lunes, 16 de julio de 2012

RECUERDOS

Después de casi medio mes sin publicar nada, creo que ya va siendo hora de escribir algo. Tengo mucho que relatar muchas palabras que escribir para hacer pensar al lector y por supuesto, necesito descargar mi corazoncito de tantas emociones contradictorias. Como siempre he dicho, mi blog es mi desahogo. Espero que os guste y que os haga recordar esta entrada...


Recuerdo la última vez que estuve aquí. Viendo este paisaje, escuchando el sonido del aire al mover los árboles, notando el olor de la naturaleza... Hacía más frío y era la protagonista de una historia de amor. Sólo los dos observamos las estrellas al caer la noche. En otra ocasión anterior estuve con amigas. Mismo sitio,mismo paisaje, pero diferente sentimiento y compañía. Paseo por un camino y me devuelve un recuerdo en forma de comentario, risa o beso. Da igual el tiempo que pase, no importa lo que cambie el paisaje, la mesa donde he comido siempre será la mesa donde comí con el grupo de de gente que me acompaña hoy. Aunque el peque no esté, le oiré llorar porque se ha caído y le duele la pierna. Aunque venga en un coche rojo, recordaré los dos coches grises aparcados en la sombra. Si vuelven a abrir el bar, recordaré que no estaba abierto. Es curioso esto de los recuerdos. Como he dicho antes, no importa el tiempo que pase, la "mancha" que deja no se va con nada. Podemos limpiar la mesa de madera donde hemos comido y nadie sabrá que cinco pequeños se han subido encima de ella. Lo que nunca se borrará será el recuerdo de las lágrimas de uno de ellos porque se ha raspado la pierna y le duele. Un recuerdo puede doler, cuando no está superado. La mejor situación para explicar esto es cuando hay un desengaño amoroso. ¿Quién no ha llorado al notar el olor de la colonia de esa persona que fue especial en el cuerpo de una persona que no es su ex-amado? La de veces que se pronuncia en silencio la frase de.. " Por aquí paseábamos de la mano" o al ver fotos, esa lágrima inevitable porque la historia está acabada pero no superada. Ayer me di cuenta, aunque ya lo sabía de antes, que el recuerdo de la última vez que estuve allí ya estaba superado. Eso está muy bien, porque no se convierte en un sitio donde no quiera volver, sino al contrario. Es muy bonito el paisaje y descubrí caminos por los que me gustaría perderme. Un sitio bonito al que ir cuando necesite estar sola, tal vez cuando deba superar un desengaño amoroso o simplemente una dura semana. La idea de volver a los lugares que tienen recuerdos me parece una muy buena idea. De esta manera consigo dos cosas. Ver si realmente el recuerdo está superado y no duele y poner una nueva marca a ese sitio. Llegados a este punto, y en una cura de humildad, he de reconocer que hay algo que no tengo superado. Son tan solo dos canciones. Ambas las escuché a través de los altavoces de mi ordenador , con una diferencia de varios meses entre una y otra. La primera me hizo tener dudas de si había algo detrás de las letras que sonaban al ritmo de una melodía pegadiza. Nunca formulé la pregunta, o tal vez si pero de una manera no directa. Por lo que obtuve una respuesta en la misma línea. Por eso supongo que no puedo escuchar esa canción sin volver al momento en el que lo hice por primera vez. La otra es totalmente diferente a la primera, es en español, al contrario de la anterior y habla de un camino. De seguir adelante. Ese recuerdo me lleva a un momento en el que llegué a sentir, pero no lo suficiente. Un camino... la vida es eso, un largo camino por el que vas andando y donde te vas encontrando cosas y personas que te ayudan o no a continuar por la senda. Tal y como hablamos ayer, hay gente que en una curva desaparece pero te deja su esencia. Un recuerdo al que acudir cuando te preguntes por qué llegaste a conocer a esa persona. A día de hoy, me gustaría seguir teniendo contacto con toda la gente que me rodea. Quiero acompañaros durante toda vuestra vida... no obstante sé que no puede ser así. Y en algún momento eligiremos sendas diferentes. No pasa nada por ello, ya que el recuerdo de los buenos momentos siempre estará ahí, en cada paso que de por el camino. Aunque no en forma física, sí en forma de pensamiento se que me reencontraré con vuestro nombre y volveré a sonreír mirando el infinito y desearé que la senda que hayáis elegido os lleve a la felicidad. Al fin y al cabo, como un día me dijo alguien, la felicidad no debe ser una meta, sino un camino. Perdón, me he ido del tema. Aunque en el fondo está todo relacionado. Camino, senda, recuerdos, alegrías, tristezas... en definitiva, vida. Y gracias a ella puedo escribir y sentir lo que escribo. Y espero que tú, que lees esto ahora, tengas un buen recuerdo de esta nueva rallada. Y si no te ha gustado, te animo a decírmelo. Gracias por estar ahí.

2 comentarios:

  1. Cada día me gusta más cómo escribes, Isa. Además, me siento identificado muchas veces con tus textos. ¡Quizá me anime a hacer mi propio blog un día de estos!
    Es muy cierto lo que dices: todos llevamos nuestra pequeña maletita llena de recuerdos imborrables que nos acompañarán siempre y que, al pasar por determinados lugares, parecer volver a cobrar vida, ¿verdad?
    Sea como sea, siempre hay que luchar y seguir adelante... El pasado es presente siempre que no decidas superarlo.
    Un besico!

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    1. ¡Hola Yeyo! Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegra que te sientas identificado con mis letras, me gusta que la gente reflexione después de leer lo que escribo. Te animo a empezar con tu blog... ¡Pero ya! No te lo pienses. Desde aquí te tiendo mi mano para ayudarte en lo que haga falta. Yo no creo en las maletas. Debemos dejarlas en la estación de donde nunca debieron salir. Hay que cerrar cada puerta dejando dentro todo, ir de un lado a otro de la vida sin nada, tan sólo llevar con nosotros la experiencia. Me encanta la frase que has puesto sobre el pasado y el presente. ¡Un besico!

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