lunes, 20 de septiembre de 2010

ACTITUD POSITIVA.

Poco a poco, tímidamente, va llegando el invierno. Por lo que me ha dicho el peque de la casa, mañana empieza el otoño. Frío, pereza, madrugar... Son palabras que trae consigo el cambio de estación. También trae otras como rutina, deberes, cambios... Para mí, igual que para tantas otras familias, el año empieza con el curso escolar. Digo adiós al verano guardando el bañador que sólo utilicé un día y saludo al frío buscando las chaquetas. Cada año es distinto, diferente, y este trae muchas novedades. El 2010 empezó con un cambio importante en mi vida. Pensaba que sería el único, pero no fue así. Le acompañó otro gran cambio y ahora, en la soledad de mi hogar, intento asumirlos todos de la mejor manera posible. Es duro el cambio de estación. Miro con enfado las deportivas mientras dedico una última caricia a las sandalias. Pongo las alarmas en el móvil a horas alarmantes. Respiro hondo e intento relajarme cuando la cena no gusta a los reyes de la casa, después de estar horas dudando entre carne o pescado. Sonrío cuando una brisa de aire fresco me ayuda con los deberes mientras intento que poner la lavadora sea algo divertido. Como decía, el cambio de estación es duro. Pero el cambio en el terreno personal aún mas. Ahora estoy feliz y vivo el momento, en ocasiones estoy convencida de que estoy haciendo algo mal. Tiene que estar prohibido ser tan feliz. El chocolate me hace feliz, pero engorda, no trabajar me hace feliz, pero las vacaciones se acaban. Pero bueno, mientras no me engorde ni se acabe, pienso seguir siendo feliz. Aprenderé a disfrutar del frío, le sacaré el lado positivo a no poder salir a la terraza porque llueve y pondré una alegre melodía para despertarme cada día.

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