jueves, 18 de mayo de 2017

HAY QUE VIVIR

Entrada escrita después de un paseo mañanero con dos personas que sin saberlo, me han enseñado mucho.


   Vive, joder, vive. Pero... ¿De dónde se sacan las fuerzas para levantarse cada día? ¿Como se hace para mostrarle al mundo tu amplia sonrisa? ¿De qué manera silencias las palabras que tu corazón te grita y tú no quieres oír? Cuando miras a tu alrededor y ves a tu gente pasarlo mal... ¿Qué haces con toda esa impotencia que sientes al no poder ayudarles como te gustaría?

   La teoría me la sé, de verdad que sí. Vivir el momento, dar gracias por todo lo que tenemos, valorar como se merece el poder levantarnos cada día de la cama. La actitud. Pero cuando los sentimientos hablan, no hay quien los calle. Ellos no entienden de problemas económicos, entienden de agobio. Ellos no ven que la vida es efímera, ellos lloran la ausencia.

   Ayer pensaba que la vida es maravillosa, que la vida es lo mejor que nos puede pasar y que tiene que ser dura para que la podamos valorar tal y como se merece. Porque lo que más nos cuesta es lo que más apreciamos. Aunque haya momentos en los que sacamos de paseo la bandera blanca para rendirnos o no tengamos claro el camino a seguir.

   Una vez me preguntaron qué quiero ser de mayor. Feliz fue mi respuesta. Es lo único que quiero, felicidad. Ser capaz de sonreír y tener la fuerza necesaria para hacer sonreír a la gente que me rodea. De día todo se ve mejor, con la luz del sol las cosas tienen color. Pero por la noche las sombras acechan, igual que las lágrimas. De noche las cosas no tienen vida ni color.

   Sí, voy a ir por ese camino. Por el de la sonrisa y la felicidad. Voy a dar gracias por cada minuto que tengo la capacidad de respirar. Voy a llorar, pero de felicidad y lo haré siempre que tenga ocasión. Porque sólo así podré valorar de verdad, todo lo que tengo. Y no hablo de cosas materiales. Se acabó el ser infeliz con lo que no tengo. Adiós a la frustración porque me gustaría estar de vacaciones o porque la lotería no toca. Voy a darle a cada cosa, el valor que tiene.


   Adiós tristeza e impotencia. Hola alegría y aceptación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario