lunes, 6 de febrero de 2012

DE NUEVO, LUNES

El móvil suena indicando que un nuevo día comienza. Un dedo acusador pulsa la opción de aplazar mientras un ojo medio abierto ve la hora. El otro ojo sigue viendo imágenes de médicos, se niega a abandonar el mundo de los sueños. Cinco minutos más... Un cuarto de hora mas tarde los dos ojos se abren de par en par. Ya no queda rastro de los médicos, tan sólo las palabras "me he dormido" ocupan la mente de la deportista. ¡Empieza la yincana! Comenzamos con el salto al suelo, que es como el salto de pértiga en el que caes en un colchón pero al réves y sin pétiga. Mientras tanto una neurona da la orden de mandar despertar a los pequeños mientras la otra piensa donde tiene los batidos a tiempo que otra le hace caminar acia el cuarto de baño. Continuamos con el ejercicio minutos mas tarde, salimos de casa caminando a buen paso a por el coche aparcado tres calles mas allá del hogar dulce hogar. Una vez en el asiento un segundo de paz, vale, hay tiempo, no hace falta hacer ralis. Colocados los pequeños en el colegio, y una vez en el puesto de trabajo, las neuronas se multiplican. Una se encarga de las reclamaciones, a tiempo que otra da un repaso a la nevera vacía y otra decide que el ejercicio no ha acabado y que sería bueno hacer pesas cuando los pequeños salgan del colegio. Reunidas las madres, tema disfraces y de nuevo división de neuronas, dar el dinero para la excursión del mayor, hablar con padre del pequeño para que haga el disfraz, la cena de esta noche será... Antes de darse cuenta camina acia el coche donde el pequeño encuentra la merienda que lleva media hora pidiéndole a su madre insistentemente. Aparcar en el parking del mercadona se convierte en una demostración del manejo del vehículo debido a la estrechez del mismo. Controlar dos niños mientras organizas las cenas y comidas de la semana a tiempo que calculas el importe que llevas gastado y todo e*** metiendo cosas en la cesta parece imposible, salvo si ya tienes experiencia. Eso sí, lo del calcular el peso... eso es otra historia. Organizadas cuatro bolsas, a razón de 2 céntimos cada una, el camino acia el vehículo se hace pesado. No sabría decir cual de las cuatro pesa mas. De camino al barrio las neuronas se vuelven a revolucionar. Se hace tarde y todavía hay deberes, baños, cenas, y lo más difícil, aparcar. La paciencia de nuestra joven deportista empieza a estar en la zona roja cuando ve que han quitado mas de media docena de sitios con el objetivo de levantar la calle y meter unas tuberías de gas. El pequeño se rinde y decide dormir. Bueno, el despertar a la fierecilla será algo que vendrá mas tarde. Enfadada con cada cartel que prohíbe aparcar hasta dentro de una hora decide dar una vuelta mas y sino, dejarlo en una de esas plazas. Si el señor policía quiere poner una multa ella lo ausmirá. Porque si calculamos la gasolina que gasta en una hora y el precio de la multa pagada pronto... Si, compensa. Las bolsas le miran desde el asiento, recordándole que el ejercicio no ha acabado. No se lo cree, ¡un sitio! Y encima grande y mas cerca de casa que el que encontró el día anterior. Por supuesto, a sitio grande, mayor dificultad para aparcar. Ahora toca despertar a la fierecilla mientras intenta olvidar el extress de estar casi media hora buscando sitio. Con dos bolsas en cada mano, camina hacia casa mientras un niño protesta porque tiene sueño y el hermano le chincha. Aqui estamos con el último deporte, levantamiento de pesas. Mientras camina acia la puerta por la que salió por la mañana recuerda todo lo que tiene que hacer y mentalmente coloca cada artículo en su sitio. Ya en casa la maratón continúa, guardar las cosas, poner la lavadora, pelear con los deberes del mayor, entretener al pequeño para que no le moleste, recoger la casa, preparar la ropa del día siguiente... y tantas y tantas cosas para luego llegar a la cama y no entender por que está tan cansada si realmente no ha hecho nada Si, ha hecho cosas, pero se duerme pensando en las que no le ha dado tiempo de hacer.


Esta es una entrada basada en un hecho real. Seguro que mucha gente se siente identificada con ella. Espero que os guste y os animo a dejar un comentario. Un saludo y gracias por leerme.

3 comentarios:

  1. jajajajaja Es tan real que lo he vivido!! Hoy... saliendo del mercadona!! jajajjajajajjaa
    Sigue así guapa...... sigue........................

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  2. Jejejej, me alegro que te haya gustado, dudo. Como ves, es real como la vida misma. Gracias por leerlo y por tu comentario.

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  3. Y tanto que es real, yo eso lo vivo cada dia, no con los mismos elementos, pero con el mismo estres, pero es ley de vida... Que seria la vida de nuestros niños sin nosotras. Eso mismo estaba pensando yo... en esta semana que tengo un hospital en casa y sorprendentemente no he caido yo malita... Menos mal!!!

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