miércoles, 1 de agosto de 2018

TRISTEZA


Entrada en la que hablo de la tristeza que siento hoy. 

   Hay días que amanecen torcidos y da igual lo que hagas por enderezarlos, sabes que todo esfuerzo es inútil. Y justo cuando intentas hacer algo para solucionarlo la madeja se lía más y más hasta convertirse en una gran pelota de hilos de colorines. 

    Como habrás podido intuir, no llevo buen día. Y utilizo mi blog a modo de terapia, para intentar sacar lo que llevo dentro. Y no hablo sólo de todas esas palabras que me gustaría gritar y no puedo porque me tomarían por loca. Sino también de esas lágrimas, gotas de agua mas amarga que salada. Que golpean contra el móvil en un intento de estropear su pantalla nueva.

   La teoría me la sé de memoria. Sólo estoy triste si quiero estar triste, debo forzar la sonrisa aunque sea falsa, ver vídeos de humor, llorar mucho el tiempo que necesite y luego salir del pozo... Pero no, no y no. Hoy no y mañana no lo sé.

   Tengo una desagradable sensación y es que no tengo derecho a estar triste. No sé... Es algo así como que la sociedad en general no acepta la tristeza. Hoy he dicho que estaba triste y he recibido palabras, muy bonitas eso si, pero sólo palabras que no han ido acompañadas de ningún hecho. Duele mucho, pero es lo que hay. No sé, tal vez si hoy no me hubiera levantado necesitando un abrazo no habría actuado como lo he hecho... O tal vez si. Bueno, ya está. Debo ser valiente y asumir con la cabeza bien alta cada una de las palabras que he dicho. Pero... ¿Y qué hago con el dolor que me provocan las que me han dicho a mi? Bueno, de eso ya me ocuparé más tarde.

   Todo ha empezado con una despedida. Mis pequeños se han ido esta mañana para volver dentro de un mes y medio. ¡Joder! Cómo duele. Ojalá pudiera transmitir con palabras esa infinita tristeza, que se me agarra al corazón y lo apretuja fuerte sin intención ninguna de soltarlo. Para esto también tengo la teoría, también me la sé. Pero no encuentro consuelo. Duele y punto. Y dolerá todos los días, más o menos durante los 45 días que dure la ausencia.

   Otra cosa que ha hecho mi día duro ha sido una conversación. Un mal entendido. Tú has dicho una cosa, yo he entendido otra y en un determinado momento he saltado porque me he visto excluida. ¿Y si no hubiera llevado mal día habría saltado? No lo sé. ¿Y si hubiera estado mejor habría saltado? No lo sé. ¿Y si...? Y así podría estar lineas y lineas, con preguntas que no me van a llevar a ningún sitio. Lo que tengo claro es que sea cual sea el desenlace, será para mejor. De eso no tengo ninguna duda. También tengo claro que me ha dolido una respuesta, pero eso tampoco es malo. Porque es una muestra de que la persona que la ha dicho, es importante para mi. Pero bueno, no puedo hacer más. Me quedo con lo que ya he dicho. Tanto si se aclara el mal entendido como sino, (ojalá se aclare) será para bien. Porque aunque las lágrimas duelen, también sanan.

   En otro orden de cosas, mi barrio y su aparcamiento. No contentos con cerrar la calle de al lado un mes y con cerrar me refiero a que no se puede aparcar. Desde la semana que viene. También la mía. Que si, que en otro momento me habría enfadado y punto. Pero hoy, al ver las señales, me ha dado la llorera. En el trabajo me planteaba ir y volver este mes andando. Al final no me lo voy a plantear y lo voy a tener que hacer si o si.

   Hay otras situaciones que me han afectado este miércoles 1 que se ríe del martes 13 y viernes 13 juntos. Como la vuelta al curro o la disolución de un grupo. Pero, sinceramente, no me quedan fuerzas para estar triste o quejarme porque tengo que madrugar.

   Tengo que asumir que hoy es un día de mier... malo. Y que se acabará... Cuando suene el despertador. Porque sé que esta noche no dormiré, que a pesar de que las lágrimas llegará el momento en el que se agoten, la tristeza no se irá por donde ha venido. Tal vez mañana... o pasado... o quizás al otro. O puede que aprenda a vivir con ella y decida no hacerle caso y le haga ver que aunque estemos juntas tareas como hacer la comida o ir a comprar hay que hacerlas. Espero que en ese momento decida abandonarme. ¿Alguien tiene un palo de fregona tamaño tristeza? Ahora en serio, gracias por leerme.

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