domingo, 22 de agosto de 2010

QUERIDO DIARIO...

Bueno, un nuevo día finaliza. Me gustaría poder plasmar en palabras las emociones del día, pero es tarde y no me siento capaz. No sé... necesito sincerarme, coger una hoja de papel y no soltarla hasta que acabe con ella. Necesito gritar, protestar, llorar, reír... Y sobretodo abrir mi corazoncito. La vida no es fácil y hay veces que intentamos aparentar que no pasa nada, cuando en realidad nos reconcomemos por dentro. Una cosa es la imagen que transmites y otra muy distinta son los sentimientos que te invaden por dentro. Me cuesta darme cuenta de las cosas. Por ejemplo. Un capítulo triste de mi vida fue cuando falleció mi mamá. Sí, fui consciente de ello, pero realmente su ausencia fue lo más duro. Cuando te sientas en silencio e intentas analizar las cosas que han pasado. Siempre me ha ayudado una hoja de papel y en esta ocasión no va a ser diferente. La nota alegre del día han sido las felicitaciones a mi chico. Una la he agradecido y las otras dos me han sorprendido gratamente. Otra nota alegre ha sido que por fin he encontrado un relato que llevo buscando meses no, años. En los próximos días valoraré si lo comparto con la gente que sigue el blog o sólo con aquéllas personas que saben de que relato hablo. También he encontrado otros relatos, y para asombro mío, alguno largo y acabado. Este hecho me motiva para continuar con esa vieja afición que tenía dormida. No sé... muchas cosas quiero hacer yo... Bueno, paso a paso. Por el momento voy a releer lo que llevo escrito y si no tengo más que añadir paso el corrector ortográfico y me voy a... ¿Cómo era? ¡Ah! Sí. Pudrir heno con el morro.

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