martes, 30 de noviembre de 2010

A QUIEN PUEDA INTERESAR

Hoy he dicho en voz alta que la entrada del blog iba a echar humo. En realidad no es ella, sino mi cabecita la que está a punto de estallar. Muchas emociones, tal vez demasiadas, para un sólo día. Por un lado siento rabia, ganas de golpear algo, de gritar. Por otro lado estoy tristona, con ganas de dar un abrazo y no soltar a mi víctima. Mirarle a los ojos y decirle lo que siento, palabra por palabra, una vez más. De nuevo, la razón forma parte de esta batalla interna. En esta ocasión se enfrenta a las emociones. Por supuesto, va ganando y las mantiene a ralla. Cuando una de ellas se pasa de la ralla le para los pies. No se puede permitir el conflicto. Todavía no. Tal vez mas adelante Razón se vaya y me deje dar rienda suelta a lo que siento. Una cosa tengo clara. Estoy ahí, y pienso seguir estándolo. Aunque grite o patalee, aunque llore o me ponga triste. Necesito expresarlo, necesito sacar lo que llevo dentro para de esta manera poder ser quien soy. El blog me ayuda a ello. Por eso le utilizo. Lo utilizo como vía de escape en lugar de coger un plato y estrellarlo contra el suelo. Me pongo en la situación y de nuevo las emociones se revolucionan. Las que hacen acto de presencia son rabia e impotencia. Me quiero reír de todo esto. Quiero echar la vista atrás, lanzar una mirada asesina y dar un abrazo. Y lo voy a hacer mañana. Hoy está todo muy reciente y entiendo que no es el momento de reír... o tal vez es el mejor momento. En cualquier caso, mañana voy a conseguir sacar esa sonrisa tan bonita. No esa risa nerviosa, sino una de verdad. Cuento con nuestra mejor arma, la complicidad.

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