jueves, 3 de noviembre de 2016

FRÍO Y CALOR

Entrada que va sobre los sentimientos que nos pueden invadir cualquier día.


   Hoy hace frío. Pero no de ese que dice el hombre del tiempo que van a bajar las temperaturas. Sino del que sientes por dentro. Frío de tristeza e incluso miedo. De no saber cómo levantarte de la cama cada día. De sentir que no puedes afrontar los problemas, superar las zancadillas que te pone la vida cada día. Frío del que nace dentro, no del que viene desde fuera. Es peor que uno de esos días de cierzo sin fin en los que el aire huracanado te hace retroceder unos pasos al volver una esquina.


   A la vez hace calor. Pero no ese calor del sol en las horas del medio día o esa sensación abrasadora de los meses más calurosos. Esa sensación que te golpea cuando sales de un sitio con aire acondicionado y te enfrentas a 35 grados a la sombra. No es de ese calor que hace temblar la tensión de las personas hipotensas. Es un sentimiento. Es lo que te transmite una persona cuando te abraza y a la vez es lo que te ayuda a salir adelante. Es un calor que nace de dentro, de lo más profundo. Necesitamos ese calor para poder caminar cada día. Una palabra de aliento, una palmada en la espalda, un sueño por cumplir, un objetivo al que llegar.


   Calor y frío. Frío y calor. Dos sensaciones, dos sentimientos opuestos pero necesarios para mantener con vida a una persona. No eres nadie si sólo sientes frío, tristeza, miedo. Y tampoco puedes sentir ganas de luchar, de cumplir tus sueños, de recorrer el camino si no tienes un reto que superar. Lo importante es el equilibrio. Aceptar el frío y abrigarte. Notar el calor y disfrutar de su sensación. Una sábana helada una noche de invierno y un suelo congelado por la mañana no debe detener nuestras ganas de soñar ni de levantarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario