martes, 5 de octubre de 2010

NUEVO ATACANTE.

Cae la noche y con ella llega el momento de la reflexión. Bueno, en realidad poco tengo que reflexionar y mucho que sentir. Siento que le echo de menos. Se me hace raro no recibir un mensaje, o no sentir que cuando tenga mimos o necesite un abrazo va a estar ahí. Estoy tristona, no puedo evitarlo. En realidad tampoco quiero. Sé que debo sentir añoranza y tristeza. Es lo que se merece una relación tan bonita que ya ha quedado en el pasado. Bueno, no ha quedado allí pero poco a poco se irá al "país de los recuerdos bonitos". No me salen las palabras, estoy bloqueada. El nudo que tenía en el estómago ya ha desaparecido pero ahora la tristeza ataca al corazón. No contaba con este nuevo bando. Sabía que en la batalla iban a estar Corazón y Razón, pero no contaba con Tristeza. Cuando Razón ataca a su enemigo la cosa va bien, todo es coherente, pero cuando entra en batalla el tercero en discordia... la cosa se complica. El motor de mi cuerpo se resiste y llora. No le dan motivos para rendirse, sino que le envían ataques aéreos. Se rebela contra ello pero como ya está tocado, le faltan las fuerzas. Yo creo que deberían aunar fuerzas Razón y Corazón para combatir a la Tristeza, y de esta manera será todo mas fácil. Es una guerra de dos, no de tres. Y en medio de todo esto estoy yo. Con ganas de llorar, de meterme en la cama y no salir hasta que la bandera blanca ondee alto. Pero no puedo hacerlo, así que entraré en batalla, mi batalla, y lucharé para que las cosas funcionen y vayan como tienen que ir. Cuando una lágrima amenace con salir, le ofreceré mi mejor sonrisa o pensaré en otra cosa. Bueno, voy a dar por finalizada esta entrada. La lavadora ha acabado hace un rato y desde la tranquilidad de mi habitación oigo sus gritos, se siente cargada.

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