miércoles, 12 de agosto de 2015

DESNUDAR EL CUERPO Y EL ALMA

Entrada que habla sobre desnudar el cuerpo y desnudar el alma...


     Hoy quiero hablar de una de esas cosas que me ronda por la cabeza. Doña Inspiración y el Señor Tiempo Libre se han unido y me dan la oportunidad de dar rienda suelta a la imaginación. No tengo muy claro como me va a quedar la entrada, pero tengo varias ideas que quiero transmitir, así que vamos a ello.

     Desnudar el cuerpo y el alma tienen algo en común. Al hacerlo nos mostramos tal y como somos. No hay nada que esconder, no dejamos nada a la imaginación. Lo que se ve es lo que hay y a la persona que tenemos delante le puede gustar o no. Hablo en este caso de la pareja porque es normalmente con la que nos desnudamos de ambas formas, aunque no siempre. Desnudarse es complicado y tal vez no lo hacemos como le gustaría a nuestro compañero de cama. Hay veces en las que nos desnudamos demasiado deprisa y se pierde enseguida el misterio que ocultamos, otras en cambio lo hacemos demasiado despacio y llega a resultar difícil para la persona que desea conocernos mas. Estoy hablando de las dos cosas a la vez y puede resultar un poco lioso,así que voy a separarlas.

     Empezaremos por lo que a mí me resulta mas fácil. Desnudar el cuerpo. A ver, fácil dependiendo de la persona. Si el chico que tengo delante es un deportista que no tiene un gramo de grasa en su cuerpo, igual me da un poco de vergüenza enseñarle mi tripilla. Pero si es una persona normal y corriente en lo que a ejercicio se refiere tal vez no. No voy a hablar de mi experiencia personal, en esta ocasión no, así que todo lo que escribo son ejemplos. Cuando desnudamos el cuerpo mostramos lo que hay. Con sus cicatrices, tatuajes, estrías, celulitis... y por supuesto, con su belleza. De alguna manera cuando te muestras, te sientes vulnerable. Puede que en ese momento que lo haces para comerte a besos a la persona que tienes delante no lo pienses, pero cuando ya te la has comido es otra historia. Es la primera vez que te arriesgas a que diga en voz alta que te sobran un par de kilos o que piense que tus tetas son pequeñas o demasiado grandes y tu picha corta o demasiado larga. El miedo al rechazo está ahí aunque no sea de una forma consciente. Todo el mundo tenemos nuestra parte del cuerpo favorita y nuestra parte del cuerpo digamos no tan favorita. Aquí la confianza juega un papel importante. Ya que de ella depende en gran medida que nos sintamos mas o menos cómodos y nos desnudemos al poco de conocer a la persona o cuando ya ha pasado un tiempo. En lo que es el acto sexual ya cada uno decide si lo hace con la luz encendida o apagada. He hablado de miedo, ser vulnerable y confianza. Y eso que parece fácil desnudarse ¿eh? Desnudar el alma se merece un párrafo aparte, seguro que le encuentro mas dificultades.

     Desnudar el alma es... no sabría describirlo con una sola palabra. Es un acto de sinceridad, confianza en uno mismo y en la otra persona, tirarse a una piscina donde no sabes si va a haber agua, exponerse a que la otra persona con la información que tiene pueda destruirte. En definitiva, muy arriesgado. Yo en la gran mayoría de entradas, me desnudo. Hay veces que muestro un hombro, otras veces el otro hombro, e incluso llego a mostrar los dos. Lo hago porque necesito sacar fuera eso que me oprime el corazón y que me impide centrarme en otros pensamientos mas positivos. Cuando nos desnudamos delante de otra persona sentimos alivio porque hemos sacado fuera algo, pero a la vez sentimos miedo porque es una información que tal vez no en ese momento pero puede que mas tarde la utilice en nuestra contra. Y eso puede llegar a ser muy doloroso, incluso mas que un golpe físico. El novio de una amiga dice que todos llevamos mochilas, a mí me gusta llamarlo fantasmas. Quien mas y quien menos ha tenido una vida mas o menos dura. Todos hemos llorado con amargura y reído sin parar. Pero es mas fácil reconocer lo que nos hace feliz que lo que nos duele. Por ejemplo, estoy segura de que si le pregunto a alguien que acabo de conocer que me diga a que tiene miedo levantaría una barrera que me impediría siquiera intentar adivinar lo que piensa. Si le pregunto que le hace reír seguro que hablaríamos largo y tendido de su película favorita o del chiste que cuenta en todas las fiestas. Si finalmente me contara a que tiene miedo lo haría con un suspiro antes. Es complicado y entendible que nos cueste abrirnos. Pero si fuéramos conscientes de lo fuertes que somos en realidad tal vez no nos costaría tanto. Si, vale, pueden hacerte daño cuando te muestras tal y como eres ¿y? ¿De que tenemos tanto miedo? ¿De no ser capaz de superar esa decepción? Seguro que todos hemos superado mas de una y el mundo, aunque creamos que se iba a hundir bajo nuestros pies, no lo ha hecho.

     Bueno, creo que ya he expresado con palabras la idea que me rondaba por la cabeza. De nuevo, gracias por leerme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario