martes, 1 de junio de 2010

Apoyada en la pared del colegio, al lado de la puerta de la clase de los ositos rojos, miro a Luisa. Tiene una tripa de 6 meses. Ella sonríe y comenta con las demás mamás el verano que ha pasado. Todavía le quedan tres meses para conocer a Raúl y está impaciente.
El timbre suena y poco después salen los pequeños. Ella abraza a su hija y de camino a la puerta de salida del colegio un señor alto la besa en los labios. Pasan pocos minutos cuando la pequeña abraza a su amado papá. Con esta escena tan familiar nada hace imaginar el fin de la historia.
El segundo trimestre comienza tras las vacaciones. Luisa sonríe. Todas coincidimos, tiene mala cara. El médico le ha programado fecha de parto y la pequeña no está tan contenta, la idea de tener un hermanito no le hace ninguna ilusión.
Dos semanas más tarde por fín vemos la carita del pequeño. Hace mucho aire y Luisa le destapa para que podamos verle. La sirena da comienzo a las clases y las ruedas del carrito ruedan camino a la gran puerta verde.
Raúl crece, ajeno al futuro que le espera. Feliz porque come y tiene unos padres que le adoran. Su hermana no le quiere tanto, pero sólo tiene tres años y pronto se convertirá en su mejor aliada.
Lunes, nueve de la mañana. Luisa no ha ido al colegio a llevar a la pequeña, en su lugar a ido la abuela. La puerta de clase se abre, y cuando han entrado todos los niños habla con la profesora. El padre de Raúl y María ha desaparecido. Nada se sabe de él desde el viernes. Un escalofrío recorre por la espalda de la joven maestra y promete estar pendiente de la niña que piensa que su papá se ha ido de viaje.
Los días se hacen eternos, en pocas horas todo el barrio está plagado de fotografías con la cara del hombre. Nadie sabe nada, todos se temen lo peor.
El martes, por la mañana, Luisa recibe una llamada. Es la policía. Sus peores temores se han cumplido, lo han encontrado muerto. No puede escuchar nada más. Cuelga el teléfono dejando al hombre hablando sólo. Ahora nadie va a venir a darle un beso en los labios cuando vaya a buscar a María.

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