martes, 27 de junio de 2017

ME GUSTAS

Entrada con la que estreno una nueva categoría "sin etiqueta". No es una rallada porque no expresa ningún pensamiento, ni va dirigido a nadie, ni es un relato. Simplemente, son frases que hablan de un sentimiento.

   Me gusta lo tímido que eres y también cuando dejas de lado la timidez y nos reímos juntos.

   Me gusta cuando hablamos por las aplicaciones de internet y el sueño nos dice que es hora de dormir, aunque no tenga ganas de dejar de escribirte.

   Me gusta cuando nos vemos y tu sonrisa dice lo mucho que te alegras de verme.
 
   Me gusta cuando me das dos besos y un escalofrío recorre mi espalda gracias al roce de tus labios.

   Me gusta cuando hablamos horas y horas sobre nuestras aficiones comunes y cuando me explicas esas otras tan raras que tienes.

   Me gusta cuando me rozas sin querer el brazo y se me pone la piel de gallina.

   Me gustas cuando estamos con mucha gente y me miras sólo a mi, porque en ese momento siento que soy especial para ti.

   Me gusta cerrar los ojos para imaginarnos juntos, porque sólo ahí, sólo en mi mundo de luz y color, tengo el valor de mirarte a los ojos para decirte cuánto me gustas.

lunes, 26 de junio de 2017

MIEDO

Nueva entrada en la que hablo de algo que todos hemos tenido alguna vez...

   El miedo es una sensación que nos paraliza. Es algo que nos impide hacer aquello que queremos. Pero... si no hacemos algo por miedo ¿Realmente queremos hacerlo? Miedos hay muchos. A la muerte, al dentista, a las arañas, a enamorarnos. Y muchos más, seguro que tú has pensado en alguno. Voy a limitar esta sensación y me centraré en la relación del miedo con el amor.

   Miedo a enamorarse. Creo que esto es algo que hemos tenido todos alguna vez. El motivo habitual es porque nos hemos enamorado antes y ha dolido la ruptura. ¿Cómo lo solucionamos? Metiendo nuestro corazón en el congelador o creando un muro muy alto para evitar que nadie tenga acceso a él. Si a pesar de todo caemos, nos negamos dicho sentimiento y continuamos.La otra forma es aceptar que ha sucedido y a pesar del miedo damos rienda suelta a ese bonito sentimiento.

   Miedo al rechazo. Seguro que todos tenemos una gran colección de palabras que no hemos dicho porque pensamos que nos vamos a encontrar la puerta cerrada. En ese caso o aceptamos que a esa chica o chico no le vamos a gustar o cambiamos el miedo por el valor y se lo decimos.

   Miedo a que nos digan que sí. Puede parecer contradictorio pero si lo pensamos un poco tiene sentido. Nos gusta mucho esa persona pero la vida que tenemos es la que nos ha costado mucho esfuerzo conseguir. Todos sabemos que cuando empieza una relación es inevitable que haya cambios. La solución. O hacer la pregunta y arriesgarnos al sí. O no hacerla y quedarnos con el no mientras esperamos que no nos hagan a nosotros dicha pregunta.

   Miedo a que salga mal. Es muy parecido al primero, pero aquí ya damos por hecho que no va a funcionar. Por nuestra imaginación pasa la historia de amor más bonita jamás contada y nos centramos en el momento del adiós. En las consecuencias que puede tener, daño que nos van y vamos a hacer. Y de nuevo, mismas soluciones. O somos valientes y luchamos por esa persona que nos hace sentir mariposas en el estómago. O asumimos que era una historia con final y nos convencemos que es mejor no empezarla.

   Aiiiins el amor. Qué bonito sentimiento. Aunque más que bonito, yo diría completo porque puedes llegar a sentir desde la tristeza más dolorosa hasta la alegría más alegre pasando por la rabia o el entusiasmo. No soy nadie para dar consejos pero animo a la gente a cruzar esa barrera del miedo y darle una oportunidad a ese sentimiento gracias al cual estamos todos aquí.

domingo, 25 de junio de 2017

RODELLAR, NUEVA RUTA PARA NO OLVIDAR

Una nueva entrada en la que hablo de una excursión. 

   El día empezaba demasiado pronto. Como viene siendo habitual los domingos. Me acosté tarde y la lluvia me despertó antes que el despertador. Aunque me conseguí dormir después de oír la lluvia, no descansé igual. El asma hizo acto de presencia gracias a la humedad del ambiente.

   Salí de casa corriendo y pensando en gastar una broma al compañero que esperaba en una esquina cercana. Tenía demasiado sueño y no lo hice. Cuando llegamos al punto de encuentro, nos montamos en los coches y alguien gritó que nos faltaba una. Nuestra compañera venía con cara sorprendida al ver que nos íbamos sin ella. ¡¡María te queremos!!

   La lluvia nos acompañaba de camino al pueblo donde recogeríamos a dos componentes más. Recuento, 5 chicos y 7 chicas. En esta ocasión la cosa estaba más equilibrada???? que en otras ocasiones.

   Tras un rato de curvas, llegábamos al punto donde empezaba la ruta con un café y alguna galleta. Había que meterle algo al estómago para preparar al cuerpo para el ascenso. En esta ocasión el pueblo que nos recibía es rodellar.

   Ascendemos una cuesta y nos encontramos una poza, que volveremos a ver hacia el final del día. La ruta es preciosa. Bonito paisaje y compañía insuperable.

   Después de caminar varias horas bajo el sol, comemos algo. Estoy feliz, me entra la comida. Eso significa que el cansancio no es tanto como el de otras rutas. Pasan por nuestras manos de todo, sandía, gazpacho, queso con membrillo, incluso jalapeños y chocolate. Nos lo montamos bien.

   Tras un ascenso bajo el sol, baño en la poza del principio. Los más valientes se sumergen en el agua helada. Yo me dedico a mirarles desde la orilla mientras descanso. Minutos de relax y llegamos al bar. Vemos pasar un grupo de personas con unos perros. El último va con la lengua fuera. "Mira, ese es Isa". Lo dice con miedo por si me enfado, nada más lejos de mi intención. Las risas son generalizadas.

   De nuevo, una ruta genial. Quiero decir, desde mi espacio personal y con todo el sentimiento... ¡¡María te queremos!!

miércoles, 21 de junio de 2017

EL QUE LUCHA, GANA

Entrada donde hablo de lucha y echar de menos.

   Acabo de leer por el Facebook, un texto con varias frases motivadoras. Una de ellas es el título de la entrada. Ahora estoy hipersensible y se me ha ocurrido reflexionar sobre eso.

   Dentro de unas horas empieza pata mi una batalla sin cuartel. Es una lucha contra varios sentimientos muy poderosos y sé que soy la única que puede darles o quitarles las armas. Es la misma de todos los años por estas fechas. Lo positivo es que no me enfrento a nada nuevo y conozco a la perfección las reglas así que sólo tengo que hacer las cosas como se deben hacer.

   La primera batalla será contra las lágrimas mañana por la noche. Cuando los pequeños se vayan a pasar la noche y el mes de julio con su padre. Sí, ya lo sé, la teoría me la conozco a la perfección. Pero en la práctica los sentimientos son libres. Y sé que no hay que reprimirlos. Esa noche será para mí. Tal vez me de un paseo, puede que me ponga la tele para no verla o incluso de vía libre al dolor y escriba algo que muy posiblemente no vea la luz. Todo lo anterior, aunque no lo parezca, es luchar. Porque no sólo se lucha obligándose a hacer cosas, sino aceptando que lo que se siente es normal. Pero sin dramatismos ¿Vale? Que un mes y una semana pasan muy rápido si estás entretenida.

   La siguiente batalla de la que saldré vencedora será la que me enfrente a la soledad. Esa que vendrá rauda y veloz a abrazarme cuando el viernes por la noche entre en casa. La misma que me recordará que al día siguiente tengo que trabajar y que cuando llegue el domingo los niños no cenarán conmigo. Bueno, no pasa nada. La teoría la tengo aprendida y paso muchos fines de semana sin compañía infantil. Además, el sábado por la tarde tengo plan y seguramente el domingo me vaya de excursión.

   Conforme pasen los días y el mes avance, caerán sobre mis hombros los días. La ausencia se hará más pesada. Será esa sensación de "vale, como broma ya está bien. ¿Vuelven ya?" Pero cada hora que pase será una menos que me separe de lo que más quiero, así que veré el vaso lleno de días pasados y vacío de días de ausencia.

   Tengo un reto personal para este mes. Ya lo hice hace unos años y voy a hacerlo de nuevo. Mi gran amiga la bici y yo, nos iremos a Grisen por el canal. Es una ruta muy larga para la que hoy no estoy preparada, pero tengo todo el mes para conseguir la forma física necesaria para hacerlo.

   Ya sé que puede dar la sensación que no estoy bien y que estoy muy triste. En realidad no es así. Porque el que lucha, gana. Y aunque algún día esté un poco más triste que otro no pasa nada. Es positivo llorar la ausencia de un par que al que amo más que a mi vida.

LA MÚSICA A TRAVÉS DEL TIEMPO

Entrada en la que intento que lector sienta cosas gracias a la música.

   Hoy quiero hablar sobre algo nos hace viajar en el tiempo. Es una de tantas cosas. Un recuerdo, un olor, un libro... son muchas las cosas que nos hacen viajar sin necesidad de máquina alguna.

   La música. Es capaz de llevarnos al pasado. Con los primeros acordes, estamos en el día de nuestra boda o en la primera discoteca.

   Hoy no quiero contarte mis sensaciones, quiero que tú las experimentes. ¿Te animas? Es muy fácil. Piensa en una canción que haga mucho que no escuchas. Sí, una canción del verano está bien, no del verano pasado no. Tampoco del anterior. Una más vieja, aunque no sea del verano. ¿Ya la tienes? Vale, te dejo un poco más. Cuando la visualices, búscala en google. Puede que incluso te aparezca un enlace para escucharla. Te dejo unos minutos para que lo hagas, yo mientras voy poniendo un punto y a parte.

   Qué bonita es esa canción, o que triste, o que movida... Seguro que podrías contar una historia. Te habrá venido a la mente alguna persona, un olor, un lugar, tal vez una sensación térmica como frío o calor. Puede que ahora estés llorando o riendo. Igual tienes ganas de escuchar más canciones de esa etapa de tu vida.

   ¡Es magia! Una canción nos traslada al momento en el que la escuchamos por última vez. Sin pedir permiso, nos lleva de la mano a ese momento, mirada, beso, escalofrío. Es maravilloso el poder que tiene la música. Y no hace falta que nos guste la canción ni el cantante.

   Espero que hayas disfrutado tanto con esta entrada como yo con la canción que acabo de oír. En esta ocasión no quiero hablar de mi, tal vez en la próxima. Gracias por tu tiempo.

domingo, 18 de junio de 2017

EL AMOR DE MI VIDA

Entrada en la que reflexiono sobre qué es eso del amor de una vida.

   Acabo de ver un vídeo donde varias mujeres se reencuentran con el amor de su vida. Últimamente estoy hipersensible y las imágenes me han dado qué pensar.

   ¿Qué es exactamente el "amor de tu vida"? Como pasa siempre, cada persona tiene una definición. En el tema del amor es complicadísimo ser objetivo. Para una persona puede ser aquel primer amor, para otra la persona con la que se casó, o con la que tuvo la relación más larga o tal vez esa chica o chico que amó en silencio.

   No tengo una opinión formada sobre el tema. He vivido varias relaciones, de diferente duración, e incluso he llegado a estar casada. Cada hombre, en su momento, dejó huella en mi. El primer chico al que besé, mi primer amor, aquéllos con los que compartí varios meses... No sé... sería injusto ponerle a uno esa etiqueta.

   ¿Etiqueta? ¿Cargo? ¿Qué es ser amor de la vida de una persona? ¿Para ser eso tiene que ser recíproco? Quiero decir, para mí Juan puede ser el amor de mi vida. Digo Juan porque es un nombre que uso mucho en mis relatos y porque ni me gusta ni me ha gustado un chico con ese nombre. A lo que iba. Le nombro a él como amor de mi vida. ¿Yo lo seré para él? Entiendo que esto del amor es cosa de dos. Entonces, si yo no lo soy para él, el puede serlo para mi ¿O no?

   No sé, estoy muy confundida con el tema. ¿Puede haber más de un amor de nuestra vida? Cuando me he enamorado lo he hecho de verdad, con el corazón y para siempre. Al final, ninguna de las relaciones se ha mantenido hasta la fecha. ¿Se puede decir que cada una de las veces que he suspirado es porque he tenido ese amor?

   Me gusta pensar que lo mejor está por llegar. Y que si ahora mi corazón está libre es porque aún no ha llegado esa persona con la que voy a compartir el resto de mis días. ¿Mi último novio será el amor de mi vida? ¿Si muero soltera significará que no he tenido ese amor inolvidable?

   Por otro lado... ¿Qué se siente al estar con una persona sabiendo que no es el amor de tu vida? Para él tu puedes serlo, pero si no es recíproco la balanza está descompensada ¿No? Entiendo que hay personas que marcan más que otras. En el terreno de la amistad es muy fácil de ver, no te llevas igual con una u otra amiga. Entonces... ¿La relación que más te marcó es ese amor?

   Tal vez lo mejor sea vivir cada historia como si fuera la última. Porque de esa manera será intenso. No sé, me produce tristeza darle el título de "amor de mi vida" a una persona a la que no puedo ver cada mañana. Además, los sentimientos evolucionan. Y justo cuando creemos que no podemos sentir tal o cual cosa, lo hacemos y con más fuerza.

   En el vídeo que he visto comentaban las chicas que nunca habían sentido lo mismo al conocer a otras personas. Me produce cierta tristeza escuchar eso. ¿Con todas las personas que somos y no han encontrado a alguien capaz de igualar o incluso superar eso?

   Conforme escribo me reafirmo. Yo no he conocido todavía a esa persona. Quien sabe, tal vez, quizás... llegue a conocerla algún día y lo entienda todo. Si así fuera, lo contaría aquí, en mi espacio personal.

   Gracias por leerme y si te apetece hacer algún comentario, no dudes en hacerlo. Estaré encantada de conocer tu opinión.

 

QUERIDA PERSONA ESPECIAL

Entrada dedicada a una persona futura en la que le cuento cómo me gustaría pasar un día.

   Hola Persona EspecIal Futura:

   Me vas a perdonar, aún no sé tu nombre, por eso no lo pongo.

   Después de un día en el parque de atracciones, quiero contarte todas las cosas que tengo pensadas para hacer cuando estemos juntos. Quiero que vengamos aquí. Podemos hacerlo solos o con más gente, eso me da igual. Pero hay unas cuantas atracciones en las que quiero montar contigo. Igual detestas los parque de atracciones, pero estoy segura que vendrás por mí, igual que yo haré otras cosas por ti.

   Quiero que entremos en el laberinto de espejos. Será divertido empezarlo contigo de la mano y luego perdernos hasta encontrarnos a la salida. Te pido por favor que si ves que tardo mucho en salir, entres a buscarme. Con mi sentido de la orientación puedo estar dentro hasta que cierren y vuelvan a abrir el parque.

    También quiero montarme en la casa del terror. Te sonará infantil, pero es un sitio que me da miedo. Sé que te reirás cuando veas que no abro los ojos en todo el rato. Espero que me abraces con ternura para que pueda olvidar donde estoy y así disfrutar de tu compañía.

   Luego podemos ir a la noria. Me da un poco de miedo, pero desde arriba se ve toda Zaragoza. Podemos comentar donde está tal o cual barrio. Te enseñaré donde trabajo. Se ve desde allí arriba.

   ¿Dónde podemos ir más? ¡Ah! Sí. Al tiovivo. Me parece muy romántico cabalgar a tu lado mientras nos miramos. ¡No te rías! Venga, vale, dejo que lo hagas.

   Te pediré que me compres un algodón de azúcar. Prometo darte las gracias con un beso dulce y pegajoso.

   Si vamos en verano, nos podemos montar en los rápidos. Saldremos riendo y empapados de agua.

   En el barco Misisipi estaré detrás tuyo, para que me guíes en la oscuridad y me avises de los peligros que hay bajo nuestros pies.

   Si te gusta la montaña rusa o el revolution, veré como te montas. Y desde abajo te sacaré la lengua. Me dan miedo esas atracciones, pero quiero que te lo pases bien.

    Será un día muy bonito. Lleno de risas y complicidad, en el que nuestra vena más infantil saldrá a la luz. Cuando llegue la noche estaremos agotados y recordaremos cada atracción con esa sonrisa que sale sola cuando piensas en tu persona especial.

   Te mando un abrazo. Cuando nos conozcamos te daré muchos más.

   Firmado. Isa.

jueves, 15 de junio de 2017

HUELLAS

Entrada que va sobre lo que despiertan en nosotros las personas a las que ya no vemos.

   ¿Eres consciente de la huella que dejas en las personas? ¿Te has parado alguna vez a pensar si una persona de tu pasado sonreirá o se pondrá triste al hablar de ti? ¿Hay alguien de tu pasado a quien quieras abrazar y no te atrevas a decírselo? Muchas preguntas y tantas respuestas como personas.

   La semana pasada estaba un poco melancólica. El motivo fue porque me iba de excursión a un lugar donde la última vez había estado con una persona que no está en mi presente. Casualidades de la vida, encontré a esa persona en un supermercado. Le dije "hola" y seguí comprando. No me esperaba verle ahí y sé que él tampoco.

   Una servidora, que es muy sensible y pensadora, se quedó impactada. Querido destino ¿Qué significa encontrarme con esa persona a la que hace casi un año que no veo? Por supuesto, no resolvió mi duda. Tenía guardada para mi una sorpresa aún mayor. Pero no quiero contarla ahora. Se merece una entrada de blog o incluso un extenso relato.

   Recordando, la vida me ha devuelto al presente a varias personas que hacía años no veía. Una amiga de la infancia, el chico que me gustó en los scouts, mi querida prima y resto de familia... Son preciosos los reencuentros después de tantos años.

   Perdón, me voy del tema. No quiero hablar de los reencuentros, sino de las huellas que esas personas dejan en nosotros y las que dejamos en ellas. No sólo hablo de amor, sino de amistad, compañeros de trabajo o vecinos. ¿Cómo me recuerdan? ¿Qué sienten, si es que sienten algo, cuando mi nombre se pasea por su memoria? ¿Por qué dejamos que las personas que son importantes se conviertan en recuerdos y no las llevamos con nosotros?

   De nuevo, más preguntas. Sea como fuere, es maravilloso saber que una persona a la que quisiste te recuerda. Y más aún cuando te enteras que lo hace con cariño.

   Por hoy doy por finalizada esta entrada. De nuevo, gracias por tu tiempo y te animo a comentar e incluso a escribir a esa persona que te gustaría volver a ver. Porque si tú la recuerdas con cariño. Es muy posible que ella a ti lo haga con una sonrisa en los labios.

lunes, 12 de junio de 2017

ALQUÉZAR






Entrada donde cuento lo bien que me lo he pasado un sábado. 

   
   El día empezó demasiado pronto para mi gusto. Sólo había dormido unas pocas horas cuando el despertador amenazaba con taladrar mis oídos si no le hacía caso. En 20 minutos ya tenía la mochila preparada con ganas de pasarlo bien, agua y mucha ilusión.

   A la hora señalada estábamos en el parking esperando a una de nuestras conductoras. El recuento final era 1 chico y 6 chicas. No se lo monta mal el amigo no, porque éramos todas diferentes, altas, bajas, rubias, morenas... tenía para elegir. Bromas a parte, era una situación un poco rara porque no nos conocíamos todos. Eso sí, nos unía una cosa, la mochila cargada de ganas de pasarlo bien.

   Fui en el coche con una buena amiga, una compi del colegio y ahora de trabajo y el hombre valiente. La otra conductora iba con dos chicas que no conocía de nada, pero yo sabía que se lo iba a pasar bien las tres.

   Al poco de salir hicimos una parada en la gasolinera y nos dejamos el limpia trasero levantado. Cuando mi compi se dio cuenta empezamos con la broma del palo que estaba levantado. Envié un WhatsApp al grupo para avisar al coche delantero que llevábamos el palo tieso. Tras varios mensajes, paramos y lo bajamos. Porque ya sabemos que todo lo que sube... baja.

   El viaje se me hizo corto y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos tomando cafés y refrescos. La idea de quedarnos y tomar unas bravas era muy tentadora. Pero nos podía las ganas de disfrutar del paisaje. No era una ruta difícil, pero había que empezarla.

   Cuando iniciamos la bajada me empecé a encontrar mal. Es lo que tiene el no desayunar y hacer esfuerzo bajo el sol. Está claro que una chocolatina no me dio la energía que necesitaba. Pasado ese momento de bajón, continuamos hasta una cueva donde nos mojamos los pies para aliviar un poco el calor veraniego.

   Parecía que nos conociéramos de toda la vida. Había risas, bromas y todo se decidía de buen rollo. Nos pusimos de acuerdo en echarle la culpa de todo a una de nuestras conductoras. Ella lo asumía con una sonrisa.

   Pasamos por las pasarelas de Alquézar, que están en un precioso pueblo oscense. Te recomiendo visitarlo si no lo has hecho ya. Están a unos metros sobre un bonito río. No tiene dificultad ninguna, aunque a la aquí presente, le impresiona verse tan alta. Es lo que tiene ser bajita. Eso sí, en las fotos salgo con mi mejor sonrisa.

   Comimos muy cerquita de ese río que desde arriba se veía tan bonito. Os cuento un secreto. Desde abajo, aún lo es más. Relax, bocata casero, licor de chocolate con cereza cortesía de una compañera, sandía que llevaron dos compis más... allí lo tenía todo.

   Mientras miraba el río pensaba en lo lejos que estaban mis problemas. Allí no tenía ninguno. Era inmensamente feliz. Estaba relajada y no quería moverme. A la vez que yo estaba sumergida en mis pensamientos, un par se fueron a investigar lo que había río arriba. Otras chicas cubrían su cuerpo con el agua helada. Estábamos muy bien, muy a gusto.

   Después de pasear por las piedras y que una de nuestras chicas se cayera de culo, iniciamos el camino de vuelta. Una compi le devolvió a la chica que se había caído su chancleta. Debe ser que tenía más ganas que la dueña de emprender el camino.

   La subida no era tan pronunciada como la bajada. Se hizo corto. Con cada paso que daba, dejaba un nuevo recuerdo sobre las piedras. He estado en Alquézar varias veces y cada una de ellas ha sido especial y diferente. Bonito lugar, bonitos recuerdos, inmejorable compañía... no se puede pedir más. Bueno sí, una cervecita bien fresquita.

    Hicimos una parada en un pueblo llamado Adahuesca. Allí trabaja un amigo de una de las chicas. Cuando llegamos sólo éramos 5, ya que mi compi de clase y el chico se habían ido porque él trabajaba por la tarde. En el bar aprendimos sobre barranquismo y planeamos una salida con traje de neopreno. Teníamos guía y ellas tenían ganas de aventura así que sólo falta poner fecha.


   Con las últimas fotos nos despedíamos del amigo de nuestra compi y volvíamos a Zaragoza. El camino de vuelta fue entretenido. Hablando todo el rato de lo bien que nos lo habíamos pasado. Con ganas de repetir la experiencia.

   En media hora puse una lavadora con la ropa que llevaba porque la necesitaba para el día siguiente. Me duché y me arreglé un poco para salir a cenar con una gran amiga. Fue el broche de oro a un día en el que la belleza interior de las personas con las que iba superaba a la del paisaje.
 

sábado, 10 de junio de 2017

VIVIR EL PRESENTE NO ES TAN FÁCIL

Una nueva entrada que habla sobre cómo vivir el presente desde el lado racional y emocional.

   Hoy me ha venido una idea a la mente. Bueno, más bien una pregunta. ¿Cómo se hace para vivir el presente? Sí, la teoría me la sé, nos la sabemos todos. Pero... ¿Soy la única que lo ve complicadísimo? Vivir el presente. ¿Y el pasado? ¿Y los recuerdos? Eso ya no importa, porque no va a volver. ¿Y el futuro? Tampoco existe. Existirá... o no. Tenemos que centrarnos en el hoy. ¿Y cuando ves a una persona de tu pasado? Es inevitable que por un momento vuelvas a la época en la que tenías contacto. Pero eso son recuerdos. Y hay que dejarlos donde están, en ese gran cajón de recuerdos que todos tenemos.

   Vale, la parte racional ahí está. El pasado no pinta nada en un presente que no sabemos si tendrá futuro. Pero... ¿Y la parte emocional? Esa no entiende de tiempos verbales, entiende de latidos. Una sonrisa que te hace sentir algo especial, un olor que te recuerda a una persona que echas de menos y por la que derramas una lágrima, un sabor que te hace sonreír al recordar la comida de mamá. ¿Qué? ¿Y ahora cómo se hace para no sentir ese cosquilleo, derramar esa lágrima o disimular la sonrisa? Con el futuro pasa igual. La ilusión porque llegue ese día señalado en el calendario, la esperanza por aprobar un examen, el nerviosismo porque tienes una cita el fin de semana. También hay otros sentimientos como el miedo porque te operan o la tristeza porque vas a estar un mes sin ver a las personitas que quieres. Yo esto no sé hacerlo. No sé no sentir.

   Dentro de la gran dificultad que veo, me parece mucho más sencillo vivir el presente desde la razón. Eso de mantener a ralla las emociones y decirle al corazón que no se altere tanto porque algo positivo va a pasar, no lo veo factible. Sé que se puede llegar a controlar, que hay técnicas para vivir intensamente el presente. Pero yo creo que seguiré conjugando a la vez los tres tiempos verbales. Presente, pasado y futuro.

   Gracias por leerme y si te apetece comentar la entrada estaré encantada de responderte.