sábado, 24 de febrero de 2018

PALABRAS ESCRITAS




Entrada en la que hago una reflexión sobre la forma que tenemos de comunicarnos hoy en día.


   Hay muchas palabras que no decimos. Que las callamos por muchos motivos diferentes. Miedo, vergüenza, orgullo... Miles y miles de sílabas no pronunciadas. Cantidad de letras escritas y luego borradas.

    ¿Dónde va toda esa información que no transmitimos? ¿Dónde se esconden los "te quieros" y "necesito verte" o los "no quiero volver a saber nada de ti" que nunca salieron de nuestra garganta o dedo?. Yo pienso que lo almacenamos. Lo guardamos hasta que somos capaces de encontrar una goma capaz de borrar toda esa información. Hay otras veces que las palabras salen de nosotros en forma de gotas de agua salada. Unas gotitas que saben amargas o dulces dependiendo de la emoción que contengan.

   Tenemos la comunicación a nuestro alcance. Hace sólo unos años era impensable enviar mensajes infinitos con una tarifa de poco más de diez euros al mes en la compañía más cara. Pero tengo la sensación que ahora es cuando peor nos comunicamos. Antes, en 160 caracteres tenías que resumir una noche de fiesta y como no era posible, quedabas con la persona. Y no sólo te comunicabas a través de las palabras, sino con miradas y abrazos. Hoy no es así. Gracias a la tecnología tenemos mil dibujitos que sustituyen (o lo intentan) un beso o un abrazo.

   Te quiero. Qué fácil es escribirlo. Venga, prueba tú. ¿A qué es sencillo? Ahora díselo a la persona en la que has pensado al leer esas dos palabras. Pero díselo ahora. Deja lo que estás haciendo y ve a donde esté. No. Es mucho más sencillo hacerlo por las aplicaciones. El problema es que pensamos que es suficiente con escribirlo, que al mandar el dibujo de un corazón la otra persona siente que la queremos. Y no nos damos cuenta que un abrazo nunca podrá ser sustituido por ningún dibujito.

   No estoy en contra de la tecnología, al contrario. Me facilita mucho la vida. Pero reconozco que me he acomodado. Que es mucho más sencillo escribir y borrar que salir de casa con el abrigo. Porque cuando tienes a la persona delante no puedes borrar y lo que tu boca no dice lo hace tu mirada. Y así es mucho más fácil comunicarse. Porque muchas veces no necesitamos que alguien nos diga "anímate que todo va a ir bien", ni que nos ponga el emoticono del abracito. Muchas veces lo que nos consuela es un abrazo real, porque nos trasmite toda esa fuerza que no tiene la palabra escrita. Y con el amor pasa igual. Leer "te quiero" está a años luz de un beso o "esa" mirada.


   Pero como he dicho antes, me he acomodado y yo tampoco salgo de casa con el abrigo. Y prefiero dedicar mi tiempo a esa persona escribiéndole la palabra "ánimo" antes que no hacer nada. Y me conformo con un mensaje porque sé que no siempre se puede un abrazo. Y me dejo llevar por la corriente mientras busco esa goma imaginaria que me ayude a borrar las palabras que hoy mismo no he dicho.


 

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