domingo, 11 de febrero de 2018

LAS PERSONAS FUERTES SON DE CARNE Y HUESO

Entrada en la que hablo sobre cómo son las personas fuertes.

   No, no somos de hierro. Las personas fuertes y luchadoras estamos hechas de otra pasta. Pero nuestra piel es igual que la del resto de los humanos. Lloramos igual que las personas débiles. Aunque digan que llorar es un síntoma de debilidad. Respeto todas las opiniones pero no puedo estar más en desacuerdo con esa.

   Hoy quiero romper una lanza en favor de las personas que nos echamos a la espalda todo. Este fin de semana he quedado con dos mujeres que son fuertes y luchadoras. Y quiero decir que si son así es gracias a las lágrimas derramadas en la soledad de una habitación. La vida les ha hecho fuertes, les ha dado piedras que ni el más fuerte de mis paisanos podría levantar. Y como ellas, hay muchas personas más.

   Tengo la sensación que no siempre nos damos permiso para llorar. Muchas veces es por falta de tiempo, porque consideramos que no lo necesitamos o porque creemos que no es para tanto. De lo que nos olvidamos es de que las lágrimas limpian, humeden todo a nuestro paso dejando un húmedo rastro de dolor contenido.

   Desde aquí, mi pequeño espacio personal, quiero pedir un favor. Vamos a intentar hacerle la vida más fácil a esas personas que creemos que pueden con todo. Vamos a intentar que sus días sean más sencillos. No es difícil, simplemente no hay que echar más peso a esa piedra que llevan sobre los hombros.

   La soledad, muchas veces, es el sentimiento que más fuerte late en el corazón de las personas que somos así. Esa sensación de yo contra el mundo, de "¿y ahora qué mas puede pasar?". Esas ganas de mandarlo todo al garete porque sabemos que después de saltar esa piedra que tenemos delante hay otras muchas más. Y muchas veces no somos nosotras las que nos buscamos los problemas, sino que nos los regalan las personas egoístas que sólo miran por su propio interés.

   Arriba mis chicas, porque hoy esta entrada va por vosotras. Porque sois dos personas con una gran fuerza y un corazón aún mayor. Sé que podéis con los retos que día a día se os ponen delante. Tenéis todo mi apoyo y si algún día necesitáis cualquier cosa aquí estaré para intentar que vuestra piedra pese un poquito menos.


 

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