya pasado con alguna otra amiga. Pero no lo recuerdo.

   Y digo yo... ¿Y si en lugar de llamarse Ana se llama Manolo y yo en vez de estar soltera estoy emparejada? ¿Eso habría supuesto algún problema? Para mí no. Yo creo en la amistad entre un hombre y una mujer. Tengo varios amigos. No tengo ningún problema con que sean chicos. Para mí ellos, al igual que los novios/maridos de mis amigas son "una más". Pero sé que no todo el mundo lo entiende así. Por un lado, porque mucha gente piensa que un hombre y una mujer no pueden ser sólo amigos y por el otro, por celos.

   Respeto todas y cada una de las opiniones. Y volviendo al tema de los flechazos... me encantan. Es muy bonito sentirse deslumbrado por una persona, pensar que tienes mil cosas en común con ese ser que te mira atentamente cuando hablas. Volver a casa con la sensación de "qué bien me lo he pasado gracias a él o ella". Y sentir cómo día a día ese cariño, amor... o lo que sea, crece más y más. Porque hay amores que nos acompañan a la tumba. Y esos amores, sean por un flechazo o no, son amores de verdad. Y cuando esas personas se van, el cariño no muere porque vive en el corazón de aquéllos en los que han dejado huella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario