jueves, 9 de septiembre de 2010

¿SENSIBLE O TONTA?

Hay gente que me dice que no soy tonta, sino muy sensible y que por eso lloro y lo paso mal. Yo me considero tonta. No debería llorar, es ley de vida, y al fin al cabo, no conocía al animal. Todo empezó la noche del lunes. Vi a una paloma en mi terraza. Supuse que había venido a pasar la noche y no le di mayor importancia. Al día siguiente el animal seguía en el mismo sitio. No quería pasar la noche, quería morir en la tranquilidad de mis baldosas. Era mayor y no podía volar, las alas no le respondían. Me dio pena, mucha pena, pero fui incapaz de meterla en una bolsa y tirarla a un contenedor. Así que llamé al ayuntamiento para que un especialista recogiera al animal. El mismo martes, por la noche, yacía en el mismo sitio donde había estado por la mañana. Sentí pena. Ya lo sé, es ley de vida, y un día me encontaré con la misma suerte que ha corrido la paloma, pero eso es algo en lo que prefiero no pensar. El miércoles por la mañana no vino el señor, y yo cada vez sentía más lástima. No veía capaz de quitarla de ahí. El jueves el señor en cuestión llamó reclamando al animal metido en una bolsa. Fui amable y le pedí que subiera él mismo, que yo no era capaz de hacerlo. Ante su negativa alegando que no era su trabajo, que no podía entrar en mi propiedad privada, le di las gracias y se fue. Un amigo hizo el levantamiento del cadaver y yo, cada vez que miro a la terraza, me parece verla ahí, en una esquina de la baldosa, con el cuello retorcido. He pasado un día malo y espero que mañana, cuando haya dormido unas horas, estaré más animada y mi terraza volverá a ser lo que era, mi gran terraza.

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