jueves, 24 de enero de 2019

EL VALOR DE LAS PALABRAS


Hoy hablo de las palabras, de su valor e importancia.
  

   Hoy quiero hablar de las palabras. Podría estar horas y horas escribiendo sobre ello, es un tema que me apasiona. Pero me voy a limitar a desarrollar solo dos ideas. El valor que tienen y las palabras que llegan... o no. ¿Te he hecho pensar? Espero que sí, sigue leyendo, a ver qué te parece lo que opino.

   Dicen que boca muere el pez, y es una gran verdad. Porque todo lo que decimos ahí queda. Sea verdad o no. Cuando pienso en el valor pienso en las personas. Es decir, yo me valoro y por lo tanto mis palabras tienen valor. Hay personas que no les dan tanta importancia a las cosas que dicen. Normalmente son mentirosas y carecen de empatía. Porque no saben, o no quieren saber, el daño que hacen las palabras.

   Te quiero. Para mí esas palabras tienen mucho valor. Porque expresa un sentimiento real. Procuro no decir cosas que no siento. Porque sé lo que duele que lo hagan conmigo. Cuando estoy enfadada también hago todo lo posible por  medir mis palabras. Una frase dicha sin pensar e incluso sin sentirla, puede herir mucho. Y si me enfado con alguien es porque le tengo aprecio. No quiero herir a nadie y mucho menos a una persona importante para mí.

   Palabras que llegan, las que no... cuando hablo de llegar me refiero al corazón. Voy a poner dos ejemplos. Imagina que conoces a una persona por internet. Y sin conoceros te suelta el primer día "eres el amor de mi vida". A ver yo creo en el amor para toda la vida, en el amor a primera vista, pero eso del amor a primera hora... me cuesta un poco más. Por supuesto que todo es posible. Y esto es como las meigas haberlas haylas.

   Otro momento en el que es posible que las palabras no lleguen, es cuando tu amor pasa a ser tu ex-amor. Y te dice todas esas cosas que has esperado oír y no han llegado hasta que te ha perdido.

   ¿Y qué me decís de las palabras que llegan? Un "es el mejor día de mi vida" de tu pequeño. "Abrígate" de tu madre que te adora. O "te echo de menos". Cuando solo hace una hora que te has separado de "esa" persona.

   Normalmente las palabras que llegan van acompañadas de actos. Una sonrisa, un abrazo, una visita inesperada, un detalle en forma de gominola o postre... Estamos ya todos un poco de vuelta de todo. Y de alguna manera necesitamos algo más que palabras bonitas. Cada persona es única y especial. Y todos tenemos recursos para hacer que nuestras palabras no sean solo palabras bonitas, si no palabras que llegan y tienen valor.
  

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