lunes, 29 de noviembre de 2010

Y PARECE FÁCIL DECIRLE A ALGUIEN ALGO NEGATIVO...

Yo soy partidaria del diálogo. Sentarse, hablar e intentar aclarar esas situaciones que nos resultan incómodas. Dicho así parece fácil y sencillo. Nada de alterarse, sin levantar el tono de voz. Pero claro, no las cosas no son siempre tan sencillas. En este caso influyen varios factores. La persona que inicia la conversación incómoda, su personalidad. Conozco gente incapaz de hacer eso. Si te tiene que decir algo los suelta sin contemplaciones. Enfadada y de malos modos. Hay que tener en cuenta la persona que recibe la crítica. No es lo mismo una persona tranquila, que mientras le hablas reflexiona, que una que no acepta un crítica y se enfada cuando algo que le dices no le gusta. Otra cuestión que quiero plantear, y que de echo era el objetivo de esta entrada, es si hace falta, en algún momento, alterarse o levantar ligeramente el tono de voz. Hay ocasiones en las que te planteas que el diálogo tranquilo no sirve para nada. Hablas, expresas tu idea, te sientes escuchada, y a los días te das cuenta que la situación que ha provocado esa conversación incómoda se repite. Llegados a este punto, ¿qué haces? ¿Te armas de paciencia y vuelves a hablar? ¿O te enfadas para intentar expresar tu opinión de una manera mas firme? Yo siempre opto por lo primero, aunque reconozco que dependiendo de la persona, tengo facilidad para alterarme. Soy humana. Para bien y para mal tengo sentimientos. Unas veces positivos y otras no tanto. Hoy estoy... no enfadada, pero si molesta. Es injusto que una persona, con la que apenas hablo, me diga que deje de decir una palabra fea porque mi pequeño la dice. ¿Cómo expreso eso con tranquilidad si siento rabia? Por otro lado, hay mas cosas. No es lo mismo hablar con alguien y decirle: "Esto me ha molestado". Que decirle: "Esto, esto y esto me ha molestado. Procuro no guardarme las cosas y en relación a mis retoños no lo hago nunca. Otro factor a tener en cuenta. La implicación emocional. No es lo mismo decirle a alguien "baja la tapa del inodoro" que "no grites al pequeño". Al principio parecía un tema sencillo, pero veo que se va complicando. Volviendo a la manera de decir las cosas. Las personas reaccionamos ante su grito. Pero ¿hay gente que necesita eso para hacer las cosas bien? No hablo de niños, sino de adultos. Si me gritan, dependiendo de la persona y del lugar, pueden ocurrir dos cosas. O reacciono y hago lo que debo hacer o paso del tema. No por levantar el tono de voz tienes más razón, al contrario. Pero sí es verdad que si no muestras enfado es posible que esa persona a la que le intentas transmitir el mensaje no lo entienda. En el caso que me ocupa, intentaré mantener la calma y expresaré lo que siento de la mejor manera posible. Procuraré no tomar decisiones precipitadas y confiaré, una vez más, en que las cosas cambien. Lo tengo difícil porque ya he perdido la esperanza, pero soy consciente de que el enfado no lleva a nada bueno.

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