jueves, 2 de diciembre de 2010

DE UNA SIMPLE PREGUNTA, SALE UNA RALLADA

Si pudiera revivir un momento... ¿Cuál sería? Hoy se me plantea esa cuestión. Y añado otra pregunta ¿Cambiaría algo aún sabiendo que al hacerlo el resto de cosas que han sucedido también podrían ser diferentes? Para la primera pregunta tengo, a priori, cuatro momentos. Volver a tener a mi madre al lado. Ese instante en el que me di cuenta que tenía en brazos a mi primer hijo, y el segundo en el que el pequeño rompió a llorar nada más nacer. Por último, el primer beso, hace tan sólo unas semanas. Son momentos de una gran carga emocional. ¿Cambiar algo? Del primero haría todo lo posible por tener a mi madre como fan del blog. De los nacimientos no, aunque el pequeño tardó unos segundos en llorar que se me hicieron eternos. Y del último tampoco. Fue muy especial, junto con la frase que vino después, que guardo para mí. Si abro la gran caja de los recuerdos seguro que salen muchos mas, y con ellos, los protagonistas. Mi perrita, mi perrito, los reencuentros después de diez y veinte años... Ahora soy consciente de donde me he metido al abrir la caja de los recuerdos. Tengo un dilema con el pasado, prefiero dejarlo donde está y no acudir a él. No obstante, es inevitable. La pregunta lo requiere. Te agradezco que lo hayas hecho, ya que he podido sentir de nuevo emociones vividas, he recordado rostros que creía olvidados y por un sólo instante he soñado con volver a aquellos momentos de felicidad que creía infinita. Hum... felicidad infinita. ¿Existe algún momento que te marque tanto que seas capaz de sonreír al recordarlo aunque estés muy triste? ¡Venga! Dejo el tema para otro momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario