jueves, 12 de enero de 2012

4200...4000... ¡¡Madrid!!

Hace unos días me dieron una noticia. En un principio me pareció triste, pero luego me alegré. Una persona a la que conozco desde hace algún tiempo y con la que no he tenido casi trato, se va a vivir a Madrid, asciende y se va a la capital de España para desempeñar nuevas labores. No voy a dar mas rodeos, esta entrada va para tí. Recuerdo perfectamente el día que te conocí. Una mujer atareada porque estaba de guardia y haciéndome las mismas preguntas que me había hecho tan solo unos minutos antes una compañera de recursos humanos. Yo estaba nerviosa ya que era mi segunda entrevista y me fui a casa con la sensación de que no iba a trabajar allí. Afortunadamente, unos días mas tarde firmaba el contrato. Te recuerdo como una buena persona, de esas que transmiten tranquilidad y ganas de hacerlo bien. En una ocasión tu tristeza te delató al pensar que tan sólo me quedaban dos meses de trabajo. Después conocí tu blog. Y el hacerlo me dio ese empujón que necesitaba, esas ganas de escribir lo que pasaba por mi mente como hacías tu. Cosas tan sencillas con el olor a ambientador en un coche, se pueden convertir en una emocionante y realista historia. Conocer tu situación personal me enseñó, tiempo después, que se puede salir adelante. El último recuerdo que tengo de aquella época fue mi último día allí. Muy triste subía las escaleras. Había sido un año en que me llevaba el corazón lleno de gente estupenda. Me llamaste, justo en ese momento sonaba el mensaje habitual de que en el establecimiento no quedaba ningún cliente... y un saludo para mí porque era mi último día. Aquello fue lo que hizo que subiera llorando, de emoción, las escaleras. Se intuye por tu blog que tu corazón a estado a ratos algo revolucionado y en mas de una ocasión me he sentido identificada. Hace tan sólo unos minutos he visto que te gustaba una frase que he puesto relacionada con la cabeza y el corazón y ello ha sido lo que me ha animado a escribirte esta entrada. Necesitaba ver escrito lo que siento hacia ti. Necesitaba desearte suerte en tu nueva etapa y decirte que aunque no hemos tenido mucho contacto, eres una de esas personas a las que, sin saber por qué, he cogido cariño. Lucha en esta nueva etapa como sólo tú sabes hacerlo sigue dejando huella en los corazones de la gente que te conoce. Para mí eres un ejemplo a seguir. Un saludo y gracias por leer la entrada.

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