viernes, 25 de junio de 2021

ADICCIONES

 

Entrada en la que hablo de algunas adicciones. 



   Que caprichoso es el ser humano, que teniéndolo todo, no es suficiente. El que tiene mucho dinero quiere más, llegando incluso a delinquir para conseguirlo. El que tiene un buen puesto quiere ascender aunque fuera del trabajo no tenga nada más. El que es feliz quiere serlo aún más a pesar de que esa lucha constante le genere infelicidad. 


   Todos somos adictos a una u otra cosa. Algunos al alcohol o las drogas, otros a la limpieza o a coger cosas de la basura.  También están los adictos al móvil o la consola. La comida, es otra adicción. Y luego están los adictos a los sentimientos.  No sé si es la palabra más adecuada, pero encaja en la definición. 


   La felicidad y la tristeza son los sentimientos que más adicción generan, igual que el amor. Hay personas que nunca llegan a ser felices. Tal vez porque nunca nadie les ha enseñado a serlo. Lo tienen todo y aún así no es suficiente. Trabajo, amigos, pareja, familia... aunque tengan todo eso no están conformes y luchan por mejorar a las personas de su entorno. En vez de mirarse al espejo y analizar qué es lo que no funciona. Porque algo no está bien cuando todo no es suficiente. 


   La tristeza hace que su entorno esté pendiente de ellas. Y siempre hay un motivo u otro para llorar. El pasado, el presente o el incierto futuro. La gente les apoya, les da consejos, empatiza y confirma su sospecha de que tienen razón para no querer sonreír. 


   El amor. En esta ocasión me refiero al amor de pareja. Otra adicción. El miedo a estar sólo, a peinar canas sin una persona al lado, ir al cine, a una boda o de vacaciones sin compañía. Eso hace que vayan detrás de la primera persona que les hace sonreír y les promete permanecer a su lado. Les da seguridad, aunque en el fondo sepan que ese sentimiento tiene fecha de caducidad. 


   Todo lo anterior nos ayuda a vivir. Nos hace tener un motivo por el que luchar y levantarnos cada día. Y aunque alguna vez miremos a nuestra adicción a los ojos, es más fácil hacer como que no la hemos visto y seguir nuestro camino. Tal vez la cambiemos por otra o simplemente acumulemos adicciones como si padeciéramos el síndrome de diógenes. 


   ¿Y tú? ¿Tienes alguna adicción? ¿Tal vez mis letras? Gracias por leerme. 

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