viernes, 17 de marzo de 2017

7. PARQUE DE ATRACCIONES

Hoy comparto una rallada del día 25/10/2015.

Una nueva entrada que va sobre el amor, comparándolo con un parque de atracciones...


     Por norma general, cuando tenemos una edad hemos vivido diferentes historias de amor. Cada una de ellas nos ha dejado una huella mas o menos profunda. Lágrimas, helado de chocolate, tristeza, compras, sensación de soledad... Son muchas las cosas que acompañan al desamor. Sabes que si te golpeas el dedo duele. Por eso cuando tenemos un martillo ponemos cuidado en no hacernos daño. Pues bien, con esto del amor, quiero hacer una petición en general. ¡Vamos a coger martillos! Vamos a darle una oportunidad al amor. El miedo a hacernos daño está ahí, es inevitable, pero no hay que dejar que ello nos condicione.

     La semana pasada estuve en las ferias con unos amigos. Uno de ellos me decía que para rato se subía a una de esas atracciones que dan vueltas y te ponen cabeza abajo. Que como el brazo que la sujeta se soltara ya no lo contabas. Yo le decía que por esa regla de tres, tampoco habría que salir a la calle, porque el peligro de que nos caiga una maceta a la cabeza, o que nos atropelle un coche está ahí. La diferencia, es lo que decía Luis, que no tenía ninguna necesidad de subirse a esa atracción.

     En cierto modo con el amor es igual. Es como una feria. Las atracciones son las personas con las que nos encontramos en la vida y simbolizan las diferentes relaciones que tenemos con ellas. El tiovivo puede ser un rollo. De una noche vuelta, de varias noches varias vueltas. Sube, baja, sube, baja, gira... no es emocionante, nos aporta placer momentáneo pero sin más. Elegimos el caballo mas bonito y nos dejamos llevar. Hay otras atracciones, como la montaña rusa, que es mas divertida. Con subidas y bajadas, giros imprevistos... Disfrutamos cuando estamos dentro aunque pasemos un poco de miedo y no todo el camino sean rectas. Eso puede ser una relación de pareja. De esas que empiezas con alegría e ilusión y tienes momentos de todo tipo. Y luego están las más peligrosas. Las que te ponen boca a abajo, con giros bruscos, vueltas... y acabas con mareo. Son las relaciones mas complicadas. Las que nos destrozan, nos dejan el corazón echo polvo y sin ganas de saber nada de ninguna atracción durante una buena temporada. Se pueden combinar las relaciones. Puede que empieces en el tiovivo y el ocupante del caballo de al lado te proponga una montaña rusa. También puedes montarte en una montaña rusa y darte cuenta que es una atracción peligrosa. Sea como fuere, hay que entrar en las ferias. Porque siempre no lo pasamos bien. Y todas las atracciones tienen su punto.

     Yo soy partidaria de no rendirse, de continuar el camino. No buscar pero dejarse encontrar. Mientras aparece esa persona que nos ayudará a ser mas felices, podemos encontrar la manera de sonreír sin nadie al lado. Encontrarnos a nosotros mismos y cuando Cupido nos lance una de sus flechas, disfrutarlo al máximo. Montarnos en esa montaña rusa imaginaria y dejarnos llevar, sin preocuparnos si va a ser una atracción peligrosa o no. Tal vez ahora estés dando vueltas por el parque y no encuentres a la persona con la que te vas a subir a una atracción. O tal vez la hayas encontrado y estéis dudando sobre cual elegir. Sea como fuere, no te salgas del parque. Disfruta de todo lo que ofrece. Tómate un algodón de azúcar, un gofre de chocolate o una manzana de caramelo. Juega a la tómobola o a los dardos. Haz todo aquello que te haga feliz. Y si estás en la etapa de helado de chocolate, no te preocupes, porque sabes que pasará. Eso sí, intenta no estar mucho tiempo con el congelador abierto. Camina, avanza, entra en el parque de atracciones con la vista fija en el presente y no en el pasado.

     Bueno, por hoy es suficiente. Hazme un favor y no sigas ninguno de mis consejos, me he dado cuenta que al final de la entrada doy muchos de ellos. Disfruta de la vida de aquella forma que te haga feliz, y si de una manera no lo eres, busca otra. Seguro que se te ocurren mas de una. Muchas gracias por estar ahí y por dedicarme unos minutos de tu valioso tiempo.

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