lunes, 23 de septiembre de 2019

MARCHANDO UNA DE SUEÑOS Y LUCHAS


Entrada en la que hablo sobre los sueños... 


  ¿Cuál es el precio a pagar por nuestros sueños? Es un secreto a voces que todo en esta vida tiene valor y precio. Muchas veces pagamos más por cosas que no cuestan tanto. En otras ocasiones, la etiqueta está en blanco. Es ahí cuando nos asaltan todas las dudas. Si tenemos claro lo que lo queremos, entregamos la cartera sin mirar lo que llevamos dentro. Y no hablo de dinero. Pero si no lo tenemos claro nos asaltan las dudas. Hay veces que vamos a entregando monedas de una en una para ver si el sueño salta a nuestra mano. No siempre sucede. Entregamos un billete. Tampoco. No queremos desprendernos de nuestra cartera, pero tampoco salir de la tienda. ¿Entonces? Unas veces salimos y volvemos a entrar tiempo después, otras solo nos vamos. También podemos cambiar de sueño. No porque pensemos que es muy caro, sino porque no estamos dispuestos a pagar su valor.


   La vida, últimamente, me está enseñando una cosa. Es tan importante como difícil, saber lo que uno quiere. El tenerlo claro no significa que lo vayamos a encontrar, pero si nos ayuda a no conformarnos con menos. O tal vez sí. Porque preferimos tener algo similar a no tener nada. Y eso no es malo pero es frustrante. De alguna manera es como engañarnos. Porque sabemos que no es lo que queremos pero nos intentamos autoconvencer de que es lo máximo a lo que podemos aspirar. Aunque en el fondo, muy en el fondo, sepamos que no es así.

   Una cosa es saber lo que uno quiere y otra muy diferente conseguirlo. Porque hay cosas que no dependen al 100% de nosotros sino que entran en juego muchos factores que se escapan de nuestra mano. Hasta ahí todo claro. Sabemos lo que queremos y asumimos que no depende de uno tenerlo. ¿Y ahora qué? ¿Nos sentamos a esperar que nos llegue? Podemos caminar y poner todo de nuestra parte pero tal vez esté en nuestro destino justo lo contrario a lo que anhelamos. ¿Merece la pena seguir renunciando a cosas que tenemos por algo que no sabemos si llegará? Dicen que más vale pájaro en mano que ciento volando. ¿Es eso lo que queremos ¿Desear cien pájaros o tener solo uno?

    Somos inconformistas por naturaleza. Y cuando tenemos una cosa queremos otra y otra y otra más. Y cuando tenemos las 4 vamos a por una quinta y entonces vemos que la primera no es tan buena. Y que la segunda empieza a fallar. Y ahí empiezan los problemas y esa sensación de "¿Por qué por una vez no puede salir todo bien?" Todo eso lo sabemos por experiencia. Tal vez por ello nos quedamos atascados y decidimos no seguir el camino. Nos paramos cuando conseguimos una cosa y nos negamos a luchar por conseguir otra. Se llama miedo, el "virgencita que me quede como estoy " de toda la vida. Los frentes que tenemos abiertos están controlados, no queremos añadir ninguno nuevo porque corremos el riesgo de descuidar los demás. Haciendo esto nos cerramos las puertas a algo mucho mejor de lo que tenemos. Porque muchas veces si nos ilusiona y nos hace felices, es bueno.

   "Si luchas puedes ganar o aprender, si no luchas ya has perdido", pensé el otro día. Creo en ello, porque una batalla perdida no es un fracaso sido un aprendizaje, un empujón hacia ese lugar donde queremos llegar. Pero no siempre estamos dispuestos a ponernos el traje de guerreros. La vida, a veces, nos deja sin munición y necesitamos un poco de paz y tranquilidad para reunir fuerzas para la siguiente batalla. En otras ocasiones nos vemos en mitad de un fuego cruzado sin posibilidad de escapar.

   Bueno, y hasta aquí mi reflexión. Ojalá todos tengamos lo que soñamos y si no es así, al menos la fuerza necesaria para ir a por ello. Gracias por tu tiempo.

2 comentarios:

  1. Historia triste. Espero estés bien

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  2. Gracias por tu comentario, anónimo. Sí, estaba bien. Era simplemente una reflexión.

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