viernes, 26 de agosto de 2011

RUTINA Y CAMBIOS

Lentamente se acerca. Despacio y sin hacer ruido. Tiene muchas cosas planeadas y no piensa desvelarlas hasta llegado el momento. Me gustaría interrogarle, saber que planes tiene, pero sé que sería inútil cualquier tipo de extorsión o chantaje. Así que me quedo a la espera. Observo como cada día que pasa falta un día menos para que llegue. ¿Tengo ganas? Sí y no. Por un lado en el fondo sé que es lo que necesito. Me aporta muchas cosas como rutina, horarios... por el otro también me da mucho estres. No puedo hacer nada por evitar su llegada así que dentro de cinco días diré: "¡Bienvenido septiembre!". Este año, como los anteriores, ha sido raro en lo que a vacaciones se refiere. Un fin de semana en una playa de piedras con mi chico, otro finde en su pueblo, otro que nos tocará de canguros de su abuelo pero ssshhhh, eso todavía no lo sabe nadie. No sé... todavía no tengo ganas de volver a la rutina, con su despertador, la cangú en manos del propietario, el paseo hasta el colegio, vuelta a ver a las compis que llevan todo el verano de excedencia... No me apetece. Tengo ganas de que no haga tanto calor, tengo ganas de salir algún fin de semana a una playa sin piedras, quiero ver como corren los pequeños con las bicis, que mi único horario sea el del trabajo. Pero da igual lo que piense. Septiembre tiene otras ideas. Me dice que para salir y disfrutar ya están julio y agosto y que él es como el padre severo que te mete en vereda después de todo el verano en el pueblo con los abuelos. Lo que no sabe es que no he podido correr y divertirme, pero le da igual. Los peques empiezan este año el cole antes que nunca y no da tregua. El año pasado también hablé de este mes tan "paternal" diciendo "adiós" a las sandalias y "hola" a las botas. Sabía que empezaba una temporada de cambios, pero ni de lejos imaginaba lo que me esperaba, y mucho menos lo que me gustaría que me trajera este nuevo curso escolar. En ocasiones, como hoy mismo comentándolo con una compañera de trabajo, pienso que estoy loca. Pero de momento ese pensamiento queda para mí. Llegado el momento lo compartiré con mis lectores, si todavía queda alguno. Bueno, que me voy del tema. Para finalizar le quiero decir al señor septiembre, que no le tengo miedo y que pienso afrontar los cambios que quiera imponerme de la mejor manera posible. ¡Ah! Y este año pienso llevar mucho tiempo las sandalias... hasta que me compre unas botas nuevas, porque las viejas se han perdido con la mudanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario