miércoles, 19 de abril de 2017

AMENAZA MAÑANERA






Relato basado en un hecho real.

    —Te voy a rajar de arriba a abajo.

    —¡Mierda! ¿Tú otra vez? ¿Pero no te habían asignado otro compartimento? 

    —Jajaja. Ya ves que no. Cárcel más grande, pero seguimos siendo compañeros.

   —Sí... ya veo ya... ¡¡Isabeeeel!!

   —No puede oírte. A estas horas va de camino al trabajo y no te necesita.

    —Mira, tronco, vamos a ser razonables ¿Vale? Tú te alejas de mí y nadie sufre daños. 

   —De eso nada. Yo te rajo enterito y tan amigos. Pero... ¿Qué es eso? ¿Luz?

   Isabel coge el móvil para mirar la hora. Nota que está helado y le sorprende, no hace tanto frío a pesar del cierzo. Habría jurado que temblaba en el momento que le tocó, pero en la pantalla no aparecía ningún mensaje. Va bien de tiempo. Vuelve a guardar el aterrorizado móvil en el bolso y al meter la mano se da cuenta que las llaves campan a sus anchas. Las guarda en otro bolsillo y cierra la cremallera. 

   —Hola, guapo. 

   —¡Horror! ¡Monedas! ¡¡¡Isabeeeel!! Exijo mi independencia inmediata.

   Afortunadamente para él, la joven está en una tienda de bolsos y busca uno donde quepa y lo tenga a mano. Por un instante piensa... ¿No se sentirá sólo? ¡Qué tontería! Es un móvil. No tiene sentimientos.

   

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